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Somos el mundo (vídeo artistas y subtitulos). Ayudar
Esta canción de colaboración multitudinaria de artistas latinos se elaboró para recaudar fondos a raíz de la catástrofe de Haití.
Leyendo la Escritura (TOC3-13) por JR Flecha
“Andad, comed buenas tajadas y bebed vino dulce”. Sacadas de su contexto, esas palabras parecen una exhortación al disfrute de una fiesta abundante en manjares. Y así es. Sin embargo, estas palabras no son el pregón de una fiesta egoísta, sino abierta a los demás y a Dios: “Enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios”.
Así hablan Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y letrado y los levitas que enseñan al pueblo y sirven al Señor. El pueblo ha regresado del exilio padecido en Babilonia. Se celebra con júbilo la fiesta de los Tabernáculos. Con esa ceremonia se puede decir que nace el Judaísmo (Neh 8, 2-10).
Proclamado en la liturgia cristiana de hoy, este relato subraya la importancia de proclamar y escuchar en la asamblea la palabra de Dios. En ella encuentra la comunidad la luz del Señor y la fuerza para recorrer el camino de la vida. Con razón añade el texto: “No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.
EL UNGIDO Y ENVIADO
También el evangelio nos introduce en una escena semejante, aunque mucho más humilde. Jesús ha empezado a enseñar en las sinagogas de la comarca de Galilea, acompañado por la buena acogida y la alabanza de las gentes.
Un día regresa a Nazaret, la aldea donde se había criado. Como era su costumbre, también allí acudió el sábado a la sinagoga y se puso en pie para hacer la lectura. El texto del evangelio de Lucas reconstruye minuciosamente la escena (Lc 4, 16-21). Jesús lee un pasaje contenido en el libro de Isaías en el que se contienen tres puntos de una misma profecía:
• El Espíritu de Dios reposa sobre el Mesías y lo unge para la misión. No se olvide que “Mesías” y “Cristo” se pueden traducir precisamente por el “Ungido”.
• La unción del Espíritu lo prepara para una triple misión: liberar a los cautivos, sanar a los enfermos y anunciar una buena noticia a los pobres.
• El Mesías es enviado a proclamar ante su pueblo la celebración del jubileo, es decir, el año de gracia del Señor y de condonación de las deudas.
LA PALABRA Y LA VIDA
El texto evangélico todavía nos hace imaginar a los fieles que han acudido a la sinagoga. Conocen a Jesús desde que era un niño. Lo reconocen como el hijo del carpintero. Permanecen atentos esperando el comentario que habrá de hacer uno como él que no ha tenido especiales estudios de los textos sagrados.
Para asombro de todos, Jesús se limitó a decir: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. El evangelio anotará a continuación las reacciones de la asamblea a esta declaración. Pero, por ahora, la liturgia de este día nos invita a detenernos ahí.
• “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Estas palabras contienen una revelación. Efectivamente, en Jesús se cumplían las antiguas profecías. Él era y es el Mesías enviado por Dios. Su misión es liberadora y sanadora.
• “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Estas palabras se cumplen también en la realidad presente de la Iglesia. Enviada por Dios, ha de hacerse cargo de los marginados anunciar a los pobres el mensaje de su dignidad y propiciar la reconciliación universal.
• “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Estas palabras nos recuerdan que la Escritura Santa no es una reliquia del pasado. Es una voz que nos invita a la escucha. Es un mensaje que resuena vivo y activo para cada uno de nosotros.
Mensajes por la paz de Juan Pablo II y de Benedicto XVI
Todos andamos trabajando estos días la PAZ y su innegable valor para TODAS las personas. Desde aquí podéis acercaros a los mensajes que para la JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ nos dirije Benedicto XVI desde que comenzara su pontificaco en 2006 (leer mensajes).
Asimismo son igualmente interesantes los que con el mismo motivo pronunció su antecesor Juan Pablo II entre 1979 y 2005 (leer mensajes)
Con los niños de Europa (Infancia Misionera 2013)
Llegamos a finales de enero y tenemos a la vuelta de la esquina la Jornada de la Infancia Misionera que este año se celebra el próximo domingo día 27, tercer domingo del Tiempo Ordinario. Os enlazo la página donde podéis encontrar numeroso material para trabajar con los más pequeños (carteles, huchas, marcapáginas, calendario, guiones para la clase de religión y para la catequesis...) VER MÁS INFORMACIÓN
El signo de Caná (TOC2-13)
“Como un joven se casa con su novia, así se desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo” (Is 62,5). Un anónimo profeta del tiempo posterior al exilio dedica estos hermosos versos a la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén.
