Enlaces a recursos sobre el AÑO LITÚRGICO en educarconjesus

Bibliayvida. Adentrarse en los textos bíblicos fácilmente

Xavier Matoses es un sacerdote salesiano licenciado en Teología bíblica por el Instituto Bíblico de Roma.
Es profesor de Nuevo Testamento en el Institut Superior de Ciències Religioses «Don Bosco» y en el Institut Superior de Ciències Religioses de Barcelona. Pertenece a la Associació Bíblica de Catalunya y a la Associazione Biblica Salesiana. Sus diversas y continuas aportaciones para hacer más accesibles y comprensibles los textos bíblicos, especialmente del Nuevo Testamento,han dado forma a su web www.bibliayvida.com cuya visita os recomiendo.

Luz y alegría Mt 4,12-23 (TOA3-14)



“Camino del mar, al otro lado del jordán, Galilea de los gentiles”. Estas palabras del profeta Isaías que se proclaman en la liturgia de hoy nos sitúan en las tierras en torno al lago de Genesaret (Is 8, 23b-9,3). Había sido repoblado por gentes llegadas de diversos países. Por eso,  Galilea se identificaba como una región de paganos.
Sin embargo, el profeta no condena a aquellas gentes. Al contrario, adivina un futuro brillante para ellas. “A los que habitaban tierras de sombra, una luz les brillará”. El Señor les colmará de la alegría y el gozo que experimentan  los que siegan la cosecha y los que reparten un botín.
¿Cuál es la razón que justifica esas promesas?. No es el esfuerzo de las gentes, sino el don de Dios, que las libra de una esclavitud que se expresa con las imágenes de la vara, el yugo y el bastón. Dios no ignora a los que son calificados como paganos. Les concede su luz, su alegría y su libertad.  
  
ANUNCIO Y TESTIMONIO
  
El evangelio de San Mateo considera que aquella promesa se ha cumplido con la aparición de Jesús por la tierra de Galilea (Mt 4, 12-23). No duda en aplicar al tiempo presente la antigua profecía de Isaías. Asombrosamente, el Mesías no ha aparecido  entre los piadosos de las tierras de Judea, sino entre los paganos de Galilea.
Es verdad que el Mesías Jesús no llega para dar su aprobación a la infidelidad, el pecado y la idolatría. Ya con sus primeras palabras invita a las gentes a la conversión. No para ser más aceptables en la sociedad de su tiempo, sino para poder acoger a Dios como Señor. Porque llega el Reino de Dios.
El evangelio dice que Jesús recorre la zona enseñando en las sinagogas, proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Tres ministerios que son confiados también a los creyentes de hoy. Tres tareas imprescindibles en el ejercicio de la evangelización.

EL CORDERO Y LA PALOMA

Pero el Enviado de Dios no puede quedar solo. Elige a hombres de aquella tierra para que compartan su misión. Las palabras que Jesús dirige a sus primeros discípulos no pueden quedar en el olvido. Con ellas se dirige también hoy a nosotros:
• “Venid y seguidme”.  La iniciativa es del Maestro. Llama a cuatro pescadores para que lo acompañen por el camino, para que vivan con él y como él, y acepten su misma suerte. 
• “Os haré pescadores de hombres”.  Los llamados son pescadores que ejercen su oficio en el lago de Galilea. Jesús conoce su habilidad y quiere que la apliquen al ministerio que desea confiarles.
• “Ellos dejaron las redes y le siguieron”. El texto subraya la prontitud y el desprendimiento con el que los llamados responden a Jesús. Pero nadie deja todo por nada. Los discípulos de antes y de ahora descubren en Jesús el horizonte de su vida.

Conversión de San Pablo (25 enero)

Una propuesta para acercarse de manera analítica a dos obras de arte que tienen como temática compartida "La conversión de S. Pablo".  De la mano de D. Manuel José García Sanguino analiza, primero, la realizada por Miguel Ángel en la Capilla Paolina del Palacio Apostólico de la ciudad del Vaticano y, segundo, la realizada por Caravaggio en la basílica de Sta. María del Popolo de Roma.

Conversión de San Pablo (25 de enero) Hch 9,1-22

Juego "La alegría de la fe" (sobre el Catecismo)

 
Os presento un juego de mesa publicado por la editorial de la Conferencia Episcopal Española, EDICE, para repasar jugando los contenidos básicos del Catecismo de la Iglesia Católica.

