Las opciones del Reino Mt 5,1-12 (Todos los Santos)

1. El evangelio de esta fiesta es ya proverbial; se trata de las bienaventuranzas de Mateo, cuyo texto, además, tiene la solemnidad de una proclamación, sobre un monte (de ahí el Sermón de la Montaña en que está contextualizado), y para toda la multitud, como sería la multitud incontable del texto de Apocalipsis ( primera lectura). Es la carta magna del discipulado, de la vida cristiana, del seguimiento de Jesús, de la salvación futura. Las bienaventuranzas son creativas, no cuantitativas. Son los puntos más determinantes con los cuales Jesús ha pretendido una nueva humanidad, un nuevo pueblo. No se trata de proponer algo exótico, mágico o taumatúrgico, sino algo bien humano. No obstante, es verdad que se plantea un auténtico esfuerzo por conquistar la gloria, la libertad y la paz. Se propone la pobreza que libera el corazón de muchas ataduras, la misericordia que introduce en las relaciones humanas la benevolencia y el perdón, la limpieza de corazón para juzgar y ser juzgados, la lucha por la justicia, porque Dios es justo. Se proclaman bienaventurados por haber elegido lo que el mundo no elige, simplemente porque odia; por haberse decidido por el sentido mejor de la vida. Se trata de una posibilidad de santidad que se debe vivir ya desde ahora, aquí en nuestra historia; no queda para después de que todo haya acabado.

2. Se ha insistido mucho en los aspectos literarios y exegéticos de las bienaventuranzas de Mateo (5,1-12) y de Lucas (6,20-22) sobre el tenor original, es decir, aquellas que están más cerca de las palabras de Jesús. Sin duda, todo tiene su sentido, pero quedan muchas preguntas sobre la mesa, porque se permiten diferentes interpretaciones. El texto original que se tomó del texto de Q (sea simplemente Documento o Evangelio como algunos defienden hoy) podría estar bien representado en Lucas, pero no es algo absoluto. Sabemos que las bienaventuranzas tienen un ámbito muy coherente en la literatura sapiencial, la que enseña a vivir, a comportarse, a elegir lo que da o no da sentido a la vida. La propuesta de Jesús, por lo tanto, no está lejos de este contexto sapiencial: con las bienaventuranzas Jesús quiere proclamar el Reino de Dios y quiere enseñar a vivir en ese Reino al que dedica su vida. Son expresiones que nos muestran a un Jesús “profeta escatológico” (no necesariamente apocalíptico), que quería anunciar lo que debería cambiar esta historia.

3. Algunos especialistas han hecho una traducción sobre las bienaventuranzas en las que siempre es determinante el verbo “elegir”. Considero que puede ser discutible, pero es esclarecedor. Eso significa que proclamar bienaventurado (makários) a alguien no es porque sí, por su cara bonita, porque es un desgraciado o porque es o ha nacido en esta o aquella situación. En las bienaventuranzas, por su tono sapiencial, son muy importante las opciones: elegir ser pobre y no rico en este mundo; elegir la justicia y no otra cosa; elegir la paz. Aquí están representados los valores del reino, los valores de la vida ante Dios. Esto, independientemente de las bienaventuranzas auténticas de Jesús o las añadidas por la tradición catequética de la comunidad de Mateo. Es verdad que el término “elegir” no está en el texto, pero lo implica necesariamente. ¿Por qué? Porque no se trata de una proclamación sin contar con la voluntad soberana del hombre que vive y hace la historia.

4. Un factor muy importante de lectura e interpretación sería hacer el intento de traducir a un lenguaje de hoy el texto de las bienaventuranzas; teniendo en cuenta ese sentido sapiencial del que hemos hablado y esa “opción” o “elección” que hemos planteado como necesaria. Debemos conservar las palabras del evangelio, de Mateo o de Lucas, si es posible en su tenor y en su sentido original. Pero hoy debemos enriquecer nuestra comprensión de las mismas con el “espíritu” que emana de ellas. Es como cuando hemos vivido y atravesado un puente romano durante todo la vida, pero ahora, sin destruir ese puente, porque la ciudad ha crecido, hacemos uno nuevo, con tecnología punta. Subsisten los dos, pero quizás por el romano no pueden pasar todos los vehículos pesados de hoy. Los limpios de corazón, por ejemplo, son dichosos porque están abiertos a los demás y los valoran como hijos de Dios. Es decir, seamos creativos y proféticos al interpretar las bienaventuranzas del Reino.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Fuente: https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/1-11-2020/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/

Caminos de Santidad Mt 5,1-12

“Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero”.  Así termina la primera lectura de este día en que celebramos la solemnidad de Todos los Santos (Ap 7,2-14).

