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LUMEN FIDEI "LA LUZ DE LA FE". 1ª encíclica del papa Francisco


El pasado 29 de junio, el papa Francisco daba a conocer su primera encíclica LUMEN FIDEI. Completa el texto que ya estaba trabajando Benedicto XVI y le aporta su visión e impronta personal. Para leerlo sólo pincha en el nombre de la misma

Seguir al Maestro (TOC13-13)

“Nosotros somos como enanos aupados a hombros de gigantes”. Así reza un antiguo adagio atribuido a Bernardo de Chartres (s. XII) por su discípulo Juan de Salisbury. Si algo podemos ver en el horizonte, es porque nos apoyamos en la experiencia y en la sabiduría de los que han ido antes que nosotros por ese camino.

La pretensión de una total autonomía sólo provoca el ridículo. En contra de lo que se suele pregonar, nadie se ha hecho a sí mismo. Y nadie puede encontrar por sí solo el camino que conduce a la verdad. Necesitamos maestros. Lo queramos o no, somos deudores del amor que otros han profesado a la verdad, la bondad o la belleza.

El profeta Elías había caminado como impulsado por el fuego del Dios único. Pero tenía que elegir a un discípulo. Encontró a Eliseo arando con doce yuntas en fila, pasó a su lado y le echó encima su manto. Era un gesto bastante claro. Después de celebrar una fiesta para despedirse de sus padres Eliseo siguió a Elías y se puso a su servicio (1 Re 19, 16-21).

LOS VIOLENTOS

El evangelio que hoy se proclama nos presenta a Jesús recorriendo las mismas tierras que había pisado el profeta Elías. Caminando de Galilea a Judea, ha de alojarse en una aldea de Samaría. Pero se encuentra con la rivalidad regional y religiosa de un pueblo hostil. Las gentes de allí no le recibieron, porque se dirigía a Jerusalén (Lc 9, 51-62).

Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, reaccionan de una forma brusca y altanera: “Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?” Haríamos mal en escandalizarnos fácilmente de esta intolerancia. Sería mejor reflexionar sobre ella.

En primer lugar, los discípulos no han asimilado todavía la mansedumbre del Maestro, al que van siguiendo por el camino. Si de verdad lo admiran, ¿por qué le atribuyen unas intenciones de venganza que ellos proyectan sobre él?

Además, presumen con arrogancia de unos poderes que ellos no poseen. ¿Cómo se atreven a imaginar que pueden controlar las fuerzas de los cielos ellos que no son capaces de controlar sus propios sentimientos?

Finalmente, no han entendido que en el mensaje del Profeta y Maestro, que les ha llamado al seguimiento, el Reino de Dios no se impone por la violencia. ¿O es que piensan que al rechazo se puede responder con la revancha?

LOS ASPIRANTES

A los discípulos que ya siguen a Jesús, aunque no han aprendido su lección, el relato evangélico continúa presentando otros tres aspirantes al discipulado.

• El primero de ellos promete seguir a Jesús dondequiera que vaya. Jesús le revela el camino de la pobreza. Él mismo no tiene dónde reclinar la cabeza.

• El segundo escucha la llamada de Jesús, pero desea ir primero a enterrar a su padre. Jesús no ignora el peso del duelo, pero subraya la fidelidad al Reino de Dios.

• El tercero pretende seguir a Jesús, pero desea despedirse de los suyos. Jesús no desprecia la familia, pero le recuerda que el seguimiento exige decisión y radicalidad.

En la basílica romana de Santa María la Mayor, el Papa Francisco ha dicho que en un mundo de la provisionalidad, la fe nos exige opciones definitivas. La pobreza, la fidelidad al Reino de Dios y la radicalidad del seguimiento caracterizan a los discípulos del Maestro.

Profeta y Mesías de Dios (TOC12-13)

La historia humana es siempre ambivalente. Una mezcla de sonrisas y lágrimas. El texto del profeta Zacarías que hoy se lee, evoca esta experiencia con un tono de misterio (Zac 12, 10-11). A primera vista, es una gozosa profecía que ofrece esperanza al pueblo de Israel. Pero, al mismo tiempo, hace imaginar un dolor fuerte que el pueblo ha de afrontar algún día.

