Gracia que libera (CUA1-11 por Flecha) Tentaciones

LA PALABRA QUE LIBERA

Jesús aceptó nuestra naturaleza humana y pasó por los caminos que nosotros pasamos. Las tentaciones de Jesús son también las nuestras. Por eso nos conviene recordar cómo la palabra de Dios le llevó:
• “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Con demasiada frecuencia tratamos de alimentarnos solamente con el pan que nosotros amasamos. Es decir, nos apoyamos tan sólo en nuestros proyectos y nuestros éxitos. Pero sólo la palabra de Dios puede sostener nuestra vida y nuestra fe.
• “No tentarás al Señor tu Dios”. Muchas veces traspasamos la frontera de lo racional en el uso de nuestro cuerpo, en la educación de los demás, en la explotación de la naturaleza. Y, al toparnos con los funestos resultados de nuestras decisiones, acusamos a Dios de habernos abandonado. Olvidamos que sólo él garantiza nuestra esperanza.
• “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”. La idolatría no es un pecado antiguo. Ateos y creyentes prestamos adoración a cosas, bienes, instituciones o ideologías como si pudieran salvarnos del fracaso y de la náusea. Pero es preciso confesar que la verdadera libertad sólo puede nacer del amor que viene de Dios.
- Señor Jesús, que has vivido de acuerdo con la palabra de Dios, que tu ejemplo nos ayude a escucharla con atención y acogerla con coherencia y alegría para llegar a la libertad que sólo Dios puede propiciar. Amén.

(Extracto artículo para el I Domingo de Cuaresma de José-Román Flecha Andrés -profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca-)

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