Un juego de 67 casillas para jugar individual o grupalmente (máximo 6 miembros por equipo) con pruebas de diversos formatos:




ROJO = Mímica
VERDE = Preguntas
NARANJA = Oraciones
AMARILLO = Dibujos
MORADO = Signos
AZUL = Palabras Tabú

 Precio: 49 euros

¿Cómo conseguirlo?
1- Llamando al (34) 91 343 97 91
2-  edice@conferenciaepiscopal.es

Paz y la Biblia

En 340 ocasiones encontramos la palabra "paz" en los textos de la Sagrada Biblia, desde Gn 15,15 hasta a Ap 6,4
Si quieres tener la referencia de las misma sólo estás a la distancia de un solo clic sobre la palabra PAZ

Frases para la paz

Las principales figuras históricas y sus frases más significativas con la paz en un formato individualizado para escoger a nuestro gusto. Sirve tanto para un trabajo individual, en pareja, en grupo o para elaborar un mural entre todos. (Ver fichas preparadas)

Mayor que el profeta Jn 1,29-34 (TOA2-14)



“Es poco que seas mi siervo  y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”. Estas palabras de la segunda parte del libro de Isaías (Is 42, 1-7) nos presentan la misión universal del “Siervo de Dios”.
Pascal escribió que cuando llueve en la aldea, algunos párrocos suben al púlpito y anuncian el diluvio. Somos demasiado provincianos. El mundo se extiende mucho más allá de nuestro pueblo. Y la Iglesia es más amplia que nuestra parroquia. Dios desea que la voz de su Siervo llegue hasta el confín de la tierra.   
También en estos tiempos necesitamos creyentes como éste. Los profetas de hoy no pueden limitarse al grupo con el que se identifican. Han de salir a “las periferias existenciales”, como dice el Papa Francisco. Tal vez no podemos incendiar el mundo, pero podemos al menos encender una luz que indique el camino del bien y la verdad.
  
ANUNCIO Y TESTIMONIO

Juan Bautista sabía bien que él no era el Mesías. Ni siquiera lo conocía antes de que le fuera mostrado por el Espíritu. Juan no tenía las respuestas que su pueblo esperaba. Pero podía, al menos, anunciar la llegada del Mesías. Y manifestarlo cuando lo descubrió ya presente entre los hombres.
En el texto que hoy se proclama, Juan manifiesta con humildad su propio descubrimiento (Jn 1,29-34). Ha llegado ya el que es mayor que él mismo.  Ha visto al anunciado por los profetas. Y, entre el Jordán y el desierto,  él realiza su vocación de profeta anunciando su llegada a todos los que le escuchan.  
Claro que Juan no se reserva para sí mismo su descubrimiento. Sabe que la salvación no le pertenece. Quien ha descubierto la verdad no tiene más remedio que comunicarla. Con su palabra y sobre todo con su propia conducta. El anuncio, la profecía y el testimonio son cualidades que se esperan también hoy de los creyentes.

EL CORDERO Y LA PALOMA

Las palabras que el Bautista dirige a las gentes sobre Jesús resumen nuestra fe en el Mesías y orientan nuestra vida de cristianos.  
• “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Jesús es el cordero de la nueva Pascua. Al mirarle a Él, descubrimos nuestro pecado. Y al mirarnos, él nos redime del pecado. Él se ha ofrecido en sacrificio por nuestra salvación.
• “He contemplado al Espíritu que bajaba sobre él como una paloma y se posó sobre él”. El Espíritu que Isaías veía sobre el Siervo de Dios lo ha visto Juan sobre Jesús de Nazaret. Él es la tierra firme que encuentra la paloma tras el diluvio. 
• “Yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”. Juan Bautista no habla de oídas. Como él, todos los que hemos experimentado la cercanía del Señor, damos humildemente testimonio de su presencia.

La paz vista lúdicamente por Unicef

Una forma original de trabajar la jornada de la PAZ nos ofrece la web de Unicef cuyo enlace directo os ofrezco aquí (Ir a UNICEF-PAZ)

El siervo que nos salva Mt 3,13-17 (NAVA3-14)

“Mirad a mi siervo a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero”. Estas palabras resuenan en la primera lectura de la misa de hoy (Is 42, 1-7). Como se ve, se ponen en la boca del mismo Dios. Pertenecen a uno de los poemas del “Siervo de Dios”, que se encuentran en la segunda parte del libro de Isaías.
Ese siervo misterioso está lleno del Espíritu de Dios, promueve el derecho y la justicia, no con violencia sino con la suavidad de los humildes. El Señor lo ha  llamado, lo ha convertido en signo de su alianza con el pueblo, lo ha hecho luz de las naciones y lo ha enviado a abrir los ojos de los ciegos y traer la liberación a los esclavos.
Uno piensa que en todos los tiempos de la historia se necesitaría un hombre como éste. Un verdadero profeta. A él habría que volver los ojos en tiempos de inclemencia y desorientación moral. Si de verdad echamos de menos a una persona como ésta, el mundo no ha perdido la esperanza.

