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Elegir el mundo de las bienaventuranzas como identidad cristiana Mt 5,1-12 (TOA4-23)
1. El primer gran discurso del evangelio de Mateo (5-7) es muy sintomático en la obra, por su estilo y por su significado, pues se trata, nada más y nada menos, que del Sermón de la Montaña. Hay una intencionalidad en presentar en esta “escuela judeo-cristiana” la predicación de Jesús en esos famosos discursos (los otros son: cc. 10; 13; 18; 24-25), que recuerdan los cinco libros del Pentateuco (la Torah judía). Pero ciñéndonos al texto de hoy, lo más relevante es el comienzo de este primer discurso por las famosas “bienaventuranzas”. Eso quiere decir –en continuidad con el texto elegido el domingo anterior-, que el reinado de Dios se asienta, pues, sobre las bienaventuranzas. No debe caber la menor duda. Son fórmulas clásicas de la tradición oriental y bíblica, como anuncio profético de cómo debe ser el futuro. Por lo mismo, como Dios quiere reinar desde su voluntad soberana, entonces debemos entender que en este texto se ha querido mostrar cuál es la voluntad de Dios en su “reinado”.
2.Es casi unánime la opinión de que el texto de las bienaventuranzas procede del “Evangelio Q” como a algunos gusta llamarlo hoy. No podemos entrar ahora en detalles sobre Q, que está en plena actualidad a la hora de acercarnos a las fuentes del Jesús histórico. [Quiero citar dos estudios de síntesis muy al alcance de todos. S. GUIJARRO, Dichos primitivos de Jesús. Una introducción al “proto-evangelio de dichos Q”, Salamanca, 2004; A. VARGAS-MACHUCA (Coord.), La fuente “Q” de los evangelios, Reseña Bíblica, n. 43, Otoño 2004, Verbo Divino, Estella (Navarra), en estos dos estudios podemos encontrar información y la bibliografía de los últimos años]. Esto ha de valernos como referencia puesto que hoy están casi resueltos algunos pormenores: Q tuvo que ser un documento escrito; no eran simplemente tradiciones orales que tenían a mano los profetas itinerantes; a pesar de sus arameísmos, Q se escribió en griego; casi la totalidad de Q se conserva en los evangelios de Mateo y Lucas (se deduce de los 230 versículos en común de ambos evangelios); el orden original de Q está bien reflejado en el evangelio de Lucas y es ese orden el que se usa para citar técnicamente el contenido de Q. El texto de las bienaventuranzas lo tenemos en Lucas con un tono más escueto, dialéctico, radical. No tienen ese carácter interiorista, casi de virtud a conseguir, como en el caso de Mateo (Mt 5,3-11), sino que miran a la situación externa y social de lo que se ve con los ojos y se palpa con las manos. En el fondo se trata simplemente de describir dos ámbitos bien precisos: el de los desgraciados de este mundo y el de los bien situados en este mundo a costa de los otros. Lucas nos ofrece las bienaventuranzas en el contexto del sermón de la llanura (Lc 6,17), cuando toda la gente acude a Jesús para escuchar su palabra; no es un discurso en la sinagoga, en un lugar sagrado, sino al aire libre, donde se vive, donde se trabaja, donde se sufre.
3. Es un discurso catequético; por lo mismo, Lucas estaría haciendo una catequesis cristiana, como Mateo lo hace con el Sermón de la Montaña (5-7). Entre uno y otro evangelista hay diferencias. La principal de todas es que Lucas nos ofrece las bienaventuranzas y a continuación las lamentaciones (no son maldiciones; viene del hebreo hôy y en latín se expresa con vae: un grito de dolor, de lamento, un grito profético) como lo contrario en lo que no hay que caer. Otra diferencia, también, es que en Mateo tenemos ocho y en Lucas solamente cuatro bienaventuranzas (Lc 6,20-23). Sobre su significado se han escrito cientos de libros y aportaciones muy técnicas. ¿Son todas inútiles? ¡No!, a pesar de que sintamos la tentación de simplificar y de ir a lo más concreto.