La inmensa multitud de los que se han mantenido fieles al mensaje del Cordero de Dios reconocen que, en medio de la persecución,  de él han recibido la fuerza para perseverar hasta el martirio: “La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero”.

El salmo responsorial nos asegura que esta es la generación que, a pesar de todas las dificultades, se empeña en buscar el rostro del Señor (Sal 23, 1-6). 

En la segunda lectura de este día se nos invita a mirar hacia el futuro y vivir esperando la manifestación de Dios: “Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro” (1 Jn 3,3).

LA DIGNIDAD HUMANA 

De una forma o de otra, todos somos buscadores. Con frecuencia nos dejamos ofuscar por el falso resplandor de las riquezas, del poder conseguido a cualquier precio, de los placeres que a veces arruinan nuestra vida. 

El error está en confundir las satisfacciones transitorias con la felicidad que puede colmar los deseos más profundos de nuestra vida. En realidad, el problema está en la misma comprensión del hombre. No sabemos o no queremos saber en qué consiste la dignidad humana, sobre la que hablamos y discutimos todos los días.

Esta solemnidad de Todos los Santos nos presenta siempre el mensaje de las bienaventuranzas proclamadas por Jesús (Mt 5,1-12). Para la idea actual de la total autonomía del ser humano, estas palabras nos llevan a vivir como esclavos.  Pero una crisis como la de la pandemia nos ayuda a comprender  el error  de nuestras búsquedas.   

ALCANZAR LA  FELICIDAD

Las bienaventuranzas que Jesús proclamó nos revelan la verdad última de toda persona. Nos recuerdan esos valores profundos que hacen que nuestra existencia sea humana y humanizadora. Las bienaventuranzas no solo nos dicen cómo ser santos. Nos  indican el camino para alcanzar la felicidad:

• Un camino que no lleva a  acaparar bienes, sino a compartirlos con los pobres.

• Un camino que no pasa por la violencia, sino por la mansedumbre y la humildad.

• Un camino en el que no podemos ignorar a los que sufren, sino compadecerlos.

• Un camino que no impulsa a la comodidad, sino a la búsqueda de la justicia.

• Un camino que no incluye la indiferencia, sino la misericordia y el perdón.

• Un camino que no tolera la hipocresía, sino que exige la limpieza y la verdad.

• Un camino que no justifica el conflicto, sino que promueve la paz y la armonía.

• Un camino que no valora la apostasía, sino  la fidelidad a la fe y al amor.

Clase interactiva de las religiones del mundo


Una manera interactiva para adentrarse en el conocimiento de las religiones y sus peculiaridades. Este "aula virtual" nos traslada mediante los símbolos a conocer los principales rasgos definitorios de las religiones del mundo. Una vez se cliquée sobre el símbolo de una aparecerá otra pantalla de aula donde al hacer lo mismo sobre objetos de la clase se accederá a informaciones más concretas: 
1- Pantalla = ORIGEN y DESARROLLO
2- Póster Súper Star = PERSONAJES
3- Alfombra-brújula = ESPECIALISTAS
4- Ordenador = MUJERES y LA RELIGIÓN
5- Equipo de Música = CINE y MÚSICA
6- Corcho = SISTEMA SOCIAL y VALORES + CULTO y ORACIONES
7- Libros = TEXTOS FUNDAMENTALES
8- Calendario = CEREMONIAS, RITOS y CELEBRACIONES
9- Póster ancho = ARTE y SÍMBOLOS
10- Fichas del Puzle = DIVINIDADES, RELATOS...
11- Teléfono Móvil = IDENTIDAD, VARIEDAD...