De hecho, Dios anuncia la restauración de Jerusalén. Será reconstruida la ciudad bienamada. Y no sólo eso. También las relaciones humanas serán renovadas gracias a la clemencia que Dios derramará como la lluvia. A él se volverán finalmente los ojos de su pueblo. Todo parece anticipar un tiempo de paz, de concordia y de piedad.

Sin embargo, también se anuncia el dolor. Las gentes volverán los ojos al que traspasaron. Parece evocarse aquí la figura del Siervo de Dios, cantada en la segunda parte del libro de Isaías. Habrá un luto semejante al que ensombrece las cercanías de la ciudad de Meguido cuando se lamenta la muerte de Rimmón, el dios cananeo de la vegetación.
LA ORACIÓN Y LA IDENTIDAD
El evangelio nos introduce en una escena que ocupa el centro de la vida pública de Jesús (Lc 9, 18-24). Como en las grandes ocasiones, Lucas presenta a Jesús orando solo. De pronto se vuelve a sus discípulos para preguntarles qué dice la gente de él. Las opiniones se dividían, pero todos lo reconocían como un profeta, como ya se ha visto en los domingos anteriores.

A continuación les pregunta por su propia opinión. Pedro lo reconoce como el Mesías de Dios. Muchas gentes en Israel vivían a la espera de la aparición del Mesías. El clima era tenso y todos anhelaban una salida airosa, que se consideraba casi imposible. No es extraño que aguardaran un liberador que aglutinara al pueblo. Varios se presentaron como tales.

Jesús no rechaza el mesianismo que le atribuye Pedro. Pero él no será un Mesías batallador y triunfador. Por eso se apresura a deshacer con cuatro frases las fáciles ilusiones que circulan por el ambiente. Tendrá que padecer mucho. Será desechado por los jefes del pueblo. Es más, habrá de ser ejecutado. El anuncio de su resurrección apenas es oído.

No olvidemos que la oración marca la importancia de este momento. Con motivo de su bautismo, en la oración Jesús había reconocido su identidad de Hijo del Padre. En la oración descubre la necesidad de revelar a los suyos esa identidad. Sólo el que se ha dirigido a Dios, puede presentar a los hombres el camino de la salvación.
EL CAMINO DE LA CRUZ

El camino de la salvación está marcado por el seguimiento del Mesías. Y por la asunción de su suerte y de su muerte. Esa es la pauta para el que quiera seguirle:

• “Que se niegue a sí mismo”. Hay muchas ocasiones para descubrir que nuestros intereses y caprichos nos destrozan y destruyen la armonía social. Aprender a vivir con austeridad puede ser la mejor lección de las crisis.

• “Que cargue con su cruz cada día”. La cruz no es un simple adorno. Muchos hermanos nuestros han tenido que afrontar el martirio. Pero Jesús habla del misterio y el heroísmo de la cotidianidad. Ahí se presenta la cruz como el único camino de la verdad.

• “Que se venga conmigo”. Evidentemente, no es fácil remar contracorriente. No es políticamente correcto ser testigos de la verdad en un mundo de mentira y corrupción. Pero el discípulo de antes y el creyente de hoy saben y creen que pueden caminar con su Maestro.

"La Biblia" por Marta García Fernández

Marta García Fernández, hermana de la Consolación, experta en Sagrada Escritura, profesora de la universidad de Comillas y directora  de la sede en Madrid del Instituto Bíblico Oriental, presenta esta breve obra destinada a cualquier público que se interrogue sobre la Biblia y las cuestiones cotidianas que muchos se pueden preguntar.

Publicado por CCS (ISBN: 978-84-9023-070-1) en el mes de mayo de 2013, estructura sus 116 páginas en diez apartados:
1. Biblia, ¿puedo creerte? 2. Biblia, ¿sucedió o no sucedió? 3. Biblia, ¿Palabra de Dios? 4. Biblia, ¿por qué estos libros y no otros? 5. Biblia, ¿cómo has llegado a ser así? 6. Biblia, ¿eres auténtica? 7. Biblia, ¿en qué idioma hablas? 8. Biblia, ¿cómo entenderte? 9. Biblia, ¿te contradices? 10. Biblia, quiero saber…

Su precio, muy asequible: 7 euros.

