La familia ante los desafíos actuales


LOS DESAFÍOS PASTORALES  DE LA FAMILIA EN EL CONTEXTO DE LA EVANGELIZACIÓN

Bajo este título ha sido presentado en el Vaticano el Documento de trabajo preparatorio para la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de obispos que se celebrará en Roma en octubre de este año 2014.

El texto se divide en tres grandes partes en las que se distribuyen los 159 números de los que consta el documento. Un documento para que los cristianos le dediquemos tiempo en esta época en que disfrutaremos de algo más de tiempo libre. Aquí te presento el texto completo en PDF.


Solemnidad S. Pedro y S. Pablo (29 de junio) Mt 16,13-19

Estamos tan acostumbrados a mencionar a San Pedro y San Pablo que podemos olvidar la importancia de su misión en los orígenes de la Iglesia.
El texto de los Hechos de los Apóstoles que hoy se lee en la misa (Hech 12, 1-11) nos remite a un fresco bellísimo en el que Rafael dejó plasmada la liberación de Pedro. Herodes lo había metido en la cárcel durante la semana de Pascua. Pero “mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él”.
Orar por Pedro era un deber de gratitud y de amor para la primera comunidad de Jerusalén. Pedro será bien consciente de que esa oración le ha “liberado de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos”.
También Pablo es consciente de que el Señor lo ha liberado de la boca del león y lo seguirá librando de todo mal, salvándolo para su Reino (2Tim 4,17-18).

PILARES DE LA FE

A estos pilares de la fe de la Iglesia celebramos hoy en una misma fiesta. Su diferencia de talante y de opiniones no los separó en vida de la gran misión que les fue confiada por su Señor ni los aleja ahora en nuestra veneración.
De Pedro nos dice el evangelio de hoy (Mt 16, 13-19) que reconoció a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios vivo. A cambio, Jesús le cambia su nombre de Simón por el de Pedro para hacer de él la piedra sobre la que el Señor va a edificar su Iglesia. 
Pablo, por su parte, resume a su discípulo Timoteo su propia tarea de apóstol y misionero: “El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles”.
Así pues, los dos apóstoles y pilares de nuestra fe han sido liberados por Dios para convertirse en agentes de la liberación que nos proporciona el Evangelio de Jesucristo.

UN ÚNICO SALVADOR

En la solemnidad de hoy queda flotando la confesión que el Evangelio coloca en la boca de Pedro:
• “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Pedro es el modelo de una fe que reconoce a Jesús como el ungido de Dios, el Salvador que Él nos envía, el Hijo único de Dios. Esa era la condición mínima para ser un auténtico discípulo de Jesús de Nazaret. Los que pretendían seguirlo por otros motivos pronto abandonaron el camino.
• “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Esa es la fe de la Iglesia, convocada y guiada por el Espíritu. Y ese es el resumen de su mensaje. La Iglesia no es una organización no gubernamental de beneficencia, ni una asociación cultural, ni un grupo de poder. Es la comunidad de los que aceptan a Jesús como el Mesías divino que redime lo humano.
• “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Esa es la buena noticia que los cristianos anuncian a toda la humanidad. En un mundo secular, muchos ponen la salvación en la técnica o en la política, en el arte o en la guerra. En un mundo plural y multicultural se nos ofrecen muchos salvadores. La fe en el Mesías Jesús es el camino para la paz.

S. Pedro y S. Pablo (29 de junio)




Fuente: elrincondelasmelli.blogspot.com

El Big-Bang: ¿Es ciencia?

Ayer (23-6-2014) publicaba Antonio Ruiz de Elvira, catedrático de Física Aplicada de la universidad de Alcalá (Madrid-España) un árticulo en el periódico El Mundo bajo ese epígrafe. Su reflexión en alto merece dedicarle unos minutos para entender parte de la ciencia real y otra ciencia no tan ciencia. Este es su texto:

 "Hace un par de meses la comunidad ¿científica? se sintió enormemente estimulada por una noticia procedente de un observatorio astrofísico de las tierras polares del sur: Parecían haberse descubierto unas ''ondulaciones'' que los empleados en el proyecto asignaron sin más a algo tan problemático como lo que pudo o no pudo pasar en unos instantes de ¿tiempo? en el ¿origen? del Universo.