 

Trivial de las Religiones del mundo





Fuente: http://aprendemosenreli.blogspot.com

 

La ética del Amor Mt 14,22-33 (TOA30-20)

1. El evangelio de Mateo de este domingo nos ofrece la disputa sobre el mandamiento más importante. Sabemos que se unen o se juntan dos textos Dt 6,5 y Lv 19,18 que eran citados frecuentemente en discusiones éticas rabínicas, pero la idea de unirlos tan estrechamente a manera de resumen de toda la Ley y los Profetas fue una idea creativa no solamente brillante, sino, de nuevo, profética, como sucede en todas estas disputas concluyentes en Jerusalén. Lo que asombra en el texto evangélico es la seguridad soberana con que afirma que no hay preceptos como estos, porque en ellos se apoya toda la ley y los profetas. El texto dice que el amor al prójimo es "semejante" (homoía) al primero, dando a entender un orden lógico, pero sin disminuir su importancia. Es más, aquí Jesús nos está llevando a la conclusión de que aunque Dios no es el hombre, lo que podemos llamar la experiencia del amor no es distinta, aunque sean distintos los objetos o las personas amadas. Lo que le da gloria a Dios, precisamente, es que amemos al hombre como lo amamos a El; tendríamos que decir que no es posible amar a Dios más que al hombre.

2. Todo lo que no sea eso, evangélicamente hablando, es una falacia. Ya lo veía así el autor de la 1ª Jn 4 donde plantea con una radicalidad teológica inigualable lo que es la identidad cristiana del amor. Si Dios nos ha amado, entonces, entre otras cosas, no se dice que debemos amarlo a El, sino que debemos amarnos los unos a los otros. Es verdad que Dios quiere ser amado, necesita ser amado, como lo necesitamos cada uno de nosotros. Y es desde esa dimensión religiosa desde la que hablaba Jesús, quien con su predicación y con su praxis se empeñó tanto en descubrir a Dios como Abba, porque él y nosotros lo necesitamos así.

3.Por lo tanto, la praxis evangelizadora de Jesús nos descubre un Dios nuevo y a la vez, y por ello mismo, nos descubre un hombre nuevo. Es verdad que Jesús de Nazaret lo descubrió desde Dios. Esto es absolutamente irrefutable. Esta fontalidad nos expresa pues, que evangelizar es humanizar en todos los órdenes y desde todas las perspectivas. Jesús hizo coincidir con su evangelización la gloria de Dios y la del hombre. El hecho, pues, de que hoy se insista tanto en la humanización no depende de que vivimos en el siglo en el que el hombre está enamorado de sí mismo, de lo que ha hecho y de lo que tiene que hacer, sino que la misma esencia de la fe y de la identidad cristiana, en el Nuevo Testamento como totalidad, son todavía mucho más humanizantes y humanizadoras que lo que hoy se nos propone.

Fray Miguel de Burgos Núñez

https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/25-10-2020/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/

San Pablo y las mujeres

Para entender cabalmente la relación entre el Apóstol y las colaboradoras que compartieron su celo pastoral

Tercer volumen de una trilogía dedicada a las mujeres en la Sagrada Escritura. Después de ‘Mujeres de la Biblia’ (2018), sobre las figuras más relevantes del Antiguo Testamento, y ‘Mujeres de los evangelios’ (2019), este tercero indaga sobre aquellas amigas, hermanas y apóstoles que colaboraron activamente en la misión evangelizadora de san Pablo.


Además de estas mujeres, la obra también da espacio a una figura anónima que siempre ha recibido escasa atención por parte de los estudiosos: la esclava poseída y curada por Pablo. Y a tres grupos de mujeres que, aunque no son mencionadas en las cartas paulinas, jugaron un papel importante en la Iglesia primitiva: las profetisas, las diaconisas y las viudas.

Este volumen recoge los textos aparecidos en el mensual femenino de L’Osservatore Romano ‘Donne Chiesa Mondo’, firmados por reconocidas biblistas europeas y estadounidenses, y un último capítulo a modo de conclusión de Romano Penna, una de las máximas autoridades en literatura paulina.

El propósito no es afrontar cuestiones técnicas reservadas a los especialistas, sino abrir una ventana al mundo de Pablo, a fin de conocer mejor a sus colaboradoras, es decir, aquellas mujeres que compartieron con el Apóstol su celo pastoral.

