DICIEMBRE: ADVIENTO, inicio AÑO LITÚRGICO, NAVIDAD, fichas, manualidades, actividades, libros, humor, juegos, cómics, resúmenes, fichas, lecturas, videoclips, música... ***Si bien los materiales propios del blog están protegidos, su utilización ES LIBRE (aunque en ningún caso con fines lucrativos o comerciales) siempre que se conserve el diseño integral de las fichas o de las actividades así como la autoría o autorías compartidas expresadas en las mismas.
Enlaces a recursos sobre el AÑO LITÚRGICO en educarconjesus
Un paseo por la Capilla Sixtina
Os presento un enlace muy visual que permite realizar una visita a la capilla Sixtina del Vaticano con una rotación de 360º tanto en vertical como en horizontal. VER CAPILLA SIXTINA .
Una explicación sencilla sobre su composición la podéis encontrar en VER COMPOSICIÓN
Sobre el Juicio final: VER JUICIO FINAL.
Una explicación sencilla sobre su composición la podéis encontrar en VER COMPOSICIÓN
Sobre el Juicio final: VER JUICIO FINAL.
Despedidas y Promesas (por J-R Flecha)
En el pasaje que hoy se ofrece a nuestra meditación se contienen tres promesas de Jesús, que, en el fondo, nos acercan al misterio de la Trinidad de Dios. La primera de ellas se refiere al Espíritu: “Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad”.
El Defensor es el Paráclito, que puede traducirse como Abogado, es decir, el que es llamado en nuestro auxilio (ad-vocatus). Es el Consolador que nos es enviado por el Padre a petición del Hijo. El Espíritu conoce nuestras necesidades, nos defiende del mal que nos amenaza desde fuera y del mal que nosotros escondemos en nuestro corazón.
El evangelio lo llama “el Espíritu de la verdad”. En el diálogo con la Samaritana, Jesús había anunciado que los verdaderos adoradores adorarán al Padre “en espíritu y en verdad”. No pretendía él defender una religiosidad intimista. Preanunciaba el acceso al Padre, no por nuestras propias fuerzas, sino gracias al Espíritu de la verdad.
VER Y VIVIR
El segundo bloque de las promesas de Jesús se refiere a Él mismo. En primer lugar, el Maestro manifiesta su voluntad de permanecer al lado de aquellos a los que ha elegido: “No os dejaré desamparados, volveré”. La llamada inicial de Jesús es firme y definitiva. La fidelidad del discípulo está motivada y apoyada por la fidelidad de su Maestro.
La promesa de Jesús se sitúa en el contexto de un evangelio en el que la vista tiene tanta importancia. “El mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis porque yo sigo viviendo”. El creyente ha recibido el don de unos ojos nuevos. Y, por otra parte, el Señor resucitado será visible en la palabra, en los sacramentos y en la presencia de los hermanos.
Pero la promesa de Jesús incluye la participación del creyente en la misma vida divina, de la que el Maestro es testigo: “Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, vosotros conmigo y yo con vosotros”. Jesús comparte la vida del Padre. Y a ese intercambio vital y amoroso son admitidos los que él ha llamado amigos.
AMOR Y MANDATOS
Finalmente hay un tercer bloque de promesas que, como la antífona de un salmo, se repiten al inicio y al final de este pasaje evangélico. Son promesas que vinculan el amor con el cumplimiento de los mandamientos.
• “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. En las relaciones humanas, el amor no es un solamente un sentimiento. Es, sobre todo, un compromiso. En la relación del cristiano con Jesús, el amor se manifiesta en el cumplimiento de los mandatos del Señor.
• “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama”. El amor no consiste sólo en palabras. No basta con aceptar en teoría los mandamientos del Señor. Es preciso ponerlos por obra. Ese cumplimiento es la prueba de la libertad del creyente. Y de su amor.
• “Al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a Él”. El mutuo amor entre el discípulo y su Maestro implica también al Padre, que ama a quien ama a su Hijo. Habitualmente se dice que sólo se ama lo que se conoce. El evangelio cambia el orden de los factores. Sólo conoce a Jesús quien lo ama. Ese amor es signo, prenda y camino de la revelación del Señor.
