DICIEMBRE: ADVIENTO, inicio AÑO LITÚRGICO, NAVIDAD, fichas, manualidades, actividades, libros, humor, juegos, cómics, resúmenes, fichas, lecturas, videoclips, música... ***Si bien los materiales propios del blog están protegidos, su utilización ES LIBRE (aunque en ningún caso con fines lucrativos o comerciales) siempre que se conserve el diseño integral de las fichas o de las actividades así como la autoría o autorías compartidas expresadas en las mismas.
Enlaces a recursos sobre el AÑO LITÚRGICO en educarconjesus
Cuaresma. Actitudes y Acciones básicas
Bien podría ser un mural resumen de la cuaresma. Os ofrezco el modelo y un posible resultado. Creo importante, al menos, jugar con los dos colores que marcan este tiempo, el gris (ceniza) y el morado (penitencia y conversión). La práctica, a vuestro gusto.
(También se podrían recortar los distintos cuadros y hacer un collage)
(También se podrían recortar los distintos cuadros y hacer un collage)
Triduo pascual...Pasión de Amor
Se imprime en una hoja y se dobla. Especial para comienzo de Primaria
Domingo VII TO (ciclo A)
Reflexión de José-Román Flecha con un montaje de Antonia Castro Panero
Domingo VII TO (ciclo A)
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Humor cristiano en la mesa
Ante muchos invitados, la madre de la familia le pide a su hija de seis años:
"¿Te gustaría bendecir la mesa?"
La niña le responde: "No sé que decir"
"Di lo que has oído decir a tu mami", le pide la madre.
Entonces la niña, sintiéndose más segura, inclina su cabeza y dice:
"Dios mío, como se me ocurrió invitar a tanta gente a la comida"
España, Iglesia y IRPF
Estos son los datos. Frente a las agresivas campañas de plataformas y foros laicistas por convencer a los españoles para que no marquen la casilla destinada a la colaboración y sostenimiento de la Iglesia Católica en España las cifras demuestran su más absoluto fracaso.
En el ejercicio de 2010 se sumaron a favor de la Iglesia Católica casi 66.000 contribuyentes MÁS. Y en las últimas cuatro declaraciones el aumento se cifra en más de 800.000. En cuatro años se acumula una aumento del 11%.
Si además se tiene en cuenta que muchas de esas declaraciones no son individuales sino conjuntas, los expertos cifran en 9.000.000 de ciudadanos los que respaldan a obra y labor de la Iglesia.
David y su escudo real.
Actividad para elaborar un escudo heráldico del rey David en el que se recogen cinco elementos identificativos de su legado:
1- La oveja, signo de su origen de pastor
2- La onda, signo de su victoria ante Goliat y los filisteos
3- La corona, signo de su realeza
4- La lira, signo de sus canciones dedicadas a Dios
En el círculo central del escudo vienen representados dos brazos en actitud de oración, no en vano se atribuye a David el libro de oración de los SALMOS.
Esta actividad complementa al vídeo-canción de la entrada anterior.
(Tomado del libro "Una biblia, muchos juegos" vol.2 Ed. CCS)
1- La oveja, signo de su origen de pastor
2- La onda, signo de su victoria ante Goliat y los filisteos
3- La corona, signo de su realeza
4- La lira, signo de sus canciones dedicadas a Dios
En el círculo central del escudo vienen representados dos brazos en actitud de oración, no en vano se atribuye a David el libro de oración de los SALMOS.
Esta actividad complementa al vídeo-canción de la entrada anterior.
(Tomado del libro "Una biblia, muchos juegos" vol.2 Ed. CCS)
David y Goliat
En esta canción de escasos 4 minutos encontramos un texto muy asequible para los niños reforzado con buenas imágenes que lo apoyan. Una combinación que nos brinda presentar a David y su importancia en la historia de la monarquía de Israel.
Jornada del Enfermo.
San Bernardo afirma: «Dios no puede padecer, pero puede compadecer». Dios, la Verdad y el Amor en persona, quiso sufrir por nosotros y con nosotros; se hizo hombre para poder com-padecer con el hombre, de modo real, en carne y sangre. Por eso, en cada sufrimiento humano ha entrado Uno que comparte el sufrimiento y la paciencia; en cada sufrimiento se difunde la con-solatio, la consolación del amor partícipe de Dios para hacer que brille la estrella de la esperanza (cf. Spe salvi, 39).