Hay una idea muy difundida de que Pablo era un misógino y que contribuyó a frenar el impulso revolucionario del Evangelio. Otros autores, al contrario, sostienen que “Pablo de Tarso es el más feminista, incluso más que el propio Jesús”. Sea cual sea la posición que adoptemos al respecto, es un hecho indiscutible que la relación entre el Apóstol y las mujeres es una cuestión acuciante que continúa suscitando preguntas y respuestas de todo tipo.

Autora: Nuria Canduch-Benages (coord.)
Editorial: PPC
ISBN 9788428835404
128 páginas
Precio 15 euros

Aquí estoy, envíame (Domund 2020)

 


Fiel a su cita la jornada del Domund nos refresca la misión de anunciar y compartir el evangelio desde el compromiso social con el prójimo más necesitado. En el siguiente enlace podéis encontrar todos los materiales de la campaña de este año. Id hasta abajo y encontraréis este "menú" para acercase a la curiosidad de cada uno. Finalmente recojo la aportación recogida en España el año pasado y la distribución de su envío. 

Enlace: Materiales Domund 2020



AYUDAS ENVIADAS DESDE ESPAÑA

En 2019, OMP España envío a las misiones 10.527.782,81 €. Con estas ayudas se financiaron 439 proyectos, en 39 países, en 4 continentes, donde fueron distribuidas en función de sus necesidades de la siguiente manera:

ÁFRICA 68,45%

AMÉRICA 17,69%

ASIA 7,85%

OCEANÍA 6,01%

La dignidad humana no se compra, es un don Mt 22,15-21 (TOA29-20)

1. El evangelio de Mateo, hoy, nos sitúa en el corazón de las polémicas que Jesús mantiene con los dirigentes en Jerusalén y que los evangelistas sitúan al final de su vida, precediendo a la pasión (cf. Mc 12,13-17; Lc 20,20-26). Esta vez querían comprometerlo a fondo con las autoridades romanas, que vigilaban ferozmente cualquier movimiento social o político para castigar cualquier rebeldía. Oponerse al César, incluso en nombre de Dios, era ir contra la «pax romana», uno de los mitos de la época. Los espías pretenden halagarlo (Mateo sigue a Marcos y nos habla de los fariseos y los herodianos; Lucas, más coherente, nos habla de espías para entregarlo al gobernador), pero en el punto de mira está el prefecto romano Poncio Pilato, que era un gobernante de una crueldad sin miramientos, vengativa y arbitraria. Los judíos lo odiaban porque había introducido en Jerusalén bustos e insignias del César, además de haber usado el dinero sagrado del templo para construir un acueducto que llevara el agua a Jerusalén (Josefo, De Bello 2,9,2; 2,9.4).

2. La hierocracia y aristocracia de la ciudad santa mandan sus espías para poder deshacerse de este profeta galileo que anuncia el Reino de Dios, pero que no coincide con el reino de Roma, ni con el concepto que tienen del mismo algunos partidarios de la revolución contra Roma, ni específicamente con el reino que ellos quieren manipular en nombre de Dios. Los rebeldes dejaban a las claras que la única soberanía que aceptaban bajo el suelo de Judea es la de Dios (Ex 20,4-5); en ello Jesús podría estar de acuerdo. Pero las trazas, entre uno y otros, son muy distintas. Es verdad que Jesús parecía estar en un callejón sin salida: frente a Poncio Pilato, frente a las autoridades, frente a los revolucionarios nacionalistas, frente a todos. No obstante, él la encontró; la encontró recurriendo a las dignidad humana que Dios ha puesto en el corazón de toda persona como imagen suya. Los espías, con su trampa, van a caer en su propia ignominia, porque llevan en sus manos el “denario” con la efigie de Tiberio… pero Jesús no lleva nada en su zamarra. Solamente tiene su palabra y la fuerza de la sabiduría del reinado de Dios.