4. En definitiva, el evangelio de Mateo (5,1-12), concretamente las bienaventuranzas, es la expresión de la mentalidad de Jesús de cómo debemos entender la llegada del Reino de Dios. ¿Son una utopía que propone Jesús, sin visos de realidad? Esa sería la respuesta fácil. No obstante, las utopías (lo que está fuera de los normal), no se proponen para soñar sino para vivir con ellas y desde ellas. La ética de las bienaventuranzas, pues, requiere nuestra praxis. Jesús habla así, no solamente porque soñaba, sino porque las vivía desde su propia experiencia personal y desde ahí sentía la fuerza de Dios y del evangelio con el que se había comprometido. Lo importante es su mensaje, que no puede ser distinto de algo así: Jesús piensa y vive desde el mundo de los pobres, y piensa y vive desde ese mundo para liberarlos. Así debemos entender la primera aproximación al mensaje de hoy. Esa es una realidad social, pero a la vez es una realidad teológica. Es en el mundo de los pobres, de los que lloran, de los limpios de corazón, de los perseguidos por la justicia, de los que hacen la paz, donde Dios se revela. Y lógicamente, Dios no quiere ni puede revelarse en el mundo de los ricos, del poder, de la ignominia. El Reino que Jesús anuncia es así de escandaloso. No dice que tenemos que ser pobres y debemos vivir su miseria eternamente. Quiere decir, sencillamente, que si con alguien está Dios inequívocamente es en el mundo de aquellos que los poderosos han maltratado, perseguido, calumniado y empobrecido. Y por ello ¿dónde debemos estar los cristianos? En el mundo del no-poder, que es el de las bienaventuranzas.
5.Podemos añadir algo que nos parece muy pedagógico e imprescindible y que tiene que ver con la praxis misma de las bienaventuranzas. J. Mateos traducía la primera bienaventuranza de la siguiente forma “los que eligen ser pobres porque esos tienen a Dios por rey” y así lo plasma en su edición del NT. Lo justificaba (cf El Evangelio de Mateo. Lectura comentada, Cristiandad, Madrid, 1981) muy acertadamente, porque, en definitiva, no se puede ser “pobre de espíritu” o “en el espíritu” buscando simplemente una interioridad, sino que la opción por la pobreza frente a la riqueza es un reto frente a este mundo de competencia y de injusticia. Pero deberíamos decir, ya un poco fuera de la literalidad del texto y de la posibilidad de la traducción, que esta “opción” de “elegir” debe ser la tónica de todas las bienaventuranzas de Mateo. Y esto es lo que los cristianos deben “elegir” para ser solidarios con los que viven esas situaciones reales. Porque las bienaventuranzas de Jesús se inspiran en la situación inhumana que viven muchos hijos de Dios y es en ese mundo de las bienaventuranzas donde Dios se siente el Dios vivo, el Dios de verdad. Por eso los seguidores de Jesús debemos “elegir”, como opción radical, ese mundo de las bienaventuranzas para que la fuerza liberadora del evangelio cambie ese mundo.
Fray Miguel de Burgos Núñez
Fuente: https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/29-1-2023/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
La Palabra es luz para las gentes Mt 4,12-23 (TOA3-23) por JR Flecha
“El Señor ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles”. Según Isaías Dios invita a caminar en la luz al pueblo que caminaba en tinieblas (Is 9,1-4). Eso significa que Dios puede derramar su luz sobre una tierra considerada como un lugar pagano.
Pero los que caminan en tinieblas no siempre son “los otros”, los de fuera, los lejanos. Hemos de reconocer que todos habitamos en una tierra de sombras. Y muchos de nosotros nos hemos habituado a vivir en las tinieblas. Sin embargo, esperamos que la luz brille en nuestra sociedad y en nuestra propia vida.
En la celebración de la eucaristía de hoy, el salmo responsorial nos exhorta a proclamar: “El Señor es mi luz y mi salvación” (Sal 26).
Solo esa luz de lo alto puede lograr que no hagamos ineficaz la cruz de Cristo. Hoy también nosotros tratamos de recoger ese deseo de san Pablo (1 Cor 1,17).
UNA TIERRA DE PAGANOS
En el evangelio que se proclama en este tercer domingo del tiempo ordinario se repite hasta cuatro veces la mención a Galilea (Mt 4,12-23). Los contemporáneos de Jesús la consideraban poblada por gentes inclinadas al paganismo.