EL PRECURSOR Y EL MESÍAS

Pues bien, la comunidad cristiana ha visto en Jesús de Nazaret la realización histórica de aquel poema. Jesús, es reconocido por el Padre como su Hijo predilecto. Está lleno del Espíritu de Dios. Y es enviado para liberar a todos los oprimidos por las maldades de la humanidad y por sus propios pecados.
El relato del bautismo de Jesús que encontramos en el evangelio de hoy (Mt 3, 13-17) nos resume la continuidad y la novedad que aporta Jesús a las tradiciones de Israel. La antigua alianza, representada por Juan Bautista anticipa la nueva alianza, la plenitud de la vida y de la santidad que representa Jesús.
Jesús no es un pecador. No necesita el lavado de la purificación. El que está limpio no necesita una nueva limpieza. Jesús no baja a las aguas de Jordán para convertirse de una vida pecadora a una vida santa. La única razón para recibir el bautismo de las manos de Juan es significar que acepta la voluntad de Dios.

DIOS Y SU HIJO

Las palabras que Jesús dirige al Bautista nos revelan el hondo misterio de la vida y la misión de Jesús:
• “Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. En el bautismo de Jesús Dios se hace presente. Al apoyar y garantizar la misión de su Hijo predilecto, Dios se nos revela en Jesús de Nazaret.
• “Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. La misión de Jesús comienza por la aceptación de la voluntad de Dios. Y revela que Dios quiere continuar sus relaciones de amor y misericordia con toda la humanidad.
• “Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. Jesús asume los rasgos que se atribuían al humilde “Siervo del Señor”, según el libro de Isaías (Is 42, 1). El signo de su misión salvadora no es el poder sino la humildad y el abajamiento.

El Bautismo (por el papa Francisco) Catequesis Audiencia 8-1-2014

Hoy comenzamos una serie de catequesis sobre los Sacramentos, y la primera es respecto al Bautismo. Por una feliz coincidencia, el próximo domingo precisamente la fiesta del Bautismo del Señor.

1. El Bautismo es el sacramento sobre el que se sustenta nuestra propia fe y que nos injerta como miembros vivos en Cristo y en su Iglesia. Junto a la Eucaristía y la Confirmación forma la llamada "Iniciación Cristiana", la cual constituye como un único gran evento sacramental que nos configura al Señor y nos convierte en un signo vivo de su presencia y de su amor.
Pero puede nacer en nosotros una pregunta: ¿es realmente necesario el Bautismo para vivir como cristianos y seguir a Jesús? ¿No se trata en el fondo de un simple rito, un acto formal de la Iglesia para dar el nombre al niño o a la niña? Es una pregunta que puede surgir, ¿no? En este sentido, es esclarecedor lo que escribe el apóstol Pablo: "¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? A través del bautismo, pues, fuimos sepultados con él en la muerte, para que al igual que Cristo resucitó de los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros podamos caminar en una vida nueva" (Rm 6,3-4). ¡Así que no es una formalidad! Es un acto que afecta profundamente nuestra existencia. No es lo mismo, un niño bautizado o un niño no bautizado. ¡No es lo mismo! No es lo mismo una persona bautizada o una persona no bautizada. Nosotros con el bautismo somos sumergidos en la fuente inagotable de la vida que es la muerte de Jesús, el más grande acto de amor de toda la historia; y gracias a este amor podemos vivir una nueva vida, ya no a merced del mal, el pecado y la muerte, sino en comunión con Dios y con los hermanos.

