Carta del Obispo de Teruel y Albarracín, D. Antonio Gómez Cantero:
"Es de noche, domingo. Mientras escribo, llueve como si se regenerase la ciudad vaciada a causa de la pandemia. Hoy ha sido el primer día donde todas las iglesias de nuestra diócesis (como de tantas otras) no se han abierto, a pesar de ser domingo. Me atrevería a decir que la unanimidad de las personas creyentes lo han entendido responsablemente. Quizás, alguna, que han hecho de su fe una costumbre atávica, no tanto.
Algunos sacerdotes se han puesto muy nerviosos y nos han llenado los medios habituales, con los que nos solemos comunicar, de oraciones, llamadas a rezar, la posibilidad de seguir la Misa por streaming, es decir en directo vía web, nos han enviado link, o sea un enlace o conexión, para poder ver el Santísimo expuesto … y algún otro ha salido a dar un paseo por las calles con la custodia como si se tratara del Corpus Christi (y me pregunto con qué permiso, porque para muchas cosas somos muy estrictos y para otras no tanto.) Todo este bombardeo me suscita muchas preguntas,
¿No parece que tratamos a las personas creyentes como que no supieran rezar y deben de depender del clero para hacerlo? ¿Qué hemos hecho hasta ahora, tenerlos de espectadores? ¿Nos os parece que tanta Misa por las pantallas mantiene a las personas en la pasividad de mirar en inconsciencia? ¿O es que queremos “justificar” nuestro sacerdocio? ¿Es que los servicios religiosos de las televisiones y las radios no son suficientes? Hasta ahora sí lo han sido. ¿Qué es más importante, un rato de oración o de lectio divina con la Palabra, o rezar cualquier oración aprendida, o mirar una misa por una pantalla?
Me han llegado ejemplos de jóvenes que en el piso de estudiantes se han reunido para leer la Palabra y orar por las necesidades más urgentes. Sé de familias con niños que han colocado sobre un mantel blanco, una vela y una Biblia abierta y han rezado juntos, escuchando la Palabra de Dios. Alguna persona se ha encerrado en su habitación y leyendo “el evangelio de cada día” ha guardado un silencio reparador. Una joven me dijo que entró en internet y buscó “lecturas de hoy” y rezó con ellas y con la reflexión que traían. Alguna familia anciana, a la hora de la misa del pueblo se han puesto a rezar el rosario por todos los que sufren y nos ayudan. Otras como de costumbre se ha puesto a seguir la misa por televisión. Una mujer me decía: busqué el silencio y me uní a aquellos que en algún lugar del mundo estaban en comunidad celebrando la Eucaristía. No necesitaron retransmisiones. Además, sabemos que una pantalla nunca te ayudará a recogerte, ¡y es tan necesario!
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+Antonio Goméz Cantero, Obispo de Teruel y Albarracín
Nota: la negrita, cursiva y subrayados son una licencia que me he permitido para destacar elementos que estimo sumamente importantes.
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