La idea de la alianza de Dios con su pueblo era antigua y persistente en la historia de Israel. Podía ser entendida según el modelo de los pactos entre un rey poderoso y otros reyes vasallos que buscaban protección en él. Pero con mucha frecuencia esa alianza se entendió como una entrega esponsal, en la que Dios se entregaba a su pueblo y exigía de él fidelidad.
Como hicieran Oseas, Jeremías y Ezequiel, este anónimo profeta no tiene empacho en emplear la imagen del amor matrimonial para referirse a las relaciones de Dios con la Ciudad Santa. La elección y la ternura, el amor y la fecundidad son ideas que han de reforzar la conciencia de todos los que viven en Jerusalén o peregrina hasta ella.
EL AGUA Y EL VINO
Pues bien, la imagen del amor esponsal había de perdurar también en el Nuevo Testamento para reflejar las relaciones de Jesús con la nueva comunidad. En el evangelio de Juan y sólo en él se encuentra el relato de la participación de Jesús en una boda celebrada en el pueblo de Caná de Galilea (Jn 2, 1-11). En él sobresalen algunos detalles significativos:
• El texto sitúa esta fiesta “a los tres días” a contar desde el encuentro de Jesús con Natanael. La referencia al tercer día, recuerda la manifestación de Dios en el monte Sinaí (Ex 19,16) y anticipa la definitiva manifestación de Dios en la resurrección de Cristo. En medio se sitúa esta “hora” de Jesús que preanuncia su gloria.
• En Caná, ocupa un puesto central el vino. Cuando llega a faltar, Jesús no lo crea de la nada. Convierte en vino el agua de las purificaciones de los judíos. No empieza a existir el vino de la nueva alianza sin el agua de la fe de Israel. El don de Dios viene en ayuda del esfuerzo humano, como escribió Benedicto XVI en su libro “Jesús de Nazaret” (I, 299).
• Con este primer “signo” Jesús manifestó su gloria, como Dios había manifestado su gloria en el Sinaí. Y sus discípulos creyeron en él. El camino de la fe se había iniciado ya gracias a la indicación del Bautista sobre Jesús. Se había manifestado en el seguimiento. Ahora, “al tercer día”, se afianza la fe en quien renueva la alianza con el vino de la fiesta.
MARÍA Y LA FE
La meditación del relato de las bodas de Caná no puede prescindir de la presencia de María. No se puede olvidar que en él sitúa el evangelio de Juan las dos únicas frases que a ella le atribuye.
• “No les queda vino”. María está atenta a las necesidades de sus amigos y conocidos. En ella se ha visto reflejada la Iglesia, según afirma el Concilio Vaticano II. También ella ha de prestar atención a una humanidad insatisfecha y dolorida, que ha perdido las razones para vivir y las razones para esperar.
• “Haced lo que él diga”. María sabe que la salvación, como la fiesta de la vida, es siempre don de Dios. Pero sabe que la humanidad ha de estar preparada para acoger esa salvación y hacer posible la alegría. La fe es un don de Dios, pero sólo crecerá si ponemos las condiciones humanas para que eche raíces en nuestra vida y en nuestra sociedad.
Hazme un instrumento de tu PAZ
Letra:
DONDE HAY DUDA QUE LLEVE YO TU FE DONDE HAY ODIO QUE LLEVE YO TU AMOR DONDE HAY DESESPERO QUE LLEVE YO ESPERANZA DONDE HAY TINIEBLAS QUE LLEVE YO TU LUZ DONDE HAY TRISTEZA QUE LLEVE TU ALEGRIA SEÑOR HAZ DE MI UN INSTRUMENTO DE TU PAZ SEÑOR HAZ DE MI UN INSTRUMENTO DE TU PAZ SEÑOR HAZ DE MI UN INSTRUMENTO DE TU PAZ SEÑOR HAZ DE MI UN INSTRUMENTO DE TU PAZ OH MAESTRO QUE YO NO BUSQUE TANTO SER CONSOLADO COMO CONSOLAR SER COMPRENDIDO COMO COMPRENDER SER AMADO COMO AMAR PORQUE ES DANDO ES QUE SE RECIBE Y PERDONANDO QUE SE ALCANZA EL PERDON Y MURIENDO SE RESUCITA A LA VIDA ETERNA SEÑOR HAZ DE MI UN INSTRUMENTO DE TU PAZ SEÑOR HAZ DE MI UN INSTRUMENTO DE TU PAZ SEÑOR HAZ DE MI UN INSTRUMENTO DE TU PAZ SEÑOR HAZ DE MI UN INSTRUMENTO DE TU PAZ
Bautismo del Siervo de Dios (NAVC-13)
“Mirad a
mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto
mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones” (Is 42,1). Esas
palabras del primer canto del Siervo de
Yahvéh, que encontramos en el libro del profeta Isaías, nos introducen en la
liturgia de hoy.