El Defensor es el Paráclito, que puede traducirse como Abogado, es decir, el que es llamado en nuestro auxilio (ad-vocatus). Es el Consolador que nos es enviado por el Padre a petición del Hijo. El Espíritu conoce nuestras necesidades, nos defiende del mal que nos amenaza desde fuera y del mal que nosotros escondemos en nuestro corazón.
El evangelio lo llama “el Espíritu de la verdad”. En el diálogo con la Samaritana, Jesús había anunciado que los verdaderos adoradores adorarán al Padre “en espíritu y en verdad”. No pretendía él defender una religiosidad intimista. Preanunciaba el acceso al Padre, no por nuestras propias fuerzas, sino gracias al Espíritu de la verdad.
VER Y VIVIR
El segundo bloque de las promesas de Jesús se refiere a Él mismo. En primer lugar, el Maestro manifiesta su voluntad de permanecer al lado de aquellos a los que ha elegido: “No os dejaré desamparados, volveré”. La llamada inicial de Jesús es firme y definitiva. La fidelidad del discípulo está motivada y apoyada por la fidelidad de su Maestro.
La promesa de Jesús se sitúa en el contexto de un evangelio en el que la vista tiene tanta importancia. “El mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis porque yo sigo viviendo”. El creyente ha recibido el don de unos ojos nuevos. Y, por otra parte, el Señor resucitado será visible en la palabra, en los sacramentos y en la presencia de los hermanos.
Pero la promesa de Jesús incluye la participación del creyente en la misma vida divina, de la que el Maestro es testigo: “Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, vosotros conmigo y yo con vosotros”. Jesús comparte la vida del Padre. Y a ese intercambio vital y amoroso son admitidos los que él ha llamado amigos.
AMOR Y MANDATOS
Finalmente hay un tercer bloque de promesas que, como la antífona de un salmo, se repiten al inicio y al final de este pasaje evangélico. Son promesas que vinculan el amor con el cumplimiento de los mandamientos.
• “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. En las relaciones humanas, el amor no es un solamente un sentimiento. Es, sobre todo, un compromiso. En la relación del cristiano con Jesús, el amor se manifiesta en el cumplimiento de los mandatos del Señor.
• “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama”. El amor no consiste sólo en palabras. No basta con aceptar en teoría los mandamientos del Señor. Es preciso ponerlos por obra. Ese cumplimiento es la prueba de la libertad del creyente. Y de su amor.
• “Al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a Él”. El mutuo amor entre el discípulo y su Maestro implica también al Padre, que ama a quien ama a su Hijo. Habitualmente se dice que sólo se ama lo que se conoce. El evangelio cambia el orden de los factores. Sólo conoce a Jesús quien lo ama. Ese amor es signo, prenda y camino de la revelación del Señor.
Camino de la vida (por J-R. Flecha)
El evangelio que se proclama en este domingo quinto de Pascua es muy rico en sugerencias (Jn 14, 1-12). Vemos que, al menos, contiene una promesa, una revelación y una exhortación. La promesa forma parte de las palabras de despedida que Jesús pronuncia en el marco de la última cena antes de salir hacia el Huerto de los Olivos.
- “Me voy a prepararos sitio”. En el momento de acercarse a su muerte, Jesús no abandona a los que lo han seguido durante su vida. La fe nos lleva a creer que el Señor intercede por nosotros ante el Padre celestial.
- “Volveré y os llevaré conmigo”. A lo largo de la vida, los cristianos repetimos con frecuencia el “Ven, Señor Jesús” que ha orientado durante siglos el camino de nuestros hermanos. La fe alimenta nuestra esperanza.
- “Para que donde estoy yo, estéis también vosotros”. Jesús había sido anunciado como el “Emmanuel”, el Dios con nosotros. A la hora de la despedida no olvida esa misión. Estar con Él es nuestra meta. La esperanza revela el amor del que nos llama junto a Él.
