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Invitados y anfitriones Lc 14,1-14 (TOC22-16)
“Hazte
pequeño en las grandezas humanas y alcanzarás el favor de Dios, porque es
grande la misericordia de Dios y revela sus secretos a los humildes” (Si 3,17).
Este consejo que nos ofrece hoy el libro del Sirácida o Eclesiástico merecerá
la burla y el desprecio de todos los que van corriendo detrás de los honores,
el prestigio o el triunfo político.
En
el mundo actual no se valora la humildad. Por todas partes se respira el tufo
de la arrogancia. Son muchos los que parecen dispuestos a vender hasta su alma
con tal de aparecer en la primera plana del triunfo social.
En
ese contexto, será difícil reconocer que “Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece” (Sal 67). La experiencia de todos los
días parece desmentir esa confesión del salmista. Pero Dios es el juez de
todos, como nos recuerda la carta a los Hebreos (Heb 12, 22-24).
LA ALTANERÍA
En
la misma línea se coloca el texto del evangelio que se proclama en este domingo
(Lc 14, 1.7-14). Invitado a comer por uno de los principales fariseos, Jesús
observa que los convidados se apresuran a escoger los primeros puestos. Su
observación se ha hecho popular y se repite con frecuencia aun en los ambientes
más laicos.
•
Buscar los primeros puestos puede dejarnos en ridículo, si tenemos que
descender. Es mejor buscar el último asiento para que el anfitrión nos invite a
ocupar un puesto más digno. Evidentemente hemos aprendido la altanería que se
puede esconder bajo la falsa humildad. Si elegimos el último puesto es solo
para que todos reconozcan nuestra valía.
• Más popular aún se ha hecho la frase con
que Jesús concluye este primer consejo: “Todo el que se enaltece será
humillado; y el que se humilla será enaltecido”. Tanto la historia como la
experiencia diaria avalan la verdad de este proverbio. Thomas Merton había
profetizado hace muchos años en un poema la caída de las grandes torres de
acero y cristal.
LA GRATUIDAD
Pero
más escandalosos resultan los dos consejos de Jesús que recoge el evangelio de
este domingo. Uno es negativo y el otro es positivo. Pero es claro que ambos
son políticamente incorrectos:
•
Cuando des una comida no invites ni a parientes ni a vecinos ricos que puedan
corresponder invitándote. Jesús no pretende que rompamos los preciosos lazos de
la familia o de la amistad. El Maestro trata de exhortarnos a vivir en
gratuidad, sin buscar recompensas inmediatas ni efímeros honores.
•
“Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú,
porque no pueden pagarte, te pagarán cuando resuciten los muertos”. He ahí una
extraña bienaventuranza. Con ella se nos exhorta a descubrir la dignidad de los
marginados sociales. Y a aprender la relación entre la gratuidad temporal y la
esperanza de lo eterno.
A mis padres no les importo
Este libro analiza cómo se conforman algunos trastornos psicológicos a partir de las interrelaciones negativas en la familia y en el centro escolar, y ayuda a prevenir y tratar la depresión en la adolescencia y a afrontar los problemas de conducta, la desadaptación y el descontento de los menores. El libro no pretende servir de ayuda solo a los menores, sino que también intenta encontrar la explicación de determinados problemas psicológicos de los adultos, que nacieron en la infancia y que se han mantenido hasta la madurez, para poder superarlos. El objetivo de este libro es informar a los padres, tender un puente para la buena comunicación y el entendimiento entre padres e hijos y que esto revierta en la salud mental de los niños y adolescentes y en formar los cimientos sanos de su personalidad para su bienestar y para su vida de adultos.
Autora Rosa Mª Boal Herranz
Editorial San Pablo
ISBN 9788428551472
176 páginas
14 euros
Los de cerca y los de lejos Lc 13,22-30 (TOC21-16)
“Yo
vendré para reunir a las naciones de toda lengua” (Is 66, 18). Esa promesa de
Dios, se encuentra en la tercera parte del libro de Isaías. El pueblo ha
regresado de