Cantaré (Resurrección)



 Letra:
Cantare, viviré, tu amor en mi buscare Señor

Tú que me robas el corazón y me llenas con tu luz
Que inunda mi interior y me llevas alto
Vives en mi corazón
Por siempre canto, cantare

Cantare de tu amor 
Por siempre canto
Cantare de tu amor en mí
Cantare de tu amor

Por siempre canto, cantare

Cantare de tu amor 
Por siempre canto
Cantare de tu amor en mí
Cantare de tu amor

Hoy Dios te convoca

Hoy Dios te convoca.
Hoy Dios sale a tu paso.
Hoy Dios te sugiere, con susurro de invitación:
Vuélvete a mí. Te estoy esperando.
Rasga tu corazón y purifícalo de todo lo que le aparta de mí.
Pregúntate: ¿Quién es tu dios? ¿A quién o a qué adoras?

Hoy Dios te dice:
Este es el tiempo oportuno.
Esta es una nueva oportunidad.
Este es un día de salvación.
En nombre de Dios: “Déjate reconciliar con Dios”.

Hoy Dios te dice:
No vivas de apariencias.
Trabaja en secreto tu corazón hasta hacerlo semejante a Dios.
Entra en el secreto de tu vida. Atrévete.
Dios está en lo escondido, en tu adentro más íntimo.
Entra allí, en tu adentro.
Atraviesa la superficialidad que te rodea.
Entra en tu adentro y ora.
Dios escucha tu secreta oración.
Dios tiene ganas de intimar contigo.
Dios te está esperando.

Hoy Dios espera:
Hacerte nuevo.
Alegrar tu vida.
(Fuente: reflejos de luz)

DNI para la conversión

Hace más de veinte siglos unos hombres escogieron el poder para humillar a Jesús, la violencia para colgarle de una cruz… Hoy, 2.000 años después, la mayoría de los que nos declaramos cristianos hemos escogido la indiferencia para que Jesús no trastoque demasiado nuestras vidas…

Te invito a que en este tiempo de cuaresma revises tu vida como cristiano, como discípulo de Cristo. Este DNI que, a continuación, te muestro, te ayudará a recorrer con Jesús el camino del Calvario… Sólo así, podrás, unos días después, reconocerle en el camino de Emaús y gozar para siempre de su compañía.

Conviértete. De corazón. No te preocupes por la fachada, por el envoltorio. Jesús te conoce de sobra; no intentes engatusarle con “penitencias de todo a cien.” Rasga tu corazón, no tus vestiduras.

Ubícate. Utiliza para tal fin “el GPS de los evangelios.” En especial, el pasaje de Lucas (4,1-13). Acude al desierto donde te esperan un montón de dudas, de tentaciones… Pero no te des a la fuga, Jesús no te dejará solo, si confías en Él, saldrás victorioso.

Ayuna. Levántate todos los días con hambre de justicia. Acude a tu trabajo con hambre de solidaridad. Relaciónate con tus hermanos con hambre de fraternidad. Acoge las pruebas y los sinsabores con hambre de fe y acuéstate al finalizar la jornada con hambre de Dios. Ya verás como acabarás dándote “un atracón” de amor, de Amor del bueno.

Reza. Cierra las puertas de la desidia, de los ruidos, de las prisas, del “cumpli-miento.” Y, ahí, en lo escondido, en el interior de tu corazón ama, ora y habla a Dios de los hombres y a los hombres de Dios; pues nada sabe de oración el que no ama y nada sabe de amor el que no ora.

Escucha. Precisamente porque Dios te ha dado una boca y dos oídos, escucha el doble de lo que hablas. Pon “a cuarentena” tu lengua y escucha la hermosa melodía que Dios, a través de las ondas de tus hermanos, pone todos los días en tu corazón.

Santifícate. Dios, a través de este tiempo de gracia, te envía un mensaje: “La cruz es ante todo una declaración de amor.” A pesar de que haya gente a tu alrededor que siga prefiriendo un cristianismo de butaca, tú apuesta por un cristianismo de cruz. Recuerda que una persona santa no es aquella que nunca cae, sino la que siempre se levanta.