Para quien tenga curiosidad el siguiente enlace os muestra la entrevista que la web periodistadigital ha publicado recientemente.

La autora no os defraudará. Tuve la fortuna de asistir a un seminario sobre el libro de Job que ella impartió aquí, en León, en la sede principal del Instituto Bíblico Oriental. Una erudita que utiliza un lenguaje comprensible para acercar temas no tan fáciles de entender en ocasiones.

El profeta que perdona (TOC11-13)

En su sermón sobre la Eucaristía, predicaba San Juan de Ávila: “Si tú no creyeres en Jesucristo, el Verbo humanado, en Él está tu salud y la de todos, no puede vivir tu alma. Si no lo crees y amas y obedeces, no te puedes salvar”.

A primera vista, la liturgia de hoy nos habla del pecado, del castigo y de la gracia, de los prejuicios humanos y del juicio divino. Y es verdad. Pero la liturgia de este domingo es, sobre todo, una buena noticia y una celebración de la fe y del amor, del pecado y del perdón, de la culpa y de la salvación.

Y todo ello, evocado por dos experiencias personales. El primer relato nos remite al encuentro del profeta Natán con el rey David. David había sido elegido y mimado por Dios como rey de Judá y de Israel. Pero ha despreciado la palabra del Señor. Eso es el pecado, que en este caso se manifiesta en adulterio y asesinato.

Sin embargo, basta una palabra de arrepentimiento para que el profeta transmita a David un oráculo de acusación y una promesa de perdón.
LOS GESTOS DEL AMOR

El segundo relato nos presenta el encuentro con el profeta Jesús y el piadoso fariseo (Lc 7,36-8,3). Jesús era acusado por los fariseos de comer con los publicanos, o recaudadores de impuestos. Los primeros se consideraban piadosos observantes de la Ley. Los segundo eran considerados como pecadores. Pero Jesús no se deja atrapar por las barreras de la ideología. Acepta entrar en contacto con unos y otros.

Pero en el relato hay un segundo encuentro. Durante la comida, entra en la casa una mujer conocida como pecadora. Se postra ante Jesús y cubre sus pies de lágrimas, de besos y de perfume, enjugándolos con sus propios cabellos. El fariseo no sólo juzga a la mujer sino que juzga a Jesús, dudando de su calidad de profeta.

Jesús muestra esa dignidad profética al dar a entender que no solo reconoce a la mujer sino que conoce la interioridad del fariseo. Es más, contrapone con la valentía propia de los verdaderos profetas la sinceridad de la mujer y el desdén del fariseo. Ella ha empleado los gestos del amor, por inoportunos que pudieran parecer. Él ha despreciado los gestos de la hospitalidad, por convenientes y necesarios que fueran.
LA PALABRA DEL PERDÓN

El relato evangélico incluye una pequeña parábola en la que aparece una tercera contraposición: la de los dos deudores perdonados por el prestamista. Amará más aquel a quien más se le ha perdonado. Lo malo del fariseo no es el pecado, sino el creer que no necesita el perdón. La mujer cree que lo necesita y lo pide con los únicos gestos que conoce.

• “Tus pecados están perdonados”. Esta es la primera frase que Jesús dirige a la mujer. Por palabras como esa será acusado una y otra vez. Pero Jesús es más que cualquiera de los antiguos profetas. El profeta Natán anuncia el perdón de Dios. Jesús lo concede.

• “Tu fe te ha salvado”. Los antiguos profetas afirmaban que sin la fe era imposible sostenerse en pie (cf. Is 7,9). Jesús sabe y proclama que el camino de la salvación no pasa por las obra de la Ley observada por el fariseo, sino por la fe en el Mesías que demuestra la mujer.

• “Vete en paz”. Los antiguos profetas anunciaban que los tiempos mesiánicos estarían marcados por el don de la paz. Jesús es la fuente de la paz. La desea y la concede como fruto y consecuencia del amor.