EL SEÑOR DEL CAMINO
El evangelio de hoy contiene también una revelación. La debemos a una pregunta del apóstol Tomás. Él había animado a los discípulos a seguir al Señor hasta el final. Ahora confiesa no saber adónde va su Maestro y por tanto ignora el camino para seguirlo. La respuesta de Jesús nos es bien conocida: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
El 20 de abril del 2008, el Papa Benedicto XVI celebraba la eucaristía de este quinto domingo de Pascua en el Yankee Stadium de Nueva York. Ya al principio de su homilía se hacía eco de las palabras con las que Jesús responde a Tomás: “Cristo es el camino que conduce al Padre, la verdad que da significado a la existencia humana, y la fuente de esa vida que es alegría eterna con todos los santos en el reino de los cielos”.
El Maestro es camino, verdad y vida. Esa revelación positiva de Jesús y de su misión incluye unas connotaciones negativas que nos ayudan a vivir atentos en este mundo. Si no lo seguimos, andaremos descaminados y perdidos. Si no escuchamos su voz, nuestra vida será un engaño. Si no lo aceptamos de corazón, nuestra existencia será mortecina.
LLAMADOS A LA PAZ Y A LA FE
Finalmente, el evangelio de hoy contiene una preciosa exhortación: “No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí”. Estas palabras eran las más adecuadas en aquel momento en el que Jesús se despedía de sus discípulos. Pero son oportunas y necesarias para los creyentes de todos los siglos:
• “No perdáis la calma”. Las calumnias y las acusaciones, la persecución y el martirio han acechado siempre a los cristianos. Pero nada podrá apartarnos del amor de Dios. En él encontramos la paz en momentos de turbación.
• “Creed en Dios”. Dios no es enemigo de la causa humana. La fe en Dios no es un peso, sino una fuente de alegría. Creemos en Dios porque sabemos que Él cree en nosotros, se fía de nosotros, confía en nosotros, a pesar de nuestra debilidad.
• “Creed también en mí”. Esta es la clave de la vida cristiana. Hay otros hombres y mujeres que creen Dios. Nosotros creemos en Jesús, su Hijo, nuestro Maestro y Señor, nuestro amigo y Hermano.
- “Me voy a prepararos sitio”. En el momento de acercarse a su muerte, Jesús no abandona a los que lo han seguido durante su vida. La fe nos lleva a creer que el Señor intercede por nosotros ante el Padre celestial.
- “Volveré y os llevaré conmigo”. A lo largo de la vida, los cristianos repetimos con frecuencia el “Ven, Señor Jesús” que ha orientado durante siglos el camino de nuestros hermanos. La fe alimenta nuestra esperanza.
- “Para que donde estoy yo, estéis también vosotros”. Jesús había sido anunciado como el “Emmanuel”, el Dios con nosotros. A la hora de la despedida no olvida esa misión. Estar con Él es nuestra meta. La esperanza revela el amor del que nos llama junto a Él.
EL SEÑOR DEL CAMINO
El evangelio de hoy contiene también una revelación. La debemos a una pregunta del apóstol Tomás. Él había animado a los discípulos a seguir al Señor hasta el final. Ahora confiesa no saber adónde va su Maestro y por tanto ignora el camino para seguirlo. La respuesta de Jesús nos es bien conocida: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
El 20 de abril del 2008, el Papa Benedicto XVI celebraba la eucaristía de este quinto domingo de Pascua en el Yankee Stadium de Nueva York. Ya al principio de su homilía se hacía eco de las palabras con las que Jesús responde a Tomás: “Cristo es el camino que conduce al Padre, la verdad que da significado a la existencia humana, y la fuente de esa vida que es alegría eterna con todos los santos en el reino de los cielos”.
El Maestro es camino, verdad y vida. Esa revelación positiva de Jesús y de su misión incluye unas connotaciones negativas que nos ayudan a vivir atentos en este mundo. Si no lo seguimos, andaremos descaminados y perdidos. Si no escuchamos su voz, nuestra vida será un engaño. Si no lo aceptamos de corazón, nuestra existencia será mortecina.
LLAMADOS A LA PAZ Y A LA FE
Finalmente, el evangelio de hoy contiene una preciosa exhortación: “No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí”. Estas palabras eran las más adecuadas en aquel momento en el que Jesús se despedía de sus discípulos. Pero son oportunas y necesarias para los creyentes de todos los siglos:
• “No perdáis la calma”. Las calumnias y las acusaciones, la persecución y el martirio han acechado siempre a los cristianos. Pero nada podrá apartarnos del amor de Dios. En él encontramos la paz en momentos de turbación.