(Extracto del mensaje de Benedicto XVI para esta Jornada. Para leerlo completo pica en el enlace).
(Extracto del mensaje de Benedicto XVI para esta Jornada. Para leerlo completo pica en el enlace).
¿Pero cuánto perdonar?
"En aquel tiempo Pedro se acercó a Jesús y le dijo: «Señor ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?». Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete». Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase". Mt 18,21-35
Perdonar es algo serio, humanamente difícil, si no imposible. No se debe hablar de ello a la ligera, sin darse cuenta de lo que se pide a la persona ofendida cuando se le dice que perdone. Junto al mandato de perdonar hay que proporcionar al hombre también un motivo para hacerlo. Es lo que Jesús hace con la parábola del rey y de los dos siervos. Por la parábola está claro por qué se debe perdonar: ¡porque Dios, antes, nos ha perdonado y nos perdona! Nos condona una deuda infinitamente mayor que la que un semejante nuestro puede tener con nosotros. ¡La diferencia entre la deuda hacia el rey (diez mil talentos) y la del colega (cien denarios) se corresponde a la actual de tres millones de euros y unos pocos céntimos!
San Pablo ya puede decir: «Como el Señor os ha perdonado, haced así también vosotros» (Col 3,13). Está superada la ley del talión: «Ojo por ojo, diente por diente». El criterio ya no es: «Lo que otro te ha hecho a ti, házselo a él»; sino: «Lo que Dios te ha hecho a ti, házselo tú al otro». Jesús no se ha limitado, por lo demás, a mandarnos perdonar; lo ha hecho él primero. Mientras le clavaban en la cruz rogó diciendo: «Padre, ¡perdónales, porque no saben lo que hacen!» (Lc 23, 34). Es lo que distingue la fe cristiana de cualquier otra religión.
También Buda dejó a los suyos la máxima: «No es con el resentimiento como se aplaca el resentimiento; es con el no-resentimiento como se mitiga el resentimiento». Pero Cristo no se limita a señalar el camino de la perfección; da la fuerza para recorrerlo. No nos manda sólo hacer, sino que actúa con nosotros. En esto consiste la gracia. El perdón cristiano va más allá de la no-violencia o del no-resentimiento.
Alguno podría objetar: ¿perdonar setenta veces siete no representa alentar la injusticia y dar luz verde a la prepotencia? No; el perdón cristiano no excluye que puedas también, en ciertos casos, denunciar a la persona y llevarla ante la justicia, sobre todo cuando están en juego los intereses y el bien incluso de otras personas. El perdón cristiano no ha impedido, por poner un ejemplo cercano a nosotros, a las viudas de algunas víctimas del terror o de la mafia buscar con tenacidad la verdad y la justicia en la muerte de sus maridos.
Pero no hay sólo grandes perdones; existen también los perdones de cada día: en la vida de pareja, en el trabajo, entre parientes, entre amigos, colegas, conocidos. ¿Qué hacer cuando uno descubre que ha sido traicionado por el propio cónyuge? ¿Perdonar o separarse? Es una cuestión demasiado delicada; no se puede imponer ninguna ley desde fuera. La persona debe descubrir en sí misma qué hacer.
Pero puedo decir una cosa. He conocido casos en los que la parte ofendida ha encontrado, en su amor por el otro y en la ayuda que viene de la oración, la fuerza de perdonar al cónyuge que había errado, pero que estaba sinceramente arrepentido. El matrimonio había renacido como de las cenizas; había tenido una especie de nuevo comienzo. Cierto: nadie puede pretender que esto pueda ocurrir, en una pareja, «setenta veces siete».