Derecho a la religión en la escuela (por Mons. Julián López Martín)

Todos los años hemos de volver sobre este tema para recordar a los padres de los alumnos en edad escolar y a los responsables de los centros de enseñanza, tanto públicos como privados, la necesidad de inscribir a los alumnos en la clase de Religión. Es un tema reiterativo y no debería serlo, pero cada año hay un aspecto que pone en cuestión la aplicación de una norma establecida en el Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado Español sobre Enseñanza y Asuntos Culturales y en las disposiciones legales concordadas que las desarrollan. Este año han sido las reacciones al anuncio de la propuesta de la Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) por el Gobierno, según la cual la asignatura de la Religión, siendo optativa como hasta ahora, es decir, que nadie está obligado a cursarla, pasaría a ser también evaluable y a tener una alternativa en Primaria y Secundaria.

En seguida se ha encendido la polémica olvidando que la sociedad española es plural cultural y religiosamente, de manera que tan fuera de lugar está el imponerla como el impedir que esté presente. Curiosamente los que se niegan a que la asignatura pueda libremente ser elegida o no, quieren imponer que no se ofrezca. ¿Cómo se puede garantizar, entonces, el derecho a la libertad religiosa de padres, alumnos y profesores? La Constitución Española afirma: “Los poderes públicos tienen el deber de garantizar el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (art. 27, 3). No se está, por tanto, ante un derecho de las confesiones religiosas, sino ante una realidad que afecta a la formación de los alumnos y cuya aceptación o renuncia corresponde a la decisión de sus padres o tutores.

Si la escuela quiere ofrecer una visión completa de la cultura y de la historia humana, tiene que incluir necesariamente el hecho religioso y sus manifestaciones. Pero, además, salvando la libertad de elección por parte de los padres y tutores, ofreciendo el conocimiento de la religión que con la mayoría suficiente soliciten ellos. Y esto no es adoctrinamiento ni catequesis, pues ésta se orienta a suscitar y alimentar la fe y la práctica religiosa, mientras que la enseñanza de la religión católica, protestante o musulmana en el ámbito escolar no puede pasar de lo que constituye una buena presentación objetiva. La historia de España y la de nuestro pueblo son inexplicables sin el conocimiento de lo que ha representado la religión católica.

(Columnista invitado, La Crónica de León 15-06-2013)

Un gran profeta (TOC10)

Con frecuencia asistimos al funeral de una persona que nos ha sido especialmente querida. En nuestros días el ambiente del duelo familiar parece haber sido desdramatizado radicalmente. Pero aún así, comprendemos que muchas veces no tenemos una palabra significativa para dirigirnos a los familiares del difunto.

Según la primera lectura que se proclama hoy en la liturgia, el profeta Elías se encuentra en la casa de la viuda de Sarepta en un momento dramático para ella (1 Re 17, 17-24). A pesar de su pobreza, aquella viuda había acogido al profeta. Ante la muerte de su hijo, le acusa de haber llegado como testigo del pecado y causante de la muerte.

Sin embargo, el profeta se tiende sobre el niño muerto, como para identificarse con él, invoca a Dios y Dios le devuelve la vida. Al recibirlo de manos de Elías, la madre pronuncia una frase que es una confesión de fe: “Ahora sí que he conocido bien que eres un hombre de Dios, y que la palabra del Señor en tu boca es verdad”.

El relato nos ofrece muchas sugerencias. En primer lugar resume la misión del profeta, que anuncia la palabra de Dios y da la vida. Además, subraya la protección de Dios sobre su enviado. Y finalmente nos sugiere que la misión del profeta sólo logra su efecto por la acción con que Dios garantiza el valor del mensaje.

LA PALABRA DE VIDA

Ya al comienzo del evangelio de Lucas, al llegar a su aldea de Nazaret, Jesús había comparado su con la del profeta Elías (Lc 4, 25-26). Hoy la resurrección del hijo de la viuda de Sarepta por parte de Elías, preludia la resurrección del hijo de la viuda de Naím por parte de Jesús (Lc 7, 11-17). Hay en este relato algunos detalles muy significativos.