• “Creed en Dios”. Dios no es enemigo de la causa humana. La fe en Dios no es un peso, sino una fuente de alegría. Creemos en Dios porque sabemos que Él cree en nosotros, se fía de nosotros, confía en nosotros, a pesar de nuestra debilidad.
• “Creed también en mí”. Esta es la clave de la vida cristiana. Hay otros hombres y mujeres que creen Dios. Nosotros creemos en Jesús, su Hijo, nuestro Maestro y Señor, nuestro amigo y Hermano.
Materiales JMJ para la clase de religión
La editorial Edelvives y la organización de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011 han elaborado diversos materiales didácticos para acercar a los más jóvenes a este evento de fe compartida mundialmente. ¿Quiéres verlos? SÍ
Apúntate a clase de religión
Para motivar la matriculación a la asignatura de Religión Católica os presento varios vídeos realizados por los alumnos de la ESO y de Bachillerato entre los que se cuela un futbolista muy conocido. Un buenísimo trabajo tanto de los alumnos como de sus profes. GRACIAS A TODOS ELLOS POR HABLAR ALTO Y CLARO
Iglesia y el IRPF
En 2010, los datos sobre la "X" a favor de la Iglesia Católica en la declaración de la Renta de 2009 aumentaron en 65.983.
En total, fueron 7.260.138 millones de contribuyentes que, estimando un porcentaje de ellas conjuntas, el número de españoles que marcaron el 0'7% para la Iglesia Católica, llegarían a los 9 millones (el 34´75% del total).
En los últimos tres años, el número de declaraciones a favor de la Iglesia ha aumentado en 777.983.
A pesar de ello y dado el contexto de la crisis la asignación anual de este ejercicio disminuyó en al más de 3 millones de euros.
En total, fueron 7.260.138 millones de contribuyentes que, estimando un porcentaje de ellas conjuntas, el número de españoles que marcaron el 0'7% para la Iglesia Católica, llegarían a los 9 millones (el 34´75% del total).
En los últimos tres años, el número de declaraciones a favor de la Iglesia ha aumentado en 777.983.
A pesar de ello y dado el contexto de la crisis la asignación anual de este ejercicio disminuyó en al más de 3 millones de euros.
Y ¿este año? Pues en ello estamos todos. Su slogan "NO PAGAS MÁS, NI TE DEVUELMEN MENOS"
Frente al reconocimiento del papel solidario de la Iglesia, merece puntualizarse la campaña agresiva del laicismo insolidario. Sí, para ello muestro su propuesta para la declaración de la renta. Su defensa acérrima es "Ni a la Iglesia ni para fines sociales". Y me ronda una pregunta ¿Quién se ocupa de las miles de personas cuya situación diaria es dramática? ¿La Iglesia católica y ONG´s con un perfil claramente de compromiso social-solidario o éstos ideólogos de lengua desprendida y brazos cruzados ante las desgracias ajenas del "laicismo.org" o de la "europalaica"? Manda h... ¡con la que está cayendo en España!
Mientras el slogan de la Iglesia es "X tantos" parece que el laicismo opta por el "Solo para nosotros". Qué pena. Pero qué alegría por sentirme Iglesia
Frente al reconocimiento del papel solidario de la Iglesia, merece puntualizarse la campaña agresiva del laicismo insolidario. Sí, para ello muestro su propuesta para la declaración de la renta. Su defensa acérrima es "Ni a la Iglesia ni para fines sociales". Y me ronda una pregunta ¿Quién se ocupa de las miles de personas cuya situación diaria es dramática? ¿La Iglesia católica y ONG´s con un perfil claramente de compromiso social-solidario o éstos ideólogos de lengua desprendida y brazos cruzados ante las desgracias ajenas del "laicismo.org" o de la "europalaica"? Manda h... ¡con la que está cayendo en España!
Mientras el slogan de la Iglesia es "X tantos" parece que el laicismo opta por el "Solo para nosotros". Qué pena. Pero qué alegría por sentirme Iglesia
NO SE TE OLVIDE POR LA "X" SOLIDARIA Y ÚTIL O MARCA LAS DOS OPCIONES (Iglesia Católica y fines sociales, pues recibirán cada una de ellas un 0´7%)
Rosarín.