Pues bien, después de haber sido bautizado por Juan en el Jordán, Jesús vuelve a esa región en la que se había criado. El evangelio de Mateo subraya que de esa forma se cumple lo que había anunciado el profeta Isaías. Ese pueblo ve una luz grande. De hecho, la palabra de Jesús se convierte en luz para las gentes.
En Galilea, las gentes comentan que Jesús se expresa con una autoridad que no era habitual. Además, su cercanía se manifiesta en la compasión con la que acoge a todos los que sufren. “Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo”.
DOS INVITACIONES DEL MAESTRO
El relato evangélico recoge dos de las frases que caracterizan el paso de Jesús por Galilea. Una se dirige a toda la gente y la otra a unos pocos elegidos.
• “Convertíos porque está cerca el reino de los cielos”. Estas palabras de Jesús no son una amenaza a los paganos o a los que viven al modo de los paganos. Son una exhortación para que todos se incorporen gozosa y activamente a la gran novedad y reciban la gracia que comporta la acogida al reino de Dios.
• “Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres”. Estas palabras de Jesús no son un mandamiento. No implican una obligación. Son otra invitación a algunos pescadores del lago de Galilea para que descubran el nuevo horizonte de su vieja profesión. Es un honor colaborar con el Maestro que difunde la luz y la verdad.
El Reino y el Evangelio de Dios Mt 4,12-23 (TOA3-23)
1. El evangelio de Mateo está centrado, específicamente, en actualizar el texto de Isaías que se ha leído en la primera lectura, en una aplicación radical a Jesús de las palabras sobre la luz nueva en Galilea. En la tradición de Marcos ya se había dejado bien sentado que Jesús comienza su actividad una vez que Juan el Bautista ha sido encarcelado. Esto obedece, más probablemente, a planteamientos teológicos que históricos, ya que ambos pudieron coincidir en su actividad. En realidad, Juan y Jesús actuaban con criterios distintos. Jesús es la novedad, la buena noticia, para los que durante siglos habían caminado en tinieblas y en sombras de muerte. Si el texto de Is 8,23ss se refería a una época muy concreta que precedió al rey Josías, en la tradición cristiana primitiva se entendió esto como consecuencia del oscurantismo del judaísmo que había hecho callar durante mucho tiempo la profecía, la verdadera palabra de Dios, que interpretaba la historia con criterios liberadores.
2. Y hay más; esta luz no viene de Jerusalén, sino que aparece en Galilea, en los territorios de las tribus de Zabulón y Neftalí, que siempre habían tenido fama de ser una región abierta al paganismo. Más concretamente, Jesús, dejando Nazaret, se establece en una ciudad del lago de Galilea, en Cafarnaún. Es aquí donde comienza a oírse la novedad de la predicación del Reino de Dios, de los cielos, como le gusta decir al evangelio de Mateo. La otra parte del texto evangélico de hoy, la llamada de los primeros discípulos, Pedro y Andrés, Santiago y Juan, -que puede omitirse-, es una consecuencia de la predicación del evangelio, que siempre, donde se predique, tendrá seguidores. En realidad está siguiendo el texto de Marcos 1,14ss.
3.Mateo, pues, ha leído el texto de Marcos sobre el programa de Jesús: el tiempo que se acerca es el tiempo del evangelio, de la buena nueva, que exige un cambio de mentalidad (¡convertirse!) y una confianza absoluta (creer) en el evangelio. Los dos elementos fundamentales de este programa, ya han sido puestos de manifiestos por todos: el reinado de Dios (el reino de los cielos le llama Mateo) y la buena noticia que este reino supone como acontecimiento para el mundo y la para la historia. El evangelista, al apoyar este programa en el texto de Is. 8,23ss, está poniendo de manifiesto que esto es el “cumplimiento” de una promesa de Dios por medio de sus profetas antiguos, en este caso Isaías. La “escuela de Mateo” es muy reflexiva al respecto, dando a entender lo que sucede con la actuación de Jesús, desde el principio: llevar adelante el “proyecto de Dios”.