Mira. A tu alrededor. No es la cuaresma un tiempo para caminar solo. A tu lado, Jesús sigue cayendo una y otra vez bajo el peso de la cruz. Sólo los que tienes ojos pueden ver las necesidades de los otros y convertirse en cireneos de tantas personas que siguen recorriendo el camino del Calvario un día sí y otro también.

Ama. Pues sin amor despídete de entender a Dios, porque Él es eso, precisamente Amor. Combate las dudas, los fracasos, las cruces, el dolor... a base de amor. No olvides que si sufriendo se aprende a amar, amando se aprende a sufrir. Si amas, la Pascua, la resurrección, la dicha de un Dios-Amor brotará, y de qué forma, en tu vida y en la de tus hermanos… ¡Haz la prueba!
(Fuente: Reflejos de luz)

La entrada del rey Lc 22,14-71.23,1-56 (Domingo Ramos C)

“Ofrecí la espalda a los que me golpeaban; la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos”. En la primera lectura de este Domingo de Ramos escuchamos la lectura de uno de los poemas del Siervo de Dios, que se encuentra en la segunda parte del libro de Isaías (Is 50,4-7).
Jesus entra triunfante en Jerusalén, pero sabemos que entra para morir en la cruz. Como ha dicho el papa Francisco, “Es precisamente aquí donde resplandece su ser rey según Dios. Su trono regio es el madero de la cruz”.
El salmo responsorial recoge la súplica de Jesús. “Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado”. Bien sabemos que esas palabras del salmo 21 eran el principio de una invocación que reflejaba la confianza en Dios de quien pasa por el valle del dolor.
La lectura de la pasion de Jesús según san Lucas nos recuerda que en la cruz del Señor encontramos la misericordia de Dios que lava nuestros pecados.

EL CLAMOR DE LOS PEREGRINOS

Con Jesús debieron de subir a Jerusalén algunos peregrinos procedentes de Galilea. Tal vez habían compartido con él unos días de descanso en Jericó. Y posiblemente habrían presenciado el encuentro de Jesús con el ciego Bartimeo, que imploraba su ayuda desde la vera del camino, reconociéndolo como Hijo de David.
Ese es el título con el que lo aclaman aquellos peregrinos que lo acompañan hasta la Ciudad Santa. A ese título añaden un conocido verso de los salmos (Sal 118,26). La bendición con la que la asamblea litúrgica recibía al rey que regresaba victorioso: “¡Bendito el Rey que viene en nombre del Señor!” (Lc 19,38). 
Tambien los ramos recordaban aquel antiguo cántico de triunfo. Pero el entusiasmo de los galileos alarmó una vez más a los habitantes de la ciudad de Jerusalén. A sus preguntas sobre el que llegaba montado sobre un pollino, los peregrinos respondieron alborozados: “Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea” (Mt 21,10s).

EL GRITO DE LAS PIEDRAS

  Aquel alboroto podría desatar la represión por parte de los romanos. Eso debían de temer los fariseos que presionaban a Jesús  para que calmara el entusiasmo de sus seguidores. Pero la respuesta de Jesús suscita todavía ahora nuestra reflexión.
• “Si estos callan, gritarán las piedras”. También en este tiempo que nos ha tocado vivir son muchos los que pretenden amordazar a los discípulos de Jesús. No pueden soportar el mensaje del Maestro ni la voz de los mensajeros.
• “Si estos callan, gritarán las piedras”. Seguramente los discípulos de Jesús oyeron estas palabras. Y hemos de oírlas también ahora. No podemos guardar en silencio la palabra del Señor. La recuerda y la exige cada día el anhelo más hondo de la humanidad.  

• “Si estos callan, gritarán las piedras”. Ni el temor ni la cobardía han de hacernos callar el mensaje de Jesús para este tiempo y para este escenario de la historia. Si enmudecemos, otros pregoneros vocearán esa Palabra que salva y libera al ser humano.   