Para conocer de manera amena y trabajar el rosario y sus diversos misterios tenemos esta página de la INFANCIA MISIONERA muy adaptada para los niños, con oraciones, los misterios, cuentos y actividades.
Visitar una iglesia: S. Pedro de Boñar (León-España)
Visitatemploparroquialdeboñarpps
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ACTIVIDADES SOBRE LA VISITA
Visitatemploparroquialdeboñar4actividades
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Escuela y religión católica.
Video que recoge la interesantísima conferencia de Mons. Munilla (obispo de San Sebastián -España-) titulada "Asignatura de religión católica en la escuela y otros "telares"...".
Si queréis su contenido escrito pincha en este ENLACE
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Los pastos y la vida (por J.R. Flecha)
Jesús: “Yo soy la puerta. Quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos”.
• “Quien entre por mí se salvará”. Jesús es el Salvador. El mal convive en el mundo con el bien. Los peligros externos y las tentaciones personales pueden apartarnos de nuestra meta. Esa puerta que es Jesús nos ofrece un camino de salvación que no encontramos en ninguna otra parte.
• Por mí “podrá entrar y salir”. Miles de voces nos invitan cada día a descubrir nuevos caminos. Los políticos y los mercaderes nos venden horizontes de libertad. Con frecuencia descubrimos que nos engañan. Jesús es la verdad y se nos presenta como la única puerta que no tiene cerrojos.
• Por mí “encontrará pastos”. En un tiempo de viajes “de bajo costo” y de “comidas rápidas”, son muchos los signos de insatisfacción que percibimos a nuestro alrededor. Jesús es la puerta que nos abre a la posibilidad de una alimentación sana y abundante para nuestro espíritu.
• “Quien entre por mí se salvará”. Jesús es el Salvador. El mal convive en el mundo con el bien. Los peligros externos y las tentaciones personales pueden apartarnos de nuestra meta. Esa puerta que es Jesús nos ofrece un camino de salvación que no encontramos en ninguna otra parte.
• Por mí “podrá entrar y salir”. Miles de voces nos invitan cada día a descubrir nuevos caminos. Los políticos y los mercaderes nos venden horizontes de libertad. Con frecuencia descubrimos que nos engañan. Jesús es la verdad y se nos presenta como la única puerta que no tiene cerrojos.
• Por mí “encontrará pastos”. En un tiempo de viajes “de bajo costo” y de “comidas rápidas”, son muchos los signos de insatisfacción que percibimos a nuestro alrededor. Jesús es la puerta que nos abre a la posibilidad de una alimentación sana y abundante para nuestro espíritu.
Cristianismo e Islam, dos religiones muy similares.
A partir de hoy os ofrezco las "perlas de la corona" que vayan saliendo en distintos medios de comunicación. Esta no tiene desperdicio. Un catedrático de Economía metido a Teólogo. El resultado es el esperado. Os animo a compartir vuestras ideas mediante los comentarios a esta entrada. (Me he permitido subrayar lo más destacado) Si encontráis más interesantes enviadlos al correo del blog y los iremos publicando.
Los sentimientos religiosos y la misma idea de Dios tienen su origen en el cerebro, siendo ambos elaborados a partir de procesos mentales más básicos y primitivos. Incluso se sabe la zona del cerebro donde se localizan estas ideas y sentimientos. La existencia de una zona cerebral específica asociada al sentimiento religioso constituye para algunos un argumento a favor de la existencia de Dios, pues Éste fija en el cerebro su huella para favorecer su conocimiento y el impulso de llegar hasta Él. En cambio, para otros, tal hecho confirma que la revelación divina es sólo un producto más de la actividad cerebral que carece de correlación real más allá de esa actividad. Sea como fuere, no es fácil entender ninguna sociedad sin conocer el factor religioso que hay en ella. Si no existiese la tradición religiosa, entendida en un sentido amplio, cabría preguntarse, qué experiencia o qué situación nos haría inventar el concepto de Dios.