4. Sabemos que ese reino, (malkut, en hebreo) no debe entenderse en sentido político directamente. Pero tampoco es algo abstracto como pudiera parecer en primera instancia. Si bien es verdad que no se trata de un concepto espacial ni estático, sino dinámico, entonces debemos deducir que lo que Jesús quiere anunciar con este tiempo nuevo que se acerca es la soberanía de la voluntad salvífica y amorosa de Dios con su pueblo y con todos los hombres. Por eso basileia (griego) o malkut (hebreo) no debería traducirse directamente por “reino”, sino por “reinado”: es algo nuevo que acontece precisamente porque alguien está dispuesto a que sea así. Este es Jesús mismo, el profeta de Nazaret de Galilea, que se siente inspirado y fortalecido para poner a servicio de la soberanía o la voluntad de Dios, todo su ser y todo su vida.
5. Si Jesús anuncia que Dios va a reinar (lo cual no es desconocido en la mentalidad judía) es que está proclamando o defendiendo algo verdaderamente decisivo. Si antes no ha sido así es porque es necesario un nuevo giro en la historia y en la religión de este pueblo que tiene a Dios por rey. No se trata, pues, simplemente de aplicarle a Dios el título de rey o de atribuirle un reino espacial, sino del acontecimiento que pone patas arriba todo lo que hasta ahora se ha pensado en la práctica sobre Dios y sobre su voluntad. Dios no será un Dios sin corazón, sin entrañas; o un Dios que no se compadezca de los pobres y afligidos, sino que estará con los que sufren y lloran, aunque no sean cumplidores de los preceptos de la ley y de las tradiciones religiosas ancestrales inhumanas. En definitiva, Dios quiere “reinar” y lo hará como ya los profetas lo habían anunciado, pero incluso con más valentía si cabe. Esa es la novedad y por eso lo que acontece ahora, unido al concepto “reino de Dios” o “de los cielos”, es el evangelio. Con razón se ha dicho que estamos ante el verdadero “programa” de Jesús, el profeta de Nazaret: anunciar el reinado de Dios como buena noticia para la gente.
6.El acierto de la escuela cristiana de Mateo fue precisamente leer las Escrituras, Is. 8,23ss precisamente, a la luz de la vida de Jesús. Ahora se están cumpliendo esas palabras de Isaías, cuando el profeta de Galilea anuncia el evangelio del Reino. Siendo esto así, no se podría entender que el cristianismo no sea siempre una religión que aporte al mundo “buenas noticias” de salvación. Siendo esto así, la Iglesia no puede cerrarse en un mensaje contra-evangélico, porque sería repetir, por agotamiento, la experiencia caduca del judaísmo oficial del tiempo de Jesús. Este es el gran reto, pues, para todos los cristianos. Porque Dios quiere “reinar” salvando, haciendo posible la paz y la concordia. De ahí que el reino de Dios, tal como Jesús lo exterioriza, representa la transformación más radical de valores que jamás se haya podido anunciar. Porque es la negación y el cambio, desde sus cimientos, del sistema social establecido. Este sistema, como sabemos bien, se asienta en la competitividad, la lucha del más fuerte contra el más débil y la dominación del poderoso sobre el que no tiene poder. Y esto no se reduce simplemente a una visión social, sino que es también, y más si cabe, religiosa, porque Jesús proclama que Dios es padre de todos por igual. Y si es padre, eso quiere decir obviamente que todos somos hermanos. Y si hermanos, por consiguiente iguales y solidarios los unos de los otros. Además, en toda familia bien nacida, si a alguien se privilegia, es precisamente al menos favorecido, al despreciado y al indefenso. He ahí el ideal de lo que representa el reinado de Dios en la predicación de Jesús; estas son las buenas noticias que le dan identidad al cristianismo.
Fray Miguel de Burgos Núñez
Fuente: https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/22-1-2023/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
El don del bautismo en el Espíritu - Juan 1,29-34 (TOA2-23)
1. Este es un domingo de transición que, de alguna manera, se recrea un poco en el mensaje del domingo pasado, quizás para señalar con más fuerza la importancia de lo que significan los comienzos de la vida pública de Jesús. Es verdad que históricamente nos hubiera gustado saber día a día lo que Jesús pudo hacer y sentir desde su nacimiento. Pero esta es una batalla de curiosidad perdida; también el silencio y el misterio, desde Nazaret hasta que se decide a salir de su pueblo, debe maravillarnos como una posibilidad del proyecto de Dios en el que no ocurre nada extraordinario, porque lo extraordinario es que Dios aprende a ser hombre.