- En primer lugar, la aglomeración de la gente. Un gran gentío acompaña el cadáver del joven. Y otro gran gentío acompaña a Jesús de Nazaret. Ambos se encuentran a las puertas de la ciudad. Es toda una metáfora de la sociedad. En los lugares más concurridos se cruzan la desesperanza y la esperanza, el silencio humano y la palabra divina.

- Además, el texto subraya los gestos de Jesús. Al ver a la madre viuda del joven muerto, a Jesús se le conmovieron las entrañas, como al buen samaritano y al padre del hijo pródigo. Dirige una palabra de consuelo a la madre y otra de autoridad al muerto. Y se atreve a tocar el ataúd, contra las prescripciones de la Ley.

- Finalmente el joven muerto es entregado vivo a su madre. El cortejo de los que llegan del campo trae la vida al cortejo de los que salen de la ciudad. Todo el relato tiende a hacernos comprender que Jesús es el Señor de la vida.

EL ECO DE LA ALABANZA

Por otra parte, el relato evangélico nos indica que en Jesús se encuentran los dos cortejos: el de la muerte y el de la vida. El asombro los une a todos. Todos, sobrecogidos, dan gloria a Dios, diciendo

• “Un gran profeta ha surgido entre nosotros”. Esa frase es muy significante en aquel momento. Las gentes de Israel esperaban la aparición de un profeta al llegar los tiempos mesiánicos. Las comunidades cristianas primitivas reconocen en Jesús al profeta anunciado en el Deuteronomio (Deut 18, 18). Pero Jesús es más que cualquiera de los antiguos profetas. El profeta transmite la palabra de Dios. Jesús es la misma Palabra de Dios.

• “Dios ha visitado a su pueblo”. Los antiguos profetas habían anunciado la visita de Dios a su pueblo. Con esas mismas palabras acogía Zacarías el nacimiento de su hijo y bendecía al Señor (Lc 1,68). Ahora el evangelista pone en boca de la multitud el reconocimiento de la manifestación de Dios en Jesús de Nazaret.

Padrenuestro. Algunas versiones para trabajar.

Blog: dibujosparacatequesis.blogspot.com




Blog: catequesisdinamica.blogspot.com



Blog: tallitaylaclasedereligion.blogspot.com


¿Supuestas irregularidades en el concurso de PPC-SM "queesparatilaclasedereligion"?


Hace unos días este blog promocionó este concurso y pedía vuestro apoyo para el trabajo presentado por los alumnos Vanesa, profesora de religión católica en el CRA de Villacedré (LEÓN). El discurrir de los últimos 13 días ha reunido muchas informaciones y hechos que han puesto en entredicho el proceso de las votaciones de la Segunda Fase o Fase final del Concurso a raíz de una cascada de supuestas irregularidades que pusieron en conocimiento de los responsables del mismo Vanesa y su centro educativo.

Ante la expectación que se ha creado, incluso por una parte importante de los amigos y seguidores de este blog, he intentado ordenar la serie de acontecimientos, diálogos, sorpresas, pruebas, comunicaciones...de lo ocurrido para que cada uno pueda hacerse una idea lo más objetiva posible.

Todo lo que se expone en el siguiente PDF es una recopilación de las informaciones que han aportado:

1- La profesora de religión católica que presentó a concurso el trabajo de sus alumnos de 5º y 6º de Villacedré en el apartado de Literatura.
2- La directora del centro del CRA de Villacedré.
3- La responsable del equipo que gestiona el concurso "queesparatilaclasedereligion" de la editorial SM.
4- La Delegación de Enseñanza de la diócesis de León.
5- Compañeros de distintos colegios y padres de alumnos.
6- El editor-administrador de este blog.

De manera paralela a los últimos 13 días la parte final documento de PDF (páginas 7 y 8) reúne otras tantas conclusiones que yo he sacado en base a todo ello y que representan la opinión que me he podido formar (acertada o no, compartible o no.)