El antropólogo Pascal Boyer sostiene que el pensamiento religioso representa la línea de menor resistencia de nuestro sistema cognitivo («Nature», n.º 455). Así, una actitud incrédula de un científico exige un gran esfuerzo racional para comprender el mundo, mientras que la idea de Dios se propaga y se mantiene mucho más fácilmente. Adicionalmente, considera que la defensa firme e intransigente de un solo Dios facilita la vía expansiva y agresiva del hombre. Quizá por esto el islam mantiene su actual expansión, mientras que el catolicismo y por extensión el cristianismo, que se encuentra domesticado por la democracia, se ha vuelto comprensivo (aunque no siempre lo fue, pues basta recordar a modo de ejemplo la Inquisición) y ha entrado en decadencia.
Las investigaciones científicas en psicología cognitiva, neurobiología y antropología han revelado que la mayoría de creyentes, independientemente de cuál sea su culto, tienen interiorizado un modelo muy antropocéntrico de Dios. Las creencias subconscientes de las personas religiosas de cualquier credo son extraordinariamente parecidas: los agentes sobrenaturales ejercen un control constante del comportamiento moral de la persona (Sampedro, «El País», 23/2/2009).
Con frecuencia se olvida que islam y cristianismo son religiones monoteístas abrahámicas que comparten el mismo Dios (Alá significa Dios) y los principales dogmas. En ambas religiones habrá un juicio final por parte de Dios, que en las versiones del islam más difundidas, estará acompañado por Jesús en calidad de asesor, el cual está al lado de Alá desde su crucifixión. Después de dicho juicio final, según el islam, el alma humana terminará en uno de los cuatro estados siguientes: en la condena eterna, equivalente al infierno católico; en la salvación eterna, similar al cielo católico; o en otros dos estados intermedios, equivalentes al limbo o al desaparecido purgatorio católico.
En ambas religiones se habla del Apocalipsis o fin del mundo, descrito de forma similar como el punto final de un cataclismo general precedido de multitud de hechos extraños y horribles. Igualmente, ambas religiones consideran la resurrección de los muertos, materializándose en las dos en un cuerpo que será incorruptible.
Según indica Pascal Boyer, los ritos religiosos, aunque a priori parecen muy distintos entre culturas y/o religiones, pertenecen todos a una clase de comportamientos rituales constantes en la especie humana. Se basan siempre en actos arbitrarios, obligatorios, ejecutados en un orden rígido, desligados de objetivos prácticos obvios.
En nuestra sociedad a menudo se oyen críticas muy duras contra el islam, gran parte de ellas provenientes de católicos. Cuando se piensa con cierto detalle en el fundamento de tales críticas y se hace una visión histórica de la evolución de ambas religiones, se da uno cuenta de que dichas críticas no se basan en la realidad histórica ni, menos aún, en los planteamientos psicológicos y antropocéntricos del fenómeno religioso.
Las coincidencias entre islamismo y catolicismo no se limitan a los dogmas fundamentales, sino que transcienden las creencias populares y las manipulaciones de las masas que provocaron a lo largo de la Historia (F. Reinares y A. Elorza, «El nuevo terrorismo islamista», Temas de hoy, 2004).
Existen otros temas en los que actualmente existe gran coincidencia entre los planteamientos de la Iglesia católica y el fundamentalismo islámico como los relacionados con el aborto o la planificación familiar.
Hay algo más general y que merece la pena resaltar en relación con las similitudes entre catolicismo e islam. Las religiones sin dios como el confucionismo, el taoísmo o el budismo proclaman la necesidad de la no violencia, mientras que las monoteístas han sido en gran medida defensoras de las guerras. Dejando al margen las guerras religiosas, y centrándonos sólo en los últimos años, podemos citar en este sentido la Guerra Civil española, la de Yugoslavia, la de católicos y protestantes de Irlanda del Norte, la de hutus y tutsis en África, las de Oriente Próximo entre judíos y musulmanes, las de hindúes y musulmanes en Cachemira e India, las de budistas e hindúes en Sri Lanka.
Lo anterior nos lleva a pensar que más que estar ante dos religiones que admiten ritos distintos, nos encontramos en etapas de evolución social diferentes en cada una de ellas; de forma que, en costumbres sociales, la actual «sharia» o ley islámica podría equivaler al catolicismo de hace unas cuantas décadas.