2. Tampoco el evangelio de Juan nos va a ofrecer demasiados datos; por el contrario, pone sobre la boca de Juan el Bautista unas afirmaciones que llaman la atención: “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. ¿Es posible que un cordero (gr. amnos) se atreva con el pecador del mundo? ¿Por qué lo saluda así Juan el Bautista? De todas formas no debemos pasar por alto que dice “cordero de Dios” (amnos tou theou). La opinión más extendida es que ya aquí se está apuntando a la Pascua, al cordero Pascual que se sacrificaba en el templo para rememorar la liberación de Egipto. Un condero frente al poder del mundo es demasiado, pero esa es la lucha que en la teología joánica se ha de poner de manifiesto: vida-muerte, amor-odio, luz-tinieblas son los contrastes con las cuales se expresa la misión de Jesús.
3.Este de hoy es uno de los textos de densidad cristológica inigualable. Su lectura se puede dividir en dos : vv. 29-31 y vv. 32-34. Sabemos que el evangelio de Juan no se anda por las ramas en lo que respecta a las afirmaciones cristológicas, de títulos, sobre Jesús. Por eso se ha dicho, con razón, que las afirmaciones del evangelio de Juan responden a una época bien tardía del Nuevo Testamento. Eso no significa que se haya desfigurado la base histórica del cristianismo primitivo; simplemente que se dan pasos muy avanzados. Efectivamente, sabemos que el evangelio de Juan tampoco es el resultado de una mano sola en su redacción o confección, sino de varias manos, de varias épocas, a la vez que se perciben polémicas y otras cosas semejantes. El texto de hoy es típico en este sentido.
4. El contraste entre Juan y Jesús es tan patente como si se describiera el amanecer y el mediodía, entre las sombras y la luz; entre el agua y el Espíritu. En el texto queda patente que Juan actuaba por medio del bautismo de agua para la conversión; de Jesús se quiere afirmar que trae el bautismo nuevo, radical, en el Espíritu, para la misma conversión y para la vida. Uno es algo ritual y externo; otro es interior y profundo: sin el Espíritu todo puede seguir igual, incluso la religión más acendrada. Esto es lo que el testo joánico de nuestro evangelista quiere subrayar. Y el hecho de que lo presente, al principio, como un “cordero” indica que su fuerza estará en la debilidad e incluso en la mansedumbre de un cordero (signo bíblico de la dulzura) dispuesto a ser “degollado”. En definitiva, el pecado absoluto del mundo, será vencido por el poder del Espíritu que trae Jesús. El bautismo de agua puede y tiene sentido, pero para significar el bautismo, el sumergirse, en el Espíritu de Dios que trae Jesús.
5. Probablemente se quiera combatir a algunos discípulos de Juan el Bautista que pertenecían a la comunidad joánica y necesitaban un testimonio de esta envergadura, porque todavía no habían comprendido verdaderamente el papel del Bautista como anunciador del verdadero Mesías. Juan, frente a Jesús, no tiene sino agua para purificar, pero eso es muy poca cosa para purificar corazones; así lo reconoce. Solamente el Espíritu que ha recibido y trae Jesús es capaz de lograr ese cambio de lo más íntimo de nuestro ser y de nuestra voluntad. Se quiere poner de manifiesto, pues, que Juan el Bautista pide a sus discípulos que desde ahora lo dejen a él y sigan al que se atreve a llamar (propio de la alta teología joánica) Hijo de Dios. Su papel está cumplido: saber ser amigo del esposo, como se dirá en otra ocasión.
Fray Miguel de Burgos Núñez
Fuente: https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/15-1-2023/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
Al final (Lilly Goodman) Videoclip y letra
El siervo que nos salva - Mt 3,13-17 (NAVA- Bautismo del Señor)
“Mirad a mi siervo a quien sostengo; mi elegido en quien me complazco ”. Estas palabras se ponen en la boca del mismo Dios. Pertenecen a uno de los poemas del “Siervo del.Señor”, que se encuentran en la segunda parte del libro de Isaías (Is 42,1-7).
