Tú eres Pedro (por J-R Flecha)

LA OPINIÓN Y LA VERDAD

Pues bien, estas preguntas no quedan lejos del evangelio que hoy se proclama (Mt 16, 13-20). Jesús se retira con sus discípulos a la región de Cesarea de Filipo. El lugar parece una encrucijada, elegido a propósito por el Maestro. Allí se ha adorado con frecuencia a otros dioses. Y allí manan las frescas aguas del Jordán.
El lugar parece apropiado. La montaña y el manantial son una invitación a reflexionar sobre el sentido de la vida y las posibilidades de la realización personal. Todo se convierte en llamada y vocación. La naturaleza misma convida al peregrino a escuchar la palabra de Dios para elegir con acierto el camino de su vida. Ahí formula Jesús las preguntas fundamentales:
• “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Para responder a esta pregunta basta con prestar atención a las voces, opiniones y comentarios de las gentes. Sólo se requiere información. Y, por el momento, eso no compromete demasiado. Uno puede saber mucho sobre Jesús y no dar un paso para seguirlo.
• “Y vosotros, quién decís que soy yo?” Para responder a esta segunda pregunta es necesario bajar al fondo del propio corazón. Jesús nos pregunta qué significa Él para nosotros. Y no basta responder con datos aprendidos de memoria. Es preciso examinar la honda verdad de la propia existencia y la decisión personal de seguirlo por el camino.

LA CONFESIÓN Y LA BENDICIÓN

En el centro del relato se encuentra el breve diálogo de Jesús con Pedro. Cientos de libros se han dedicado a comentar este cruce de declaraciones:
• “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Pedro representa por un momento a todos los que hemos oído las ofertas de todos los pretendidos salvadores de este mundo. Con su confesión representa sobre todo a quienes hemos confesado que sólo Jesús es el Ungido y Enviado por Dios para salvarnos.
• “Dichoso tú, Simón, porque eso …te lo ha revelado mi Padre que está en el cielo”. En los evangelios se pueden encontrar diversas bienaventuranzas o felicitaciones. Esta bendición subraya la pobreza de nuestros hallazgos humanos. Y proclama la compasión de Dios que nos ha revelado su voluntad, desvelando al mismo tiempo nuestra suerte.
• “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. El juego original de palabras indica que Pedro es esa piedra. El pescador de Galilea es la base de la comunidad. También lo serán sus sucesores. Nadie puede decir que obedece a Dios cuando ignora a aquel al que Dios ha revelado el misterio de su Hijo.
- Señor Jesús, también hoy nos diriges esas preguntas fundamentales para nuestra felicidad y nuestra fe. Que tu Espíritu ayude a los jóvenes a escucharlas y darles una respuesta viva. Y que el Padre nos revele siempre su voluntad y su amor. Amén.

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