Hay otro aspecto de gran coincidencia entre ambas religiones, que es la consideración y trato hacia las mujeres, pero este tema lo dejaré para desarrollarlo un poco más en otro artículo.
En resumen, pese a las aparentes diferencias entre catolicismo e islam, se trata de dos religiones muy similares tanto en sus fundamentos doctrinales como en sus ritos e imposiciones sociales.
(Diario !La Nueva España! 07/05/2011 -periódico de referencia de la comunidad de Asturias- ÁNGEL MACHADO CABEZAS, profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la universidad de Oviedo)
El antropólogo Pascal Boyer sostiene que el pensamiento religioso representa la línea de menor resistencia de nuestro sistema cognitivo («Nature», n.º 455). Así, una actitud incrédula de un científico exige un gran esfuerzo racional para comprender el mundo, mientras que la idea de Dios se propaga y se mantiene mucho más fácilmente. Adicionalmente, considera que la defensa firme e intransigente de un solo Dios facilita la vía expansiva y agresiva del hombre. Quizá por esto el islam mantiene su actual expansión, mientras que el catolicismo y por extensión el cristianismo, que se encuentra domesticado por la democracia, se ha vuelto comprensivo (aunque no siempre lo fue, pues basta recordar a modo de ejemplo la Inquisición) y ha entrado en decadencia.
Las investigaciones científicas en psicología cognitiva, neurobiología y antropología han revelado que la mayoría de creyentes, independientemente de cuál sea su culto, tienen interiorizado un modelo muy antropocéntrico de Dios. Las creencias subconscientes de las personas religiosas de cualquier credo son extraordinariamente parecidas: los agentes sobrenaturales ejercen un control constante del comportamiento moral de la persona (Sampedro, «El País», 23/2/2009).
Con frecuencia se olvida que islam y cristianismo son religiones monoteístas abrahámicas que comparten el mismo Dios (Alá significa Dios) y los principales dogmas. En ambas religiones habrá un juicio final por parte de Dios, que en las versiones del islam más difundidas, estará acompañado por Jesús en calidad de asesor, el cual está al lado de Alá desde su crucifixión. Después de dicho juicio final, según el islam, el alma humana terminará en uno de los cuatro estados siguientes: en la condena eterna, equivalente al infierno católico; en la salvación eterna, similar al cielo católico; o en otros dos estados intermedios, equivalentes al limbo o al desaparecido purgatorio católico.
En ambas religiones se habla del Apocalipsis o fin del mundo, descrito de forma similar como el punto final de un cataclismo general precedido de multitud de hechos extraños y horribles. Igualmente, ambas religiones consideran la resurrección de los muertos, materializándose en las dos en un cuerpo que será incorruptible.
Según indica Pascal Boyer, los ritos religiosos, aunque a priori parecen muy distintos entre culturas y/o religiones, pertenecen todos a una clase de comportamientos rituales constantes en la especie humana. Se basan siempre en actos arbitrarios, obligatorios, ejecutados en un orden rígido, desligados de objetivos prácticos obvios.
En nuestra sociedad a menudo se oyen críticas muy duras contra el islam, gran parte de ellas provenientes de católicos. Cuando se piensa con cierto detalle en el fundamento de tales críticas y se hace una visión histórica de la evolución de ambas religiones, se da uno cuenta de que dichas críticas no se basan en la realidad histórica ni, menos aún, en los planteamientos psicológicos y antropocéntricos del fenómeno religioso.
Las coincidencias entre islamismo y catolicismo no se limitan a los dogmas fundamentales, sino que transcienden las creencias populares y las manipulaciones de las masas que provocaron a lo largo de la Historia (F. Reinares y A. Elorza, «El nuevo terrorismo islamista», Temas de hoy, 2004).
Existen otros temas en los que actualmente existe gran coincidencia entre los planteamientos de la Iglesia católica y el fundamentalismo islámico como los relacionados con el aborto o la planificación familiar.