La imagen es, al mismo tiempo, misteriosa y elocuente. El anónimo
“siervo” de Dios parece referirse a un discípulo predilecto. Es elegido por el
Señor como profeta. Escucha atentamente la voz de lo Alto. Actúa como testigo
de la voluntad de Dios. Y parece destinado a un martirio que resulta salvador
para los demás.
Esas palabras podrían referirse hoy a todos los creyentes. También
nosotros hemos sido elegidos y llamados por Dios. Sabemos que sobre nosotros
descasa su espíritu. Y creemos que hemos sido enviados a difundir por el mundo
un ideal que nos trasciende, un mensaje que es superior al mensajero. El de la
justicia que el Dios justo espera de esta tierra.
EL ANUNCIO
Pero estas palabras del libro de Isaías nos hacen pensar en el
Bautismo de Jesús. En el evangelio de Lucas (Lc 3, 15-16. 21-22) escuchamos una
vez más la voz de Juan el Bautista. Alejado de la algarabía de Jerusalén, se ha
retirado a las orillas del Jordán para anunciar la próxima venida del Mesías.
Tres puntos resumen ese anuncio.
• “Yo os bautizo con agua, pero viene el que puede más que yo”. El
bautismo de Juan recuerda a su pueblo la figura de Josué, el paso del Jordán y
el don de la tierra prometida. Y le recuerda también la voz ardiente del
profeta Elías, defensor del único Dios. Y sobre todo anticipa la llegada de
Aquel que asumirá la misión de Josué y la de Elías.
• “Yo no merezco desatarle la correa de sus sandalias”. Ante el
Mesías que ha de venir, Juan se considera más indigno que un esclavo. Él es tan
sólo una voz que resuena en la soledad del desierto.
• “Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”. El Mesías Jesús,
en efecto, sumerge a los creyentes en el baño del Espíritu, Señor y dador de
vida. Y los ilumina con el fuego del amor que unifica las lenguas
LA REVELACIÓN
Con todo, el evangelio de Lucas pasa por alto el ministerio de
Juan: “En un bautismo general, Jesús también se bautizó”. El precursor ha cumplido
su misión. De acuerdo con la teología de Lucas, importa subrayar la oración de
Jesús. Una oración que es revelación y escucha: “Mientras oraba, se abrió el
cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del
cielo: Tú eres mi hijo, el amado, el predilecto”.
• “Tú eres mi hijo”. La fe cristiana nos lleva a recordar las
palabras del salmo: “Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy” (Sal 2,7). Como
Jesús, nosotros reconocemos a Dios como Padre al escuchar su palabra.
• “El amado”. En el libro del Génesis leemos la orden de Dios a
Abraham: “Toma a tu hijo único, Isaac, al que amas…y ofrécelo en holocausto”
(Gén 22,2). Como Isaac, también Jesús descubre en su bautismo un camino que
lleva al sacrificio.
• “El predilecto”. En el primer poema del Siervo de Yhavéh, Dios
lo llama “mi elegido en quien se complace mi alma” (Is 42,1). La predilección
de Dios afianza la confianza de Jesús en su Padre y sustenta la nuestra.
Como ha escrito Benedicto XVI en su libro “Jesús de Nazaret” (I,47),
en su bautismo Jesús “se presenta ante nosotros como el Hijo predilecto, que si
por un lado es totalmente Otro, precisamente por ello puede ser contemporáneo
de todos nosotros”.
Colorear el Año litúrgico con Familia Católica
Nuestra amiga Xhonane del blog de Familia Católica tiene una entrada que recopila un sinfín de enlaces para encontrar dibujos para colorear las principales fiestas del Año litúrgico. Merece mucho la pena hacer una visita.