3.Cuando es preguntado, intencionadamente pide la moneda del tributo con la efigie del César y responde: la moneda hay que dársela al emperador; ¿por qué? Porque es el dinero, y el dinero es lo más sucio de este mundo. Los que acuñan moneda tienen poder y por el dinero dominan a los hombres. Entonces, ¿hay que someterse a él? ¡Ni hablar! Por eso añade con una intencionalidad manifiesta: «y a Dios lo que es de Dios». El dinero no es de Dios, sino que de Dios somos nosotros mismos, y por lo mismo nosotros solamente debemos estar sometidos a Dios. Ya San Agustín, que afirmaba: “El César busca su imagen, dádsela. Dios busca la suya: devolvédsela. No pierda el César su moneda por vosotros; no pierda Dios la suya en vosotros” (Com. Ps 57,11). La trampa la resuelve Jesús, no solamente con inteligencia, sino con sabiduría, donde salta por los aires la legalidad con la que pretenden acusarlo en su caso. La respuesta de Jesús no es evasiva, sino profética; porque a trampas legales no valen más que respuestas proféticas. El tributo de hacienda es socialmente necesario; el corazón, no obstante, lleva la imagen de Dios donde el hombre recobra toda su dignidad, aunque pierda el “dinero” o la imagen del césar de turno que no valen nada.

4. Aquí Jesús responde con una afirmación liberadora que solamente pueden captar los que no están cegados por el poder, el dinero, el odio y la injusticia. Quizás la mejor ilustración a todo ello la tengamos en San Ireneo, en esa expresión, que es paradigma de muchas radicalidades humanas y divinas: «La gloria de Dios es el hombre viviente; la vida del hombre es la visión de Dios». Todo esto quiere decir que el evangelio de Jesucristo implica, en una simultaneidad inconfundible, que de la misma manera que nos descubre al Dios viviente, nos descubre a la vez, y no por otro camino, al hombre viviente. Podemos usar los bienes de este mundo con eficacia, pero lo que no podemos hacer es vender nuestra vida al mejor postor. Al "césar" de turno podemos darle el dinero, o los impuestos, pero nuestra libertad nadie nos la podrá arrebatar.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Mujeres de la Biblia


 Un acercamiento femenino a algunas mujeres del Antiguo y el Nuevo Testamento

Hace treinta años, hablar de las mujeres de la Biblia era una novedad, al menos en nuestros países. La situación actual es, afortunadamente, muy distinta y, en muchos aspectos, cargada de esperanza. En estas últimas décadas, el interés por el estudio de las mujeres de la Biblia (las matriarcas, las profetisas, las mujeres sabias, las reinas, las heroínas, las esclavas, las esposas, las hijas, las prostitutas…) y de la función que desempeñan dentro del relato bíblico ha crecido hasta lo inverosímil. Esta es una invitación a conservar vivo su recuerdo y a reconstruir su historia, tejida de luces y de sombras, a caminar en la profundidad de nuestras raíces bíblicas a través de nuestras ilustres y sabias antepasadas.




Autora: Nuria Calduch-Benages (coord.)
Editorial: PPC
ISBN 9788428832267
128 páginas
Precio 15,50 Euros

Un banquete para la libertad Mt 22,1-14 (TOA28-20)

1.El evangelio del banquete que un rey da por la boda de su hijo es una de las parábolas más sofisticadas del evangelio de Mateo, que marca unas diferencias substanciales con la que nos ofrece Lucas (14,15-24); incluso podríamos hablar de parábolas distintas. Mateo nos habla de un rey, rechazado por los magnates, y tras ser maltratados y asesinados algunos de sus criados, manda atacar y destruir la ciudad. Ahora se debe ir a los cruces de los caminos para instar a los transeúntes a que vengan al banquete. Como es lógico, vinieron toda clase de gentes, buenas y malas. ¿Qué significa, pues, que tras esta invitación tan generosa e informal, el rey venga a la sala del banquete y encuentre a uno que no tiene traje de bodas? Esto cambia el sentido de la interpretación de los vv. 1-10, cuando la sala se llenó de invitados, poniendo de manifiesto que incluso los que no estaban preparados son invitados a un banquete de bodas. Aquí nos encontramos con lo más extraño, quizás lo más importante y original de la parábola de Jesús redactada por Mateo.