Hay algo más general y que merece la pena resaltar en relación con las similitudes entre catolicismo e islam. Las religiones sin dios como el confucionismo, el taoísmo o el budismo proclaman la necesidad de la no violencia, mientras que las monoteístas han sido en gran medida defensoras de las guerras. Dejando al margen las guerras religiosas, y centrándonos sólo en los últimos años, podemos citar en este sentido la Guerra Civil española, la de Yugoslavia, la de católicos y protestantes de Irlanda del Norte, la de hutus y tutsis en África, las de Oriente Próximo entre judíos y musulmanes, las de hindúes y musulmanes en Cachemira e India, las de budistas e hindúes en Sri Lanka.
Lo anterior nos lleva a pensar que más que estar ante dos religiones que admiten ritos distintos, nos encontramos en etapas de evolución social diferentes en cada una de ellas; de forma que, en costumbres sociales, la actual «sharia» o ley islámica podría equivaler al catolicismo de hace unas cuantas décadas.
Hay otro aspecto de gran coincidencia entre ambas religiones, que es la consideración y trato hacia las mujeres, pero este tema lo dejaré para desarrollarlo un poco más en otro artículo.
En resumen, pese a las aparentes diferencias entre catolicismo e islam, se trata de dos religiones muy similares tanto en sus fundamentos doctrinales como en sus ritos e imposiciones sociales.
(Diario !La Nueva España! 07/05/2011 -periódico de referencia de la comunidad de Asturias- ÁNGEL MACHADO CABEZAS, profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la universidad de Oviedo)
3º Domingo Pascua (ciclo A) Emaús
Domingo 3 pascua a
Reflexión que como siempre nos brinda José-Román Flecha con las imágenes y montaje de Antonia Panero. Para parar un instante en el quehacer diario y hablar con Dios.
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Encuentro en el camino (por J.R. Flecha)
En primer lugar lo reconocen como un “profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo”. No es poco. Su confesión revela las convicciones y expectativas de su pueblo. Y, al mismo tiempo, nos ofrece su testimonio personal. Han escuchado las palabras de Jesús y han visto las obras que lo definen como un verdadero profeta.
En segundo lugar, confiesan que durante algún tiempo han esperado que Jesús fuera el liberador de su pueblo. La misión de Jesús había suscitado en ellos una fe que se identificaba con la confianza. Y esa fe había generado en ellos la esperanza. O, al menos, una esperanza nacionalista y reivindicativa.
Pero esos sentimientos pertenecen ya al pasado. En este momento caminan desencantandos. Abandonar Jerusalén equivale a abandonar la fe y la esperanza. No dicen que Jesús los ha defraudado, pero seguramente es lo que piensan. Y creen que lo mejor es olvidar sus propias ilusiones.
PRESENCIA Y REVELACIÓN
Sin embargo, hay algo que cambia el tono de la narración, y es la presencia de Jesús. A María Magdalena se había presentado como un hortelano o jardinero. A los discípulos que caminan hacia Emaús se presenta como un peregrino que retorna de Jerusalén. A la orilla del lago, se presentará como un experto en cuestiones de pesca. Los ojos humanos sólo descubren su apariencia. Es Él quien tiene que revelarnos su verdadera identidad.
En segundo lugar, confiesan que durante algún tiempo han esperado que Jesús fuera el liberador de su pueblo. La misión de Jesús había suscitado en ellos una fe que se identificaba con la confianza. Y esa fe había generado en ellos la esperanza. O, al menos, una esperanza nacionalista y reivindicativa.
Pero esos sentimientos pertenecen ya al pasado. En este momento caminan desencantandos. Abandonar Jerusalén equivale a abandonar la fe y la esperanza. No dicen que Jesús los ha defraudado, pero seguramente es lo que piensan. Y creen que lo mejor es olvidar sus propias ilusiones.
PRESENCIA Y REVELACIÓN
Sin embargo, hay algo que cambia el tono de la narración, y es la presencia de Jesús. A María Magdalena se había presentado como un hortelano o jardinero. A los discípulos que caminan hacia Emaús se presenta como un peregrino que retorna de Jerusalén. A la orilla del lago, se presentará como un experto en cuestiones de pesca. Los ojos humanos sólo descubren su apariencia. Es Él quien tiene que revelarnos su verdadera identidad.
Trabajar el camino de Emaús
Esta semana os traslado a la web de CATEQUESIS EN FAMILIA que nos presenta estupendas actividades y dibujos para trabajar el encuentro de Jesús y los discípulos que iban a Emaús.
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