En la liturgia del Domingo de Ramos de este año se lee la pasión de Jesús según San Marcos. En ella encontramos estos detalles propios.
1. Con motivo de la unción de Jesús en casa de Simón, Marcos es el único en señalar que algunos criticaban a la mujer del perfume (Mc 14,5). Jesús afirma: “A los pobres los tenéis siempre con vosotros”. Pero Marcos añade una apostilla inquietante: “Y podéis hacerles bien cuando queráis” (Mc 14,7).
2. En el Huerto de los Olivos, Jesús encuentra dormidos a Pedro, Santiago y Juan. Solo este relato pone en boca de Jesús la expresión “¡Basta!” (Mc 14,41).
3. Solo el evangelio de Marcos cuenta que “un joven le seguía, con una sábana sobre su cuerpo desnudo, y le cogieron. Pero él, dejando la sábana, huyó desnudo” (Mc 14,51-52). Algunos se preguntan si no sería Juan Marcos, al que se atribuye el relato.
4. En el proceso ante el tribunal judío, los testigos afirman que Jesús había dicho: “Yo demoleré este santuario hecho a mano y en tres días construiré otro no hecho a mano”. El relato añade con sarcasmo que “ni aun así era adecuado su testimonio” (Mc 14,58-59).
5. Mientras Simón Pedro reniega de su Maestro, el gallo canta dos veces (Mc 14,30.72). Es como si el autor hubiera estado allí o hubiera oído de Pedro este detalle.
6. Con motivo del proceso ante el tribunal romano, Marcos dice que Jesús “estaba atado con los sediciosos que en la revuelta habían cometido un asesinato”. El tono da a entender que aquel episodio era conocido por sus lectores. Además, es sorprendente el interés que muestra el pueblo por la liberación de Barrabás (Mc 15,7-8).
7 Con relacion a Simón de Cirene, solo Marcos señala que se trata del padre de Alejandro y de Rufo (Mc 15,21). Sus hijos debían de ser conocidos en la comunidad para la que se escribe este evangelio.
8. Tras la muerte de Jesús en la cruz, Marcos anota que el centurión reconoce a Jesús como Hijo de Dios y que Pilato se asombra de la rapidez con que se ha producido su muerte (Mc 15,44-45). Es evidente el realismo y la inmediatez que demuestra este evangelio.
9. En la mañana de la resurrección un ángel encarga a las mujeres que transmitan un mensaje a los discípulos de Jesús. Solo el evangelio de Marcos añade como destinatario “a Pedro” (Mc 16,7), cuya negación había subrayado antes.
10. Por fin en el versículo final se asegura que aquellas mujeres “a nadie dijeron nada” (Mc 16,8). Pero parece que, de hecho, las mujeres dijeron algo. Otras tradiciones añaden que se les encomendó transmitir el mensaje de la resurrección del Señor.
Por esos escenarios por los que discurre el paso del Justo, se arrastran también nuestros pasos. A cada uno nos corresponde un puesto en este drama del Justo injustamente ajusticiado. Cada uno tendrá que preguntarse cuál es el suyo.
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