2. Muchos de nosotros no tienen el más mínimo recuerdo de la celebración de este Sacramento, y es obvio, si hemos sido bautizados poco después del nacimiento. Pero yo he hecho esta pregunta dos o tres veces, aquí en la plaza: quién de ustedes conoce la fecha de su Bautismo, levante la mano. ¿Quién la sabe? ¿Eh, pocos, eh? Pocos. Pero es importante, es importante conocer cuál ha sido el día en el que yo he sido sumergido, puesto justamente en aquella corriente de salvación de Jesús. Y me permito darles un consejo. Pero, más que un consejo, una tarea para hoy. Hoy, en casa, busquen, pregunten la fecha del Bautismo y así sabrán cuál ha sido el día tan bello del Bautismo. ¿Lo harán? No noto entusiamo, ¿eh? ¿Lo harán? ¡Eh, sí! Porque es conocer una fecha feliz, aquella de nuestro Bautismo. El riesgo de no saberlo es perder la conciencia de lo que el Señor ha hecho en nosotros, del don que hemos recibido. Entonces llegamos a considerarlo sólo como un evento que ha ocurrido en el pasado - y ni siquiera por nuestra propia voluntad, sino por la de nuestros padres – por lo que ya no tiene ninguna incidencia sobre el presente. Debemos despertar la memoria de nuestro Bautismo: despertar la memoria del Bautismo. Estamos llamados a vivir nuestro Bautismo todos los días, como una realidad actual en nuestra existencia. Si conseguimos seguir a Jesús y a permanecer en la Iglesia, a pesar de nuestras limitaciones, nuestras fragilidades y nuestros pecados es precisamente por el Sacramento en el que nos hemos convertido en nuevas criaturas y hemos sido revestidos de Cristo. Es en virtud del Bautismo, en efecto, que, liberados del pecado original, estamos injertados en la relación de Jesús con Dios Padre; que somos portadores de una esperanza nueva, porque el Bautismo nos da esta esperanza nueva. La esperanza de ir por el camino de la salvación, toda la vida. Y a esta esperanza nada y nadie la puede apagar, porque la esperanza no defrauda. Acuérdense. Esto es verdad. La esperanza del Señor no defrauda nunca. Gracias al Bautismo somos capaces de perdonar y de amar también a quien nos ofende y nos hace mal; logramos reconocer en los últimos y en los pobres el rostro del Señor que nos visita y se hace cercano. Y esto, el Bautismo, nos ayuda a reconocer en el rostro de las personas necesitadas, en los que sufren, también de nuestro prójimo, el rostro de Jesús. Es gracias a esta fuerza del Bautismo.

3. Un último elemento importante: Les hago una pregunta. ¿Una persona puede bautizarse a sí misma? ¡No oigo! ¿Están seguros? No se puede bautizar. ¡Nadie puede bautizarse a sí mismo! ¡Ninguno! Podemos pedirlo, desearlo, pero siempre necesitamos a alguien que nos confiera este Sacramento en el nombre del Señor. El Bautismo es un don que se otorga en un contexto de interés e intercambio fraterno. Siempre, en la historia, una bautiza al otro y el otro al otro.. Es una cadena. Una cadena de gracia. Pero yo no me puedo bautizar a mí mismo. Se lo tengo que pedir a otro. Es un acto de fraternidad. Un acto de filiación a la Iglesia. En su celebración podemos reconocer los rasgos más genuinos de la Iglesia, que como una madre sigue generando nuevos hijos en Cristo, en la fecundidad del Espíritu Santo.

Entonces pidamos de corazón al Señor para que podamos experimentar cada vez más, en la vida cotidiana, la gracia que hemos recibido en el Bautismo. Que encontrándonos, nuestros hermanos puedan encontrar a verdaderos hijos de Dios, a verdaderos hermanos y hermanas de Jesucristo, a verdaderos miembros de la Iglesia.

¡Y no se olviden de la tarea de hoy! ¿Cuál era? Buscar, preguntar la fecha de mi Bautismo. Como sé la fecha de mi nacimiento, también tengo que conocer la fecha de mi Bautismo, porque es un día de fiesta. Gracias.

¡¡¡ ESTRENAMOS TRIVIAL !!! "El Año Litúrgico de educarconjesus"

Os presento el trivial que he ideado para trabajar de manera lúdica y entretenida algo que marca el tiempo celebrativo de toda la Iglesia: EL AÑO LITÚRGICO. Tenéis aquí dos materiales:

1- TABLEROS
Encontraréis dos versiones con idéntica distribución de casillas, uno con fondo azul y otro con fondo claro.
 