Día de S. José - Día del padre (19 de marzo)








Fuente: dibujosparacatequesis, elrincondelasmelli, azcolorear, misfiestasinfantiles, dibujoscolorear,

Colorear-online dibujos de Cuaresma-Semana Santa

Para disfrute de los más pequeños. Sólo a un clic se nos abre el dibujo elegido y se nos muestra a la derecha una variada paleta de pintor para estimular la creatividad a la vez que se tiene delante un dibujo que evoca un momento concreto de la cuaresma o la semana Santa. ¿Quieres probar? Haz un CLIC AQUÍ.

Entrevista-testimonio de Jim Caviezel (La pasión de Cristo)

Jim Caviezel (EEUU 1968) protagonizó la película "The Passion" dirigida por el famoso Mel Gibson. En el transcurso de la grabación se le disloco un hombro, fue latigado, tuvo pulmonía, le cayo un rayo en la cruz y se le hizo una cirugía al corazón. El propio director le comentó que si aceptaba el papel seguramente no volvería a trabajar en Hollywood. Jim, católico que vive su fe, le contestó que cada uno tiene que llevar su cruz. El resultado impresionante.
Tras la película, y con el tiempo, aceptó esta entrevista en un gran auditorio en el que no sólo comentó los pormenores de la película sino que compartió con todos su visión de la vida y su forma de alimentar su fe en Jesús, el Cristo, día a día. Subtitulada en español resulta un testimonio alentador. Siéntate y disfruta.

Semana Santa para comprender y vivir

Elrincondelasmelli nos vuelve a sorprender con buenas propuestas educativas. En esta ocasión, para poder trabajar los días centrales de la Semana Santa-Triduo Pascual nos presenta diversas fichas con texto, actividades varias y dibujos que lo completan. Como siempre, muy recomendable la visita. Para ver todas las fichas elaboradas, pincha en aquí en ELRINCONDELASEMANASANTA

Liberación y perdón Jn 8,1-11 (CUC5-16)

“No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?” Ese oráculo divino se encuentra en el texto del libo de Isaías que se proclama en este quinto domingo de Cuaresma (Is 43,16-21). 
Lo antiguo era la esclavitud en Egipto y la asombrosa liberación que Dios había ofrecido a su Pueblo. Lo nuevo es el exilio que padece en Babilonia y la nueva liberación que Dios le promete. Si un día abrió a su pueblo un camino por el mar, ahora le abrirá un camino por el desierto.
La gratitud por el pasado ha de suscitar la esperanza de un futuro inmediato. La misericordia de Dios atraviesa los tiempos y da sentido a la historia. Con razón, el salmo da cuenta de la alegría de los liberados: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Sal 125).

UN DOBLE DESAFÍO

 En el evangelio de este quinto domingo de Cuaresma se nos presenta el episodio de la mujer adúltera (Jn 8,1-11). Los escribas y fariseos traen ante Jesús a una mujer sorprendida en adulterio. No les importa la dignidad de la mujer. Sólo pretenden dirigir a Jesús un desafío. Ésta es la pregunta: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?” (Jn 8,6).
Si el Maestro dice que hay que apedrear a la mujer podrá ser acusado de despiadado y se hundirá para siempre su fama de profeta misericordioso. Si no la condena, no merece el nombre de profeta y será denunciado por contradecir la Ley de Moisés, que imponía la lapidación como pena por el adulterio (Lev 20,10; Dt 22, 22-24).
Como ajeno a la pregunta, Jesús se inclina y escribe en el suelo. De hecho, trata de hacer conscientes de su pecado a los hombres que la acusan de pecado para poder lapidarla: “Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra” (Jn 8,7). En el contexto evangélico, estas palabras son una interpelación a los que presumen de limpios e inocentes y se arrogan el derecho de acusar a los demás. Ese es el desafío de Jesús.

EL MAL Y EL PERDÓN

En la respuesta de Jesús a la “mujer sorprendida en adulterio” hay dos partes igualmente importantes para nuestro tiempo y para nuestra conciencia personal:
• “Tampoco yo te condeno”. Jesús establece una distinción definitiva entre el mal moral y la responsabilidad. El primero no siempre implica la segunda. A ese binomio dramático, Jesús añade su  propio veredicto: el del perdón. Jesús ha venido al mundo no a condenarlo, sino a  salvarlo de su mal. Del mayor mal, que es el pecado. Jesús es el mensajero y el testigo de la misericordia de Dios. 