Se nos dijo que se habían detectado señales fósiles de la gran inflación, cuando el punto matemático (o la esfera homogéneas de ¿energía?) que era el Universo original se expandió hasta casi el tamaño actual.

Ahora parece ser que esas ondas eran, con alta probabilidad, el movimiento del polvo galáctico.

La ciencia es ciencia si se repiten los experimentos muchas veces, por laboratorios independientes, que no dependen para su financiación de que se encuentre algo o deje de encontrarse. Si para garantizar una cierta financiación es preciso hacer grandes descubrimientos, los grandes descubrimientos se harán, al menos hasta que esté garantizado el siguiente plazo de la financiación. (Curiosamente, en otros campos de la financiación pública el dinero se da a fondo perdido como, por ejemplo, en la guerra de Irak, sin que se exijan resultados ni se demanden responsabilidades por los fracasos).

Si la ciencia real son los experimentos repetidos ¿cómo repetir el Big-Bang muchas veces?¿Es un evento único un objeto para la ciencia?

Hay que ser muy cuidadosos cuando se afirma que se ha encontrado algo que confirma, no una teoría, sino un sueño.

Para empezar, si el Universo empezó en un punto matemático, o en una inmensa bola de radiación salida de la nada, no existía el tiempo. El tiempo es la relación entre los movimieentos de entes u objetos -distintos-, y no puede haber tiempo en un punto o en una única masa homogenea. Y respecto al espacio, pasa lo mismo: Si no hay irregularidades, no se puede medir el espacio.

Todo el sueño de la ''gran inflación'' se coloca en los primeros quintillonésimos de segundo: Esto, o se define bien, o carece de sentido, y si ya carece de sentido la primera afirmación, todas las demás sobran.

Hagamos ciencia. Los sueños, para los adolescentes, para las pulgarcitas y pulgarcitos.

Del Maná de Moisés al pan de Jesús Jn 6,51-58 (Corpus Christi)

En el libro del Deuteronomio se ponen en boca de Moisés algunos discursos en los que recuerda al pueblo de Israel la asistencia que Dios le prestó en el desierto: “Él te afligió haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná -que tú no conocías ni conocieron tus padres- para enseñarte que no solo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios” (Dt 8,3).
El maná quedaría en el recuerdo de Israel como el signo de la protección que Dios le había dispensado a lo largo de su camino por el desierto. Sin él no hubiera sido posible sobrevivir en la estepa.
Recordar el maná que Dios les había dado era para los hebreos recordar al Dios que les había dado el maná. Ese recuerdo exigía de ellos una sincera gratitud. En el relato de las tentaciones,  Jesús cita esa frase para indicar que escuchar la palabra de Dios es el único modo de vivir en la verdad y en la fidelidad al Señor.   
 
SACRAMENTO DE LA VIDA

 Después de la multiplicación de los panes y los peces, las gentes siguen a Jesús. En realidad tienen hambre de pan y hambre de orientación para la vida. De sobra sabe él que muchos lo siguen por el interés. Pero en el largo discurso que pronuncia en la sinagoga de Cafarnaún, Jesús explica el sentido último del pan que él ofrece a las gentes. .
La multiplicación de los panes revela lo que el Maestro es y la misión que le ha sido confiada.  En el texto que hoy se proclama (Jn 6,51-58), Jesús recuerda el maná del desierto: “Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron. El que come este pan vivirá para siempre”.
Vivir y vivir con dignidad es una aspiración universal. Vivir para siempre parece una utopía. O un milagro, inalcanzable por las solas fuerzas humanas. Pero Jesús proclama que el pan de su vida y el pan de su palabra anuncian y realizan ese milagro de la vida sin término.
La fe cristiana sabe que anunciar y realizar son las dos notas de todo sacramento. Así que el pan de Cristo es en verdad el sacramento de la vida.