2- TARJETAS DE PREGUNTAS y FICHAS
En total, 240 preguntas distribuidas en 40 tarjetas agrupadas en 6 temáticas distintas:
  • MORADO: Adviento y Cuaresma
  • BLANCO: Navidad y Pascua
  • ROJO: Mártires y Santos
  • AZUL: Virgen María
  • VERDE: Tiempo Ordinario y Evangelios
  • ROSA: Iglesia y Eucaristía (o celebración del DOMINGO)
Hoja de preguntas y hoja de respuestas van consecutivas con lo que al imprimirlas sólo hay que empezar por la primera y poner la segunda en su reverso. Un poco de tijera, plastificadora y ya están listas.

En la última hoja encontraréis las fichas fotocopiables que cada equipo coloreará convenientemente cuando acierte las CASILLAS CLAVES sucesivamente. Sólo hace falta fichas de parchís y dado para comenzar a jugar. Al tener coloreadas todas las CASILLAS CLAVES se irá a la CASILLA FINAL donde el equipo que pregunte elegirá, antes de ver la tarjeta que toque, la temática que planteará al equipo que haya logrado alcanzar dicha casilla.


ADVERTENCIA IMPORTANTE: El administrador del blog de educarconjesus.blogspot.com tiene registrados los derechos intelectuales del trivial "El Año Litúrgico de Educarconjesus". Puede ser fotocopiado y disfrutado por cualquier persona. No obstante, QUEDA PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN Y/O UTILIZACIÓN, TOTAL O PARCIAL, CON ÁNIMO DE LUCRO ASÍ COMO LA MANIPULACIÓN DE SU DISEÑO ORIGINAL.

Licencia de Creative Commons
Trivial de educarconjesus by Juan Carlos García Caballero is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

Palabras (NAVA2-13/14)

La palabra se hizo carne Jn 1,1-18 (NAVA2-14) ciclo A



Nuestros graciosos “belenes”, están llenos de tradición, de arte y de ternura. Pero la hondura de la Navidad se le escapa a quien sólo mira esas hermosas figuritas. El misterio de la Natividad del Señor nos lleva una y otra vez a recibir la Palabra de Dios que se ha hecho carne y ha entrado en nuestra historia..
Dios nos habla de muchas formas, como recuerda el Concilio Vaticano II en la constitución sobre la Sagrada Liturgia (SC 7). Pero nosotros hemos de leer con asiduidad la Sagrada Escritura, como dice también el Concilio en la constitución sobre la Divina Revelación (DV 25). En ella se contiene la palabra definitiva de Dios.
Según san Jerónimo, “desconocer la Escritura es desconocer a Cristo”. La importancia que, con razón,  concedemos a la Palabra de Dios escrita puede y debe disponernos a escuchar al que es la Palabra de Dios vivida y viviente.

LA SABIDURÍA CREADORA

El libro del Eclesiástico recoge hoy el elogio que la sabiduría hace de sí misma. Creada por Dios desde el principio, asiste a Dios en la obra de la creación y en el gobierno del mundo. Su sabiduría no cesará jamás. La memoria de la sabiduría de Dios ha de librarnos de nuestra altanería.
Según la carta a los Efesios, también nosotros hemos sido elegidos antes de la creación del mundo para ser santos e irreprochables por el amor. Para ello necesitamos que Dios nos conceda el don de sabiduría para conocerle e ilumine los ojos de nuestro corazón para comprender la esperanza a la que nos llama.
Esos son los dones que esperamos de la Palabra eterna de Dios. Según el evangelio de Juan, la Palabra se ha hecho carne y habita entre nosotros. Ese misterio abarca la historia entera, remece nuestra comprensión de Dios y del hombre. Y, por supuesto, ha de orientar nuestra oración de cada día.

LA PALABRA VIVIFICADORA

En el prólogo al evangelio de Juan sobresalen tres afirmaciones inolvidables sobre la Palabra eterna de Dios que se ha hecho terrena y cercana a quienes la escuchan:
• “En la Palabra había vida”. Muchas de nuestras palabras carecen de vida. O por que no dicen nada. O porque son dañinas para nosotros mismos y para los demás. No podemos vivir de verdad sin prestar una atención cordial y comprometida a la Palabra de Dios. 
• “La Palabra era la luz verdadera”. Ella es la luz que ilumina a todos los hombres. También a los que pretenden ser luz para ellos mismos. Es impensable tratar de vivir con claridad sin dejarnos guiar humildemente por la luz de la Palabra de Dios.
• “La Palabra se hizo carne”. Los dos últimos papas han insistido en afirmar que la fe no nace de una idea, sino de un encuentro. Es lamentable vivir colgados de una idea sin dejarnos interpelar por el realismo de la presencia de Jesucristo en nosotros.