Debemos estar atentos para no caer en una trampa. Existe un riesgo también en el perdón. Consiste en formarse la mentalidad de quien cree tener siempre algo que perdonar a los demás. El peligro de creerse siempre acreedores de perdón, jamás deudores. Si reflexionáramos bien, muchas veces, cuando estamos a punto de decir: «¡Te perdono!», cambiaríamos actitud y palabras y diríamos a la persona que tenemos enfrente: «¡Perdóname!». Nos daríamos cuenta de que también nosotros tenemos algo que hacernos perdonar por ella. Aún más importante que perdonar es pedir perdón.
¿Por qué perdonar?
Comentario del padre Raniero Cantalamessa (predicador de la Casa Pontificia) 9-9-2005 (www.zenit.org)
Perdonar es algo serio, humanamente difícil, si no imposible. No se debe hablar de ello a la ligera, sin darse cuenta de lo que se pide a la persona ofendida cuando se le dice que perdone. Junto al mandato de perdonar hay que proporcionar al hombre también un motivo para hacerlo. Es lo que Jesús hace con la parábola del rey y de los dos siervos. Por la parábola está claro por qué se debe perdonar: ¡porque Dios, antes, nos ha perdonado y nos perdona! Nos condona una deuda infinitamente mayor que la que un semejante nuestro puede tener con nosotros. ¡La diferencia entre la deuda hacia el rey (diez mil talentos) y la del colega (cien denarios) se corresponde a la actual de tres millones de euros y unos pocos céntimos!
San Pablo ya puede decir: «Como el Señor os ha perdonado, haced así también vosotros» (Col 3,13). Está superada la ley del talión: «Ojo por ojo, diente por diente». El criterio ya no es: «Lo que otro te ha hecho a ti, házselo a él»; sino: «Lo que Dios te ha hecho a ti, házselo tú al otro». Jesús no se ha limitado, por lo demás, a mandarnos perdonar; lo ha hecho él primero. Mientras le clavaban en la cruz rogó diciendo: «Padre, ¡perdónales, porque no saben lo que hacen!» (Lc 23, 34). Es lo que distingue la fe cristiana de cualquier otra religión.
También Buda dejó a los suyos la máxima: «No es con el resentimiento como se aplaca el resentimiento; es con el no-resentimiento como se mitiga el resentimiento». Pero Cristo no se limita a señalar el camino de la perfección; da la fuerza para recorrerlo. No nos manda sólo hacer, sino que actúa con nosotros. En esto consiste la gracia. El perdón cristiano va más allá de la no-violencia o del no-resentimiento.
Alguno podría objetar: ¿perdonar setenta veces siete no representa alentar la injusticia y dar luz verde a la prepotencia? No; el perdón cristiano no excluye que puedas también, en ciertos casos, denunciar a la persona y llevarla ante la justicia, sobre todo cuando están en juego los intereses y el bien incluso de otras personas. El perdón cristiano no ha impedido, por poner un ejemplo cercano a nosotros, a las viudas de algunas víctimas del terror o de la mafia buscar con tenacidad la verdad y la justicia en la muerte de sus maridos.
Pero no hay sólo grandes perdones; existen también los perdones de cada día: en la vida de pareja, en el trabajo, entre parientes, entre amigos, colegas, conocidos. ¿Qué hacer cuando uno descubre que ha sido traicionado por el propio cónyuge? ¿Perdonar o separarse? Es una cuestión demasiado delicada; no se puede imponer ninguna ley desde fuera. La persona debe descubrir en sí misma qué hacer.
Pero puedo decir una cosa. He conocido casos en los que la parte ofendida ha encontrado, en su amor por el otro y en la ayuda que viene de la oración, la fuerza de perdonar al cónyuge que había errado, pero que estaba sinceramente arrepentido. El matrimonio había renacido como de las cenizas; había tenido una especie de nuevo comienzo. Cierto: nadie puede pretender que esto pueda ocurrir, en una pareja, «setenta veces siete».
Debemos estar atentos para no caer en una trampa. Existe un riesgo también en el perdón. Consiste en formarse la mentalidad de quien cree tener siempre algo que perdonar a los demás. El peligro de creerse siempre acreedores de perdón, jamás deudores. Si reflexionáramos bien, muchas veces, cuando estamos a punto de decir: «¡Te perdono!», cambiaríamos actitud y palabras y diríamos a la persona que tenemos enfrente: «¡Perdóname!». Nos daríamos cuenta de que también nosotros tenemos algo que hacernos perdonar por ella. Aún más importante que perdonar es pedir perdón.
