“¿Es que puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues
aunque ella se olvide, yo no te olvidaré”. Así responde Dios cuando su pueblo
murmura y blasfema, afirmando que Dios lo ha abandonado (Is 49, 14-15). La tentación perdura a lo largo de los
siglos. Los hombres nos quejamos de Dios y él responde afirmando su fidelidad.
En su exhortación “La alegría del Evangelio” el Papa Francisco ha
escrito que “el relativismo práctico es actuar como si Dios no existiera,
decidir como si los pobres no existieran, soñar como si los demás no
existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran”
(m. 80).
Olvidar a Dios y sus mandamientos es una tentación constante. Pero
culpar a Dios de los efectos que se siguen de olvidarlo es una necedad y una
blasfemia.
LOS PÁJAROS Y LOS LIRIOS
En este domingo continuamos leyendo el Sermón de la Montaña (Mt
6,24-34). En el texto que hoy se
proclama, se incluye una sentencia de Jesús que siempre nos ha resultado
incómoda: “No podéis servir a Dios y al dinero”. Jesús sabe que “nadie puede
estar al servicio de dos amos”. Pero nosotros no nos servimos del dinero:
servimos al dinero.
En la exhortación “La alegría del Evangelio”, el Papa Francisco
denuncia el fetichismo del dinero y la dictadura de una economía sin rostro. En
realidad, aceptamos pacíficamente el predominio del dinero sobre nosotros y
nuestras sociedades (n. 55). Pretendemos ser libres, pero nos hemos convertido
en sus esclavos.
Jesús nos propone el verdadero camino de la libertad. Nos invita a
observar los pájaros del cielo y los lirios del campo. Dios los alimenta y los
viste. Con esas preciosas imágenes nos invita a superar la obsesión por el
alimento y el vestido.
Claro que tenemos que ganarnos el pan y la aceptación de los
demás. Pero no podemos convertir en fin de la existencia lo que es un medio
para subsistir. Jesús nos quiere libres. Y, sobre todo, quiere que solo Dios
sea nuestro Dios.
EL REINO Y SU JUSTICIA
“Buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por
añadidura”. Con esa expresión Jesús trata de alejarnos de la tentación de la
paganía. Es decir de la idolatría que nos amenaza a cada paso.
• “Buscad el Reino de Dios y su justicia”. El reino de Dios es una
fórmula para hablar del mismo Dios. Su justicia es su santidad y su
misericordia. Buscar a Dios era el anhelo del piadoso israelita. Y ha de ser el
anhelo del verdadero discípulo de Cristo.
• “Lo demás se os dará por añadidura”. Si de verdad buscamos a
Dios y aceptamos su voluntad, veremos resueltas muchas de esas tentaciones del
tener, el poder y el placer que nos corroen el alma y la salud. Reconocer a
Dios como Dios nos librará de los ídolos.
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