Ese siervo misterioso está lleno del Espíritu de Dios, promueve el derecho y la justicia. No se presenta con violencia, sino con la fuerte suavidad de los humildes. Dios lo ha presentado como luz de las naciones y salvación de su pueblo. Ha sido enviado a abrir los ojos de los ciegos y a traer la liberación a los esclavos.
También hoy necesitamos un hombre como este. Un verdadero profeta. A él habrá que volver los ojos en el tiempo de la cultura líquida. Si lo descubrimos entre nosotros, podremos cantar: ”El Señor bendice a su pueblo con la paz” (Sal 28).
Pues bien, ante el centurión Cornelio, Simón Pedro anuncia que Jesús de Nazaret es ese hombre esperado por todos. Él pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él (Hch 10,34-38).
LA NUEVA ALIANZA
Así es. En Jesús de Nazaret se ha realizado aquel antiguo poema del libro de Isaías. En el Jordán, Jesús, es reconocido por el Padre como su Hijo predilecto. Está lleno del Espíritu de Dios. Y es enviado para liberar a todos los oprimidos por las maldades de la humanidad y por sus propios pecados.
El relato del bautismo de Jesús nos resume la continuidad y la novedad que aporta Jesús a las tradiciones de Israel (Mt 3,13-17). La antigua alianza, representada en la figura y la misión de Juan Bautista, anticipa la nueva alianza, la plenitud de la vida y de la santidad que representa Jesús de Nazaret.
Jesús no es un pecador co o los que acuden al Bautista. No necesita el lavado de la purificación. Jesús no baja a las aguas del Jordán para convertirse de una vida pecadora a una vida santa. La única razón para recibir el bautismo de manos de Juan es darnos a conocer que en su vida se realiza la voluntad de Dios.
LA VOLUNTAD DE DIOS
De hecho, las misteriosas palabras que Jesús dirige al Bautista nos revelan el hondo misterio de la vida y la misión de Jesús:
• “Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. En el bautismo de Jesús Dios se hace presente en la historia humana. Al apoyar y garantizar la misión de su Hijo predilecto, Dios se nos revela en Jesús de Nazaret.
• “Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. La misión de Jesús comienza por la aceptación de la voluntad de Dios. Y revela que Dios ha de continuar sus relaciones de amor y de misericordia con toda la humanidad.
• “Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. Jesús maifiesta que asume los rasgos que se atribuían al humilde “Siervo del Señor”. El signo de su misión salvadora no es el poder sino la humildad y el abajamiento.
Solidario con el pueblo Mt 3,13-17 (NAVA3-Bautismo de Jesús)
1. El evangelio de Mateo describe la escena del bautismo, como es legítimo, en las perspectivas y con los perfiles propios de la teología de este evangelista, donde “cumplir toda justicia” es sintomático. ¿Fue Jesús un seguidor de Juan el Bautista antes de comenzar su misión? Esto no está descartado en la interpretación más histórica de los evangelios. Es verdad que Jesús consideró el movimiento del Bautista como una llamada del tiempo nuevo que se acercaba, pero en su conciencia más personal él debía comenzar algo más nuevo y original. El Bautismo de Jesús, por Juan, sin que carezca de valor histórico, nos es presentado como un símbolo que permite hacer una ruptura entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, entre la Antigua y la Nueva Alianza, entre el tiempo de preparación y el tiempo del cumplimiento de las promesas. Por eso Jesús recibe el Espíritu que le garantiza su misión profética más personal. Ya aquí se perfilan en su verdadera dimensión las palabras de libro de Isaías que leemos hoy. Nadie, como Jesús, puede traer al mundo unas nuevas relaciones entre Dios y los hombres.