¿Por qué perdonar?
Comentario del padre Raniero Cantalamessa (predicador de la Casa Pontificia) 9-9-2005 (www.zenit.org)
San Tobías. 7 de febrero
El libro de TOBÍAS fue escrito hacia el año 200 a. C. y sólo se ha conservado en varias versiones griegas y latinas, bastante diversas unas de otras. Como los libros de Ester y de Judit, pertenece al género de los relatos "edificantes" o narraciones elaboradas con el fin de transmitir una enseñanza de carácter moral y religioso.
Los protagonistas del relato son los miembros de una familia de la tribu de Neftalí, deportada a Nínive cuando los asirios invadieron y conquistaron el territorio de Galilea (2 Rey. 15. 29). Esta ambientación fuera de Palestina es un elemento esencial de la narración, ya que la enseñanza contenida en el Libro está destinada principalmente a sostener la fe de los judíos dispersos en un ambiente pagano y casi siempre hostil. Para animarlos a mantenerse fieles al Señor, aun en medio de las pruebas, el autor les propone un modelo ejemplar en la figura de Tobit, el padre del joven Tobías. Lo que más se destaca a través del relato es la acción providencial de Dios. Los hechos que a primera vista parecen casuales responden en realidad a un designio divino -un "secreto"- que sólo al final se pone de manifiesto (12. 11). Y por eso, la verdadera sabiduría consiste en mantener la confianza en el Señor, incluso en las situaciones más desesperadas.
En el libro de Tobías, el ejecutor de este designio divino es un "ángel" llamado Rafael, que significa "Dios sana o Medicina de Dios". Mientras que en los textos bíblicos más antiguos el Señor se acerca personalmente a los hombres y habla con ellos, en esta etapa de la Revelación se acentúa el sentido de la trascendencia divina. Una distancia infinita separa a los hombres de Dios, pero esa distancia es salvada por la intervención de los ángeles, cuya función consiste en ser los "mensajeros" de las bendiciones y de los castigos divinos, y en presentar al Señor las súplicas y necesidades de los hombres (12. 12-15).
Junto con la invitación a confiar en la Providencia divina, la historia de Tobías destaca otros valores de profundo contenido evangélico: la santidad del matrimonio (en el ritual del matrimonio destacan varias lecturas de Tobías muy usadas como primera lectura en este sacramento), el respeto filial, la misericordia hacia los pobres, la práctica de la limosna, la aceptación humilde de las pruebas y la eficacia de la oración.
Los protagonistas del relato son los miembros de una familia de la tribu de Neftalí, deportada a Nínive cuando los asirios invadieron y conquistaron el territorio de Galilea (2 Rey. 15. 29). Esta ambientación fuera de Palestina es un elemento esencial de la narración, ya que la enseñanza contenida en el Libro está destinada principalmente a sostener la fe de los judíos dispersos en un ambiente pagano y casi siempre hostil. Para animarlos a mantenerse fieles al Señor, aun en medio de las pruebas, el autor les propone un modelo ejemplar en la figura de Tobit, el padre del joven Tobías. Lo que más se destaca a través del relato es la acción providencial de Dios. Los hechos que a primera vista parecen casuales responden en realidad a un designio divino -un "secreto"- que sólo al final se pone de manifiesto (12. 11). Y por eso, la verdadera sabiduría consiste en mantener la confianza en el Señor, incluso en las situaciones más desesperadas.
En el libro de Tobías, el ejecutor de este designio divino es un "ángel" llamado Rafael, que significa "Dios sana o Medicina de Dios". Mientras que en los textos bíblicos más antiguos el Señor se acerca personalmente a los hombres y habla con ellos, en esta etapa de la Revelación se acentúa el sentido de la trascendencia divina. Una distancia infinita separa a los hombres de Dios, pero esa distancia es salvada por la intervención de los ángeles, cuya función consiste en ser los "mensajeros" de las bendiciones y de los castigos divinos, y en presentar al Señor las súplicas y necesidades de los hombres (12. 12-15).