El año litúrgico y su liturgia por D. Julián López Martín
Dos libros del mismo autor, Mons. D. Julián López Martín, obispo de León. El primero "El año litúrgico" en el que a lo largo de 275 páginas desgrana el sentido profundo de cada momento del año cristiano. El segundo, "La liturgia de la Iglesia" en la que se ocupa del hecho litúrgico en la economía de la salvación y en la historia, la celebración, la eucaristía, los sacramentos y sacramentales, la santificación de las horas y la espiritualidad litúrgica y de su relación con otros aspectos de la vida de la Iglesia. Sendas obras son un referente en la teología litúrgica contemporánea. Publicadas por la BAC (Biblioteca de Autores Cristianos) tienen un precio de unos 9 y 19 euros respectivamente.
El año litúrgico como temas
La web de la diócesis de Ciudad Real nos presenta unas reflexiones sistematizadas sobre los tiempos litúrgicos a lo largo de trece temas de una extensión de unos dos o tres folios que concluyen siempre con unas preguntas de recopilación y refresco. Interesante.
El diálogo de la Salvación (NAVC-12Epifanía) por JR-Flecha
“¡Levántate, brilla Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!” Nos resulta familiar este grito que se encuentra en el libro de Isaías (Is 60 1). Con él se abre la primera lectura de la misa en esta Solemnidad de la Epifanía del Señor. Jerusalén resplandece no por su propia luz, sino por la gloria del Señor que brilla sobre ella.
Jerusalén representa la tradición judía, la riqueza de la cultura hebrea, su historia leída a la luz de la fe, el tesoro de las escrituras santas. Todo eso ha sido dispuesto por Dios para iluminar a los pueblos. La elección de Israel es un privilegio, pero lleva consigo una misión universal. Los pueblos están llamados a caminar a su luz.
Ahora bien, el texto reconoce que también esos pueblos tienen sus riquezas. Si ellos reciben de Jerusalén la luz para el camino, también pueden darle un gran tesoro de experiencia y de sabiduría. Los camellos y dromedarios, el oro y el incienso representan todo lo que las otras culturas y tradiciones pueden aportar al diálogo de la salvación universal.
EL CAMINO DE LA FE
Ese texto profético sirve de cañamazo al relato evangélico de la llegada de los Magos que hoy se proclama (Mt 2, 1-12). Los Magos, en primer lugar “representan el camino de las religiones hacia Cristo, así como la autosuperación de la ciencia con vistas a él”, como ha escrito Benedicto XVI en su libro “La infancia de Jesús” (p. 101).
Por otra parte, el episodio de los Magos nos recuerda que la presencia de Jesús en el mundo desencadena sentimientos encontrados. El nacimiento de Jesús suscita la búsqueda y el reconocimiento, la adoración y el don en el ánimo de los Magos. Pero suscita también en el corazón de Herodes la turbación y los celos, el rechazo y la voluntad de muerte.
En tercer lugar, el relato de los Magos nos presenta las mediaciones de la salvación. La aparición de la estrella nos recuerda que Dios se ha manifestado y se manifiesta a través de su creación. La referencia de los escribas a un profeta nos indica la importancia de escrutar las Escrituras para hallar el camino que lleva al Rey y Pastor de nuestra historia y nuestra vida.
LA BÚSQUEDA DE LOS MAGOS
“¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”. He ahí las únicas palabras que se ponen en boca de los Magos. Con ellas revela el evangelista la intención de todo el relato.
• “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?” Esa pregunta es ya un preámbulo de la fe. En su carta “La Puerta de la fe”, Benedicto XVI afirma que “muchas personas, aun no reconociendo en ellos el don de la fe, buscan con sinceridad el sentido último y la verdad definitiva de su existencia y del mundo. Esta búsqueda… lleva a las personas por el camino que conduce al misterio de Dios” (PF 10).
• “Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”. En esa frase se subrayan tres de los pasos del camino de la fe. El primero –la aparición de la estrella- no depende de nosotros. Pero es bueno saber que los signos de la salvación están ahí. El segundo paso nos lleva a mirar y relacionar los signos con su significado. Todo es huella de Dios. Y todo nos lleva a Cristo. El tercer paso es la adoración, que reconoce en Jesús al único Salvador.
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