2. Los vv. 11-14, sobre el traje de bodas, pues, deben ser un añadido independiente. Estaríamos ante una reconstrucción alegorizante para la comunidad de Mateo, que saca unas consecuencias nuevas para los miembros de esa comunidad cristiana tan particular, con objeto de que sepan responder siempre a la llamada que se les ha hecho. Pensemos en la «justicia» de las buenas obras, del compromiso constante, de la perseverancia, a lo que es muy dada la teología del evangelio de Mateo. En todo caso no debemos perder de vista que la parábola la pronunció Jesús para poner de manifiesto la fiesta de la libertad de Dios que llama a todo el que encuentra. Por lo mismo, el significado del traje de boda, añadido posteriormente (quizás se trataba de una parábola independiente), debe estar supeditado al primero, porque no es lógico que los invitados por los caminos estén preparados para una boda. No obstante deberíamos suponer que en la semiótica del vestido con que se quiere generar el texto, todo el mundo, incluso lo más pobres, siempre encuentran unas ropas más decentes para ir a una boda o a un banquete; de lo contrario no tendrían sentido los vv. 11-14. Por eso pensamos con otros intérpretes que se trata de una parábola sobreañadida a la original de los vv. 1-10, que son los coinciden más con Lc 14.

3.En todo caso, la parábola es escandalosa, y debe seguir siéndolo en cuanto a los motivos de los que rechazan el banquete, como en la actitud del rey que, en vez de suprimir el banquete, invita a todo el mundo que se encuentre por los caminos: hay que buscar a las personas que no están atadas a nada ni a nadie; son libres. El banquete no es un acto burlesco, sino que Jesús piensa en el festín de la salvación; no en una fiesta de compromiso, sino de libertad. En ese supuesto, hasta el hombre que no lleva vestido de boda, independientemente de la teología de Mateo, habría que entenderlo, hoy y ahora, como que no está allí como los demás, libre para la gracia de Dios. Quien no posea esa actitud, “ese vestido”, estará echando por tierra la fiesta de la libertad y de la gracia.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Invitados a la fiesta Mt 22,1-14 (TOA28-20)

 “Preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera” (Is 25,6). El profeta Isaías anuncia un futuro descrito con los colores y sabores de un banquete de fiesta. Todos los pueblos de la tierra acudirán al monte del Señor, es decir, a su templo de Jerusalén. 

Pero a la promesa del banquete acompañan otros importantes motivos de alegría: el olvido de los fracasos del pueblo, la superación  del dolor y de las lágrimas, de los lutos y aun de la muerte. Todo un horizonte nuevo para la esperanza. 

El piadoso israelita responde a esa invitación manifestando el deseo de llegar hasta el templo de Dios: “Habitaré en la casa del Señor por años sin término” (Sal 22).

Desde la cárcel, a la que le han enviado un donativo, san Pablo da las gracias a los fieles de Filipos. Con toda delicadeza les dice que no deberían molestarse por él. Está acostumbrado a andar holgado y a pasar necesidad. Y, sobre todo, les manifiesta el motivo de su paz: “Todo lo puedo en aquel que me conforta” (Flp 4,13).

EL TRÍPTICO

 En el evangelio que hoy se proclama (Mt 22,1-14) se nos ofrece una parábola que se abre ante nuestos ojos como un tríptico. En él se muestran tres escenas que suscitan en nosotros sentimientos muy diversos.

El primer cuadro presenta a un rey que celebra la boda de su hijo con un espléndido  banquete. Es fácil imaginar la alegría y el ambiente de fiesta que se prepara. Los creyentes sabemos que Dios quiere celebrar la alianza de su hijo con esta humanidad nuestra. Y sabemos que Dios no nos impone una carga, sino que nos invita a una fiesta.  

El segundo cuadro nos presenta el triste espectáculo de los invitados que se excusan para no participar en el banquete. Las primeras comunidades cristianas pensaron en los hermanos de la primera alianza que se negaban a aceptar en Jesús al Hijo de Dios. Pero nosotros hemos de revisar los intereses que nos llevan a ignorar la invitación de Dios.

 El tercer cuadro presenta ante nosotros a los pobres que han sido invitados por los caminos para participar en el banquete. Entre ellos hay uno que no viste adecuadamente. Las primeras comunidades entendieron que no bastaba llamarse cristianos. Era necesario vivir como tales. Ese detalle es también un criterio para nuestro comportamiento. 

GRACIAS Y PERDÓN

Como en tantas otras ocasiones, esta parábola es un evangelio en el evangelio. Es decir, es un buen resumen del anuncio de la salvación.

• En efecto, la parábola nos habla de Dios. Y nos dice que es generoso, que piensa en nosotros, que nos convida a una fiesta, que espera que aceptemos su llamada.

