La primera nos traslada al mundo medieval. Dos cruzados (Nicolas Cage y Ron Perlman), viendo las atrocidades en algunas de las campañas, deciden desertar. En un principio pareciera que los dos rebeldes, los únicos con conciencia cristiana recta, se convierten en los apestados y perseguidos del momento. Este enfoque inicial se describe con una línea argumental que se antoja con muchos guiños y parecidos a otro film "El reino de los cielos".
Afortunadamente ni sigue sus derroteros ni su ideario falseador final (en el "reino", su protagonista, Orlando Bloom, triunfa porque es un cristiano rebelde que detesta toda la estructura de la Iglesia y porque dicha postura le permite lograr un acuerdo salvífico para todos los habitantes de Jerusalén ante las huestes musulmanas comandadas por el gran Saladino que les rodean, cuando el hecho histórico real es que este gran estratega árabe y sus tropas pasaron a cuchillo a todos los vecinos de la ciudad Santa -una forma muy sutil de retorcer la poca historia que saben nuestros jóvenes-).
Con sus dudas de fe e incredulidad ante una buscada hermosa bruja inician un tortuoso viaje que debe concluir con el exorcismo de ésta en un célebre monasterio. Sin desvelar más detalles, los que os animéis a verla os sorprenderá la visión final de los dos protagonistas.
Junto a ella, recién sacada del horno, se proyecta "El rito" con el gran Anthony Hopkins de protagonista. En esta ocasión se trata de formar como exorcista a un joven sacerdote estadounidense que duda de su propia fe. Con un trailer que parece vender un remake de anteriores películas del género, sorprende positivamente, sin embargo, la sobriedad de la escenografía y el considerable peso dado los personajes lo que guía sin distracciones al espectador por la inquietante senda del combate del maligno. En esa lucha interior del hombre y el enfrentamiento vivencial del joven con su pasado, sus miedos e inseguridades, hasta alcanzar una posición de confianza ante Dios, la película nos deja escenas del maestro Hopkins que nos recuerdan a su papel como Hannibal Lecter (la saga de "El silencio de los corderos").
Dos lagunas cinematográficas que no toman a la religión ni a la Iglesia ni a los cristianos como los malísimos de siempre y ofrecen, por el contrario, historias humanas de cristianos que luchan en el camino de su fe, no para destruirla sino para afianzarla. Con estas premisas os recomiendo que acudáis a verlas.
Precisamente tengo las dos pelis descargadas (bueno, eso no se puede decir,no?)Aún no las he visto porque los niños no nos dan tregua.Ahora tengo más curiosidad por verlas. Me gusta este genero pero siempre acabo sintiendome mal por como nos pintan a la Iglesia. Ya te contaré que me han parecido cuando logre verlas.Un saludo.
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