Posiblemente muchos de los visitantes, amigos y seguidores de educarconjesus.blogspot.com querráis expresar vuestra opinión. Sólo os pido tres cosas: brevedad (no más de 5 líneas), identificación personal y educación. La moderación de comentarios dejará sin publicar aquellos  que incumplan estas tres sencillas normas.

El valor de la VERDAD


El valor de la honestidad


El valor de la amistad


Amor de los Amores (Corpus Christi - ciclo C)

“Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor. ¡Dios está aquí! Venid adoradores; adoremos a Cristo Redentor”. Durante más de un siglo hemos cantado una y mil veces este himno del Congreso Eucarístico Internacional de Madrid, debido a la inspiración del P. Restituto del Valle. Un himno que cantaron algunos de nuestros mártires antes de caer acribillados por las balas. Un himno que refleja los grandes “encuentros” a los que aspira nuestro corazón.

- En primer lugar, en la celebración de la eucaristía presentamos sobre el altar el pan y el vino, “fruto de la tierra y del trabajo del hombre”. La naturaleza y la cultura se encuentran y se unen en nuestra celebración. El mundo cósmico y el esfuerzo de toda la humanidad se convierten en ofrenda a Dios. Y en signo de la presencia de Cristo en la tierra y en la historia humana.

- En este fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo recordamos el pan y vino que Melquisedec ofreció a Abraham (Gén 14,18-20). El primero era rey-sacerdote de los cultos cananeos. El segundo iba siguiendo los pasos del Dios que lo había llamado. Dos pueblos, dos culturas y dos creencias se encontraban en la ofrenda. La eucaristía es signo de la unidad por encima de fronteras y prejuicios.
LA ENTREGA DE CRISTO

San Pablo recuerda una tradición que se remonta al Señor y que él trata de transmitir con toda fidelidad (1 Cor 11, 23-26). Al celebrar la eucaristía hacemos memoria de aquella tradición. La “re-cordamos”, es decir, pasamos por nuestro corazón los gestos y palabras de Jesús y de su Apóstol:

- “Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros”. Con el gesto del pan partido y compartido, Jesús quería expresar su entrega a sus hermanos. Los que participaban en aquella cena y los que habríamos de seguir sus pasos a lo largo de los tiempos.

- “Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre”. Los pactos y alianzas eran sellados con el sacrificio de un animal. La sangre era símbolo de la vida y de los proyectos comunes. El vino compartido hacía visible el sacrificio de Jesús y sellaba la alianza nueva de Dios con los hombres

- “Haced esto en memoria mía”. No podemos caer en la amnesia. La muerte del Justo injustamente ajusticiado nos interpela. En la Eucaristía proclamamos que su memoria pervive en nosotros. La presencia de Cristo está viva en medio de su comunidad.

- “Cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva”. La fe cristiana nos lleva a vivir en una esperanza activa. Deseamos que la presencia de Cristo se haga visible en nuestro mundo. Pablo sabe que la Eucaristía anuncia y anticipa la manifestación de Jesucristo, de su mensaje y de su salvación.

NUESTRA ENTREGA

El evangelio que se proclama en este día nos propone una vez más la meditación sobre el relato de “la multiplicación de los panes y los peces”. Ante la necesidad de la gente y la perplejidad de los discípulos sobresale la decisión de Jesús

• “Dadles vosotros de comer”. Estas palabras no reflejan una opinión personal. No son una simple una llamada a la generosidad personal. Tampoco son solamente una indicación para cambiar un sistema económico-social. Son mucho más.

• “Dadles vosotros de comer”. Estas palabras de Jesús son una interpelación y un mandato. Están dirigidas a los discípulos que siguen a Jesús. Pero se extienden a todos los cristianos de todos los tiempos. Desenmascaran nuestro egoísmo y nos llaman a la responsabilidad.

• “Dadles vosotros de comer”. Estas palabras de Jesús son un grito profético que anuncia un mundo de bienes compartidos y denuncia nuestra insolidaridad. La Eucaristía que celebramos nos exige hacer nuestra la entrega de Jesús. Vivir un amor sincero a los demás. Y promover una caridad generosa y una justicia eficaz.

Corpus Christi - ciclo C