2.El texto de Mateo sobre el bautismo no se limita solamente a plasmar la escena, -con un fuerte sentido cristológico-, que le ha suministrado Mc 1,9-11; quiere ir más allá. Por eso es original la negación de Juan a bautizar a Jesús y la respuesta de éste cuando señala: “conviene que cumplamos así toda justicia”. Mucho se ha discutido esta expresión, especialmente “toda justicia”, y no podemos olvidar las intenciones particulares de la teología mateana sobre este concepto de justicia (dikaiosynê). ¿Se quería decir que Jesús, a diferencia de los que venían al bautismo de Juan, no lo necesitaba? Esa es la tesis más común en la interpretación, pero no debemos exagerar este aspecto. Por lo tanto, la intención en este caso es que Jesús quiere ser solidario con el pueblo y ve en las palabras del Bautista el anuncio de un tiempo nuevo que exige “metánoia”, cambio de mentalidad, conversión, para dejar que el tiempo nuevo de Dios transforme la historia y la misma vida religiosa del pueblo. Jesús, pues, acepta ser bautizado porque quiere participar con el pueblo en este nuevo momento, del que él personalmente, por la fuerza del Espíritu, ha de ser protagonista.
3. Ese cambio, pues, de mentalidad o nuevo horizonte no estará limitado a un acto penitencial con agua en el Jordán, por mucho simbolismo que ello entrañe. Es el Espíritu que ha de recibir Jesús el que traerá esa nueva mentalidad y esa nueva época. Si bien el relato lleva un sello cristológico indiscutible (“mi hijo amado en quien me complazco), tampoco es exagerado, es decir, en el texto no se respira esa alta cristología con que posteriormente se ha interpretado en la tradición, hasta el punto de ver más un acontecimiento “trinitario” que cualquier acontecimiento religioso en el que se quiere mostrar la diferencia entre lo que pedía Juan y lo que ha de pedir Jesús en su proclamación del Reino. Como se ha puesto de manifiesto en las distintas lecturas de los relatos evangélicos, de los tres, pero especialmente de Mateo y Lucas, el bautismo pasa a segundo término y todo tiene el sentido de la “unción profética por medio del Espíritu”. Eso no quiere decir que Jesús no fuera bautizado por Juan, ¡desde luego que sí! Pero lo que vale es mostrar que no ha de llegar el momento nuevo por bautismos penitenciales (el judaísmo lo practicaba frecuentemente); lo nuevo es la era del Espíritu, que viene sobre Jesús y ha de comunicar y trasmitir a todo el pueblo. El Bautismo de Jesús, pues, se enmarca en el movimiento de Juan el Bautista que llamaba a su pueblo al Jordán (el río por el que el pueblo del Éxodo entró en la Tierra prometida) para comenzar, por la penitencia y el perdón de los pecados, una era nueva donde fuera posible volver a tener conciencia e identidad de pueblo de Dios. Jesús quiso participar en ese movimiento por solidaridad con la humanidad. Es verdad que los relatos evangélicos van a tener mucho cuidado de mostrar que ese acto del bautismo va a servir para que se rompa el silencio de Nazaret y todo el pueblo pueda escuchar que Él no es un pecador más que viene a hacer penitencia. Pero no es la penitencia y los símbolos viejos los que cambian el horizonte de la historia y de la humanidad, sino el que dejemos que Dios sea verdaderamente el Señor de nuestra vida.
Fray Miguel de Burgos Núñez
Fuente: https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/8-1-2023/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
Bypass hacia la interioridad: una experiencia envolvente
Un itinerario para que padres e hijos trabajen la interioridad en la cotidianidad del hogar. Lo vivido hasta ahora, aun habiendo sido necesario, ha de ser transformado y dilatado hacia una experiencia de mayor alcance que conecte también con las nuevas formas de ser y sentirse hoy familia.