• Además, la parábola denuncia a todos los que se atreven a despreciar la invitación de Dios, considerando que sus propios planes, proyectos e intereses son más importantes.

• La parábola recuerda a todos los pobres y proscritos de este mundo, que son también invitados a la fiesta que Dios ha organizado.

• Y finalmente, la parábola nos enseña que la generosidad de Dios no puede convertirse en una fácil excusa para que podamos vivir irresponsablemente.

  Por una parte el evangelio pone de manifiesto la autosuficiencia de quienes ignoran la voluntad, el amor y la llamada de Dios. Y por otra parte, denuncia la frivolidad  de los que, confiados en la magnanimidad de Dios, no se preocupan de honrarle como se debe.  

Dios, ha plantado una viña, una comunidad, nueva Mt 21,33-43 (TOA27-20)

 1. El evangelio nos propone la parábola de los viñadores homicidas y está en continuidad con los textos del evangelio de Mateo que muestran las polémicas de Jesús con los dirigentes judíos antes de la pasión, viniendo a poner el punto final de una polémica que comenzó en Galilea. Aunque la parábola está tomada de Marcos (12,1-12), el primer evangelio nos propone algunos matices que llevan el texto a una densidad polémica contra el judaísmo, que extraña sobremanera en este evangelio de Mateo, tan propicio a asumir lo mejor de la teología veterotestamentaria y judaica.

2. En la redacción y sentido de esta parábola juega un papel importante la reflexión sobre el Sal 118,22-23. Se identifica claramente a los viñadores con los jefes del pueblo. El "vosotros" del v. 43 indica que los dirigentes religiosos del judaísmo, rechazando a Jesús, han perdido su última oportunidad de dar a Dios lo que correspondía y, de esa forma, han arrastrado a todo el pueblo en su infidelidad como aparecerá claramente en el juicio ante Poncio Pilato (cf Mt 27,20-25). La segunda parte de la sentencia anuncia el traspaso de la viña que no se hará a "otros dirigentes" sino a un nuevo "pueblo que produzca frutos" (v. 43). Esto es importante para entender esta parábola, no solamente porque los cristianos debemos rechazar todo antisemitismo, sino porque es verdad que la decisión final de condenar a Jesús estuvo en manos de "dirigentes" ciegos para ver e imposibilitados para acoger palabras proféticas como las de Jesús sobre Dios y sobre el Reino.

3.Esta parábola, con sus transformaciones en la comunidad cristiana después de la pasión de Jesús, es una puerta abierta siempre a la conversión, a la esperanza. Los hombres que en tiempos de Jesús aguardaban, entonces, que se diera en su generación la irrupción de un mundo nuevo e inaudito, se percataron de que aquella parábola iba por ellos y no quisieron aceptar que el tiempo nuevo había llegado con aquél profeta que hablaba de aquella manera. Quien entiende que esta parábola nos introduce en un mundo donde sólo hay vida cuando no se vive a costa de otras vidas, habrá dado con esa puerta abierta a la esperanza, a la fraternidad, a la paz y a la justicia. Sabemos que la realidad última, para la fe cristiana, es Dios mismo, pero como Dios Padre de todos los hombres. Era el Padre de Jesús, el profeta de Nazaret, y ese Dios, cuando se asesina a cualquier hombre, siente en sus entrañas lo que sintió con la muerte de Jesús. También esta parábola de Jesús es un canto de amor por la vida.

4. Pero no podemos evitar sacar conclusiones muy significativas para ahora y para todos los tiempos. La religión que mata o permite guerras en nombre de Dios, no es exactamente "religión", religación a Dios. Por eso esta es una parábola que debe leerse clara y contundentemente contra los fundamentalismos religiosos que amenazan tan frecuentemente a los pueblos y a las culturas. No hay apologética capaz de defender a "nuestro Dios" con la muerte de los otros, porque en todos esos asesinados, Dios mismo está muriendo. Y si Jesús fue eliminado, creyendo los dirigentes que daban gloria a su Dios, se encontraron con que esa muerte se ha convertido en la "piedra angular" de una religión nueva de amor y de paz. Y los asesinos fundamentalistas, pues, quedarán sin Dios y sin religión.

Fray Miguel de Burgos Núñez