Junto con la invitación a confiar en la Providencia divina, la historia de Tobías destaca otros valores de profundo contenido evangélico: la santidad del matrimonio (en el ritual del matrimonio destacan varias lecturas de Tobías muy usadas como primera lectura en este sacramento), el respeto filial, la misericordia hacia los pobres, la práctica de la limosna, la aceptación humilde de las pruebas y la eficacia de la oración.
ICONOGRAFÍA: representado ciego, acompañado del arcángel Rafael, y portando un pez.
Campaña contra el hambre-Manos Unidas- 2011
Nueva campaña de Manos Unidas
“Su mañana es hoy”
•Los niños son el futuro de la sociedad
Con el lema “Su mañana es hoy”, Manos Unidas presentará en los próximos días su campaña número LII, orientada a exigir el cumplimiento del Objetivo 4 de Desarrollo del Milenio: “Reducir la mortalidad infantil”.
La campaña arrancará los días 11 de febrero, Día del Ayuno Voluntario, y 13, Jornada Nacional de Manos Unidas. En ella recordaremos que decenas de miles de niños menores de 5 años mueren todos los días por causas que se podrían evitar fácilmente.
El manifiesto que Manos Unidas ha redactado con este motivo llama a luchar contra este problema y afirma que “en la medida en que consigamos reducir los niveles de pobreza, analfabetismo, enfermedad y desnutrición, estaremos sentando las bases para reducir muchas de las causas de la mortalidad infantil”.
Manos Unidas, afirma el manifiesto, se compromete:
•“A luchar para reducir la mortalidad infantil y por una infancia sana y sin riesgos, a través de proyectos cuyos objetivos sean la protección de los niños, la formación de la mujer, la capacitación de personal sanitario y la creación de condiciones adecuadas para el desarrollo de una vida digna”.
•“A seguir reclamando a nuestros poderes públicos y a otras instituciones que adopten políticas de cooperación coherentes con la defensa de la vida desde la concepción hasta el final natural, el derecho a la maternidad sana y saludable y la dignidad de los niños”.
Cartel de la campaña. Por Maribel Páez
“Su mañana es hoy”
•Los niños son el futuro de la sociedad
Con el lema “Su mañana es hoy”, Manos Unidas presentará en los próximos días su campaña número LII, orientada a exigir el cumplimiento del Objetivo 4 de Desarrollo del Milenio: “Reducir la mortalidad infantil”.
La campaña arrancará los días 11 de febrero, Día del Ayuno Voluntario, y 13, Jornada Nacional de Manos Unidas. En ella recordaremos que decenas de miles de niños menores de 5 años mueren todos los días por causas que se podrían evitar fácilmente.
El manifiesto que Manos Unidas ha redactado con este motivo llama a luchar contra este problema y afirma que “en la medida en que consigamos reducir los niveles de pobreza, analfabetismo, enfermedad y desnutrición, estaremos sentando las bases para reducir muchas de las causas de la mortalidad infantil”.
Manos Unidas, afirma el manifiesto, se compromete:
•“A luchar para reducir la mortalidad infantil y por una infancia sana y sin riesgos, a través de proyectos cuyos objetivos sean la protección de los niños, la formación de la mujer, la capacitación de personal sanitario y la creación de condiciones adecuadas para el desarrollo de una vida digna”.
•“A seguir reclamando a nuestros poderes públicos y a otras instituciones que adopten políticas de cooperación coherentes con la defensa de la vida desde la concepción hasta el final natural, el derecho a la maternidad sana y saludable y la dignidad de los niños”.
Cartel de la campaña. Por Maribel Páez
El plato vacío representa el pensamiento y la principal preocupación diaria de una gran parte de la población. La imagen de este plato simboliza el tipo de alimentación de países desarrollados, donde la alimentación es abundante y equilibrada y a la que deberíamos tener todos acceso. El niño se encuentra en un paisaje vacío, sin recursos, solo frente a su realidad.
5º domingo ordinario -Ciclo A-
Re-cordar con Jose-Román Flecha Andrés
5ºdomingo ordinario ciclo A
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Presentación del Señor. 2 de febrero
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