Aprendizaje-Servicio. Educar para el encuentro
Un largo viaje de Marcela Gandara (videoclip y letra)
La luz llegó a mis ojos aunque lo dudé
Fueron muchos valles de inseguridad
Los que crucé
Pero al fin llegué, llegué a entender
Para este tiempo nací
En sus propósitos eternos yo me vi
Aunque me ha costado creer
Entre sus planes para hoy, me encontré
Y dentro de sus planes me encontrara yo
Me lo impidió
Fueron muchos días de tanto dudar
Pero al fin llegué, llegué a entender
Para este tiempo nací
En sus propósitos eternos yo me vi
Aunque me ha costado creer
Entre sus planes para hoy, me encontré
Para este tiempo nací
En sus propósitos eternos yo me vi
Aunque me ha costado creer
Entre sus planes para hoy, me encontré
Pero al fin llegué
El mundo de Jesús. Contextos socio-culturales para comprender a Jesús de Nazaret
Las mujeres del evangelio
Editorial PPC
ISBN 978-84-288-3961-7
296 páginas
Precio: 18 euros
Año Nuevo (Marcos Vidal) Videoclip y letra
Arrodillado ante su Biblia en oración
Y decidió que ya era suficiente
El tiempo malgastado desde el año anterior
Y decidió comenzar de cero
Desde Enero
Y su amor poco a poco se enfrió
El trabajo diario le absorbían y
No le dejaban tiempo a penas para su Señor
Hizo de su campo un sayo
Desde mayo
Y el verano hizo su aparición
Y decidió al fin un descanso merecido
Al trabajo realizado todo el año anterior
Pero su Dios ya estaba tan lejano
Paso el verano
Examinaba su vida y sobran los detalles
Pero fue capaz de volver al punto de partida
Y mirar tan solo aquel que dio por el su vida
Que habían mirado a otros
Haya por navidades
Otra vez vio al salvador en un pesebre humillado
Y quedo esta vez de amor su corazón prendado
Pero aprendió a nadar contra corriente
Diferente
Que ser cristiano no es un juego
Es Año nuevo
Madre de Dios Lc 2,16-21 (NAVA-María, madre de Dios)
“El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”. Esa es la fórmula de la bendición que Aarón y sus descendientes habían de pronunciar sobre los israelitas” (Núm 6,22-27). Confiadamente hacemos nuestra la respuesta del salmo: “El Señor tenga piedad y nos bendiga” (Sal 66,2).
Por su parte el apóstol Pablo presenta a los fieles de Galacia el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, aludiendo a María, la madre de Jesús: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción” (Gál 4,4).
En cuanto Dios, el Hijo vive en la eternidad. En cuanto hombre nace de una mujer en el tiempo. Esa mujer es María de Nazaret. Ella acoge en esta tierra el misterio que llega del cielo. Ella es la Madre del Hijo de Dios, tan divino que ha querido hacerse humano. Tan humano que puede revelarnos lo divino.
SER TESTIGOS DEL MISTERIO
El evangelio según Lucas nos invita a situarnos en las colinas cercanas a Belén. Los pastores reciben del cielo la buena noticia del nacimiento del Mesías. Y llegados a Belén, encuentran a María, a José y al niño acostado en el pesebre (Lc 2,16).
• En medio de la noche, los pastores escuchan el mensaje celestial. Se ponen rápidamente en camino y al ver al niño transmiten el mensaje recibido. Escuchar el mensaje, buscar al Mesías y anunciar su presencia. Tres acciones que caracterizan a quienes están abiertos a los misterios divinos, que transforman a los humanos.
• Como se sabe, en el pueblo hebreo los pastores no eran aceptados como testigos ante los tribunales. Precisamente por eso resulta más sorprendente ver que son los elegidos por Dios para dar testimonio de su presencia en el mundo. Los evangelizados se transforman en evangelizadores.
MEDITAR EN EL CORAZÓN
Además, en el evangelio según Lucas se nos dice que “María conservaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lc 2,19). Conservar y meditar en el corazón las cosas del Señor. He ahí un mensaje que hemos de tener muy presente todos los llamados a vivir de acuerdo con el Evangelio.
• “María conservaba todas estas cosas”. María es modelo de muchas actitudes humanas y cristianas. También del interés por conservar en su memoria los acontecimientos de los que era testigo. Nosotros seremos buenos discípulos del Maestro si prestamos atención a sus hechos y a sus palabras.
• “María meditaba estas cosas en su corazón”. En una sociedad marcada por el activismo y por la prisa es difícil detenerse a meditar sobre la vida y su misterio. Para meditar es preciso saborear lo verdadero, lo bueno y lo bello. Con ello nuestro corazón podrá vivir en sintonía con Aquel que es la Verdad, la Bondad y la Belleza.