• “Anda y en adelante no peques más”. Jesús no ignora la realidad hosca del pecado. Aceptar a la persona no significa negar su libertad, ni equiparar el valor moral de todas sus decisiones, ni cerrar los ojos ante el dramatismo de sus tropiezos. Jesús no trivializa el pecado. Nunca ha presentado el mal como un bien. Pero invita a los pecadores a la conversión, a la confianza, al cambio de vida, a emprender un nuevo comienzo.

La semana santa (colorear y pegar)

La Semana Santa es una fiesta que se celebra en toda España. Con este libro, descubrirás y aprenderás un montón de datos y curiosidades sobre los pasos, las personas que acompañan a las imágenes, y mucho más sobre cómo se celebra en distintas ciudades de nuestro país; además, podrás colorear sus bonitas ilustraciones y completar con las pegatinas que encontrarás en su interior.

Ediciones Susaeta S.A.
ISBN:  9788467745351
128 páginas
Tamaño: 19,5 x 25 cms.
Precio 5,95








El alimento y la fiesta Lc 15,1-3.11-32 (CUC4-16)

 “El día siguiente a la pascua, ese mismo día, comieron el fruto de la tierra: panes ácimos y espigas fritas” (Jos 5,11). El autor del libro de Josué señala así el final del periodo del largo peregrinaje de los hebreos a través del desierto.
Con razón el salmo responsorial (33,2-7)  nos exhorta a aceptar los bienes del Señor: “Gustad y ved qué bueno es el Señor”. La providencia que demostró a su pueblo es una prenda y promesa del amor con que vela por cada uno de nosotros.
El primer domingo de cuaresma, oíamos la respuesta de Jesús al tentador que le ofrecía fáciles panes por arte de magia: “No solo de pan vive el hombre”. La liturgia de hoy nos sugiere que el Señor nos alimenta con el maná de su palabra y de la eucaristía.
De hecho, nuestro Padre nos trata como hijos y nos exhorta a vivir como hermanos que participan del mismo alimento.

SER HIJOS

El evangelio de este cuarto domingo de cuaresma nos propone la lectura de la parábola del “Hijo pródigo”. Así solemos titularla, aunque bien sabemos que el centro de la parábola es el padre misericordioso.
También en este caso, el alimento ocupa un lugar importante. El hijo que se va de casa, se ve obligado a servir a unos amos que no se preocupan por él. En consecuencia, ha de padecer el hambre. Y el hambre le lleva a añorar la casa de su padre.
Cuando al fin se decide a retornar a casa, el padre lo recibe con los brazos abiertos. El relato parece subrayar el fin del hambre y de la miseria. El padre manda preparar un gran banquete para celebrar el regreso del hijo que se había perdido.
Así pues, también en este caso, se pone ante nuestros ojos la misericordia y la compasión de Dios, reflejada en el alimento, o mejor en el banquete de la fiesta. Dios no es indiferente a la suerte o la desgracia de sus hijos.

SER HERMANOS

La parábola incluye también la reacción del hermano mayor que se niega aparticipar en el banquete ordenado por su padre. Pero también para él hay una palabra que evoca la ternura de la convivencia y exhorta a la alegría:
• “Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo”. Como ha dicho el papa Francisco, Dios no engendra “hijos únicos”. A todos ha de recordarnos la suerte de tenerlo por padre y de poder ser reconocidos como hijos suyos.
• “Deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido”. Pero Dios no olvida exhortarnos a reconocer al otro como nuestro hermano. Y nos invita a celebrar con él la alegría de la vida que triunfa sobre la muerte.

• “Estaba perdido y lo hemos encontrado”. En realidad, el padre había perdido al hijo menor. Y el hijo mayor se empeñaba en perder a su hermano. Pero el hallazgo es un motivo de alegría compartida.