VIÁTICO PARA EL CAMINO

En esta fiesta, en que veneramos el Cuerpo y la Sangre de Cristo, meditamos y agradecemos el don de su cuerpo y de su sangre.
• ˝Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo”. Jesús se identificará con la puerta del redil y con la vid a la que se unen los sarmientos. Ahora se identifica con el pan. Estas imágenes nos dicen que él es necesario para nuestra salvación. Él viene de Dios.
• “El que coma de este pan vivirá para siempre”. Dios es la fuente de la vida. Y Jesús viene de Dios. Es Dios. Así que alimentarse de Jesucristo, de su palabra y de su vida, es el camino para poder vivir una vida sin término.
• “El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”. El pan de la palabra y el pan de la eucaristía constituyen el sustento necesario para conservar la vida de la fe, de la esperanza y del amor. He ahí el camino para un mundo nuevo.

El cielo es real. El libro

Hoy, 19 de junio, se estrena en España la película "EL CIELO ES REAL" basada en el libro del mismo título del autor Tod Burpo con Lynn Vicent, la asombrosa historia de un niño pequeño en su viaje de ida y vuelta al cielo.
 Para quien lo quiera adquirir en papel su precio es de 15 euros. 
También he encontrado este enlace con el texto en PDF.
Si te animas a leerlo, ya sabes
(Leer más)

Sor Cristina ganadora del"La Voz" en Italia

Sor Cristina se alzó con el premio ganador en el popular concurso LA VOZ en su edición en Italia. Tras unos segundos de emoción dio las gracias a Dios. ¿Cómo? Rezando en directo un Padrenuestro. Por cierto, Italia nadie se rasgó las vestiduras por este gesto. Allí entienden de convivencia y respeto. ¡Qué envidia! (sana, por supuesto)

Amor y Gloria Jn 3,16-18

“Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad”. Así se presenta el mismo Dios a Moisés entre las rocas del monte Sinaí (Ex 34,6). Esa manifestación que se proclama en la misa de hoy ya nos revela la bondad infinita de Dios.
Él ha liberado a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Pero Moisés sabe que el punto de partida significaría bien poco si no se alimentara en el pueblo el ideal del punto de llegada. La memoria ha de abrirse a la esperanza. Por eso le ruega al Señor que camine con su pueblo y lo tome como su heredad.
 Caminar con el Dios de la compasión y la misericordia no es un privilegio exclusivo de aquellas tribus hebreas. La fe nos dice que también nosotros podemos caminar amparados por el Dios compasivo y misericordioso.

EL AMOR DE DIOS

 Jesús revela a Nicodemo la identidad de Dios y su proyecto sobre el hombre: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna” (Jn 3,16). Con esta manifestación se completa la que se encontraba en el libro del Éxodo. El Dios compasivo ama a este mundo.
Esa intuición de la experiencia hebrea es el núcleo de la fe cristiana. En la religión de los griegos nunca se habría podido imaginar que los dioses amaran a los hombres. Los dioses infundían terror. Los predicadores cristianos tuvieron que desempolvar el verbo “agapáo”, como en este caso, para hablar del amor gratuito y misericordioso de Dios.
Una de las causas del ateísmo contemporáneo se encuentra precisamente ahí. Muchos confunden el Dios que anuncia Jesús con el Dios que condenó a Prometeo por haber intentado ayudar a los hombres a prosperar. El Dios que envía a su Hijo Jesús no tiene celos de los hombres. Al contrario ama a los hombres y a su mundo.

EL NOMBRE Y LA GLORIA

En el pueblo de Lardeira (Orense) se venera una interesante imagen de la Trinidad. Tres figuras se miran como afirmando su identidad divina y su diversidad como personas. A ellas se refiere San Pablo en la segunda lectura de hoy: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con vosotros” (2 Cor 13,13).
• “La gracia de nuestro Señor Jesucristo”. Si por Moisés nos fue dada la Ley, por Jesucristo nos han llegado la gracia y la verdad (Jn 1,17). A él acudimos con esperanza, sabiendo que seremos aceptados y perdonados.
• “El amor de Dios”. El Dios Creador del mundo y liberador de Israel, es nuestro Padre y nos ama de forma creativa y gratuita, con amor compasivo y misericordioso.
• “La comunión del Espíritu Santo”. El Espíritu de Dios es la comunidad de Dios, que humildemente tratamos de reproducir en nuestras comunidades humanas.
En su exhortación “La alegría del Evangelio”, el Papa Francisco nos recuerda que nuestra fe en el Dios trinitario promueve el amor al prójimo, la fraternidad y la justicia y nos lleva a la compasión que comprende, asiste y promueve a la persona (EG 178-179).

Contamos contigo. ¿Cómo invierte la Iglesia en la sociedad?

Se ha presentado la Memoria Justificativa de Actividades de la Iglesia del ejercicio 2012 con los recursos que los españoles (que no el Estado o el Gobierno) donan de su Declaración de la Renta (IRPF). En el enlace siguiente tenéis la oportunidad de encontrar pormenorizados todos los datos. Destaco dos:
1- Se han atendido a mas de 3.500.000 de personas
2- 9.000.000 millones de contribuyentes han optado por poner la "x" en la casilla de la Iglesia (un millón más que hace cuatro años)

El don del Espíritu Santo Jn 20,19-23

En la exhortación  La alegría del Evangelio, el Papa Francisco nos dice que “una evangelización con espíritu es una evangelización con Espíritu Santo, ya que Él es el alma de la Iglesia evangelizadora” (n. 261).
Según el libro de los Hechos de los Apóstoles que hoy se lee en la liturgia (Hch 2,1-11), durante la fiesta judía de Pentecostés, los pocos seguidores de Jesús estaban reunidos en un mismo lugar. Junto al huracán que resonó en toda la casa, aparecieron unas lenguas como de fuego, repartidas sobre cada uno de ellos. “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas según el Espíritu les daba que hablasen”. 
El Espíritu de Dios cambió a los miedosos y egoístas discípulos de Jesús en valientes y generosos testigos de su resurrección y de su mensaje. El Espíritu de Dios es Espíritu de amor. Y el amor se hace comprensible en todas las lenguas. 
 
FIESTA DEL ENVÍO

El evangelio (Jn 20,19-23) nos recuerda que ya el mismo día de su resurrección, Jesús se apareció a sus discípulos, les deseó la paz y, al mostrarles sus llagas, “ellos se alegraron de ver a Jesús”. La paz y la alegría son los primeros regalos del Resucitado.
Pero el gran regalo, el “altísimo don de Dios” es su Santo Espíritu. Sin el Espíritu es imposible vivir la alegría del Evangelio. Si no se nos da el Espíritu no podremos reconocer al Señor Resucitado. Si no acogemos con fe al Espíritu de Dios, no podremos vivir el gran regalo del perdón
El Espíritu de Dios es principio de vida y de gracia, fuente de amor y de concordia,  prenda de verdad y de caridad fraterna. El Espíritu remueve la fe y la esperanza de los discípulos de Jesús y está presente en la Iglesia, guiándola hacia el amor y la verdad. Ignorar al Espíritu es ignorar al Padre de los cielos e ignorar las claves de la misión de Jesús.
Pentecostés es la fiesta de la misión, es decir, la fiesta del envío de los creyentes. Como el Padre envió a Jesús, también él nos envía a nosotros por los caminos del mundo.

FIESTA DEL PERDÓN

Tras el saludo, Jesús Resucitado sopló sobre sus discípulos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonéis, les quedarán sin perdonar”.
• “Recibid el Espíritu Santo”. No somos los discípulos los que creamos la vida, los que inventamos la verdad, los que producimos el amor. El Espíritu de Dios es su don por excelencia. Es la fuente de todos los dones.
• “A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados”. Todos necesitamos pedir y recibir humildemente el perdón de Dios. Sólo así podremos nosotros transmitirlo con generosidad y con esperanza a los demás.
• “A quienes no se los perdonéis, les quedarán sin perdonar”. Si conocemos nuestra fragilidad, será difícil ser perdonados y perdonar. Pero el Señor entrega a su Iglesia la responsabilidad de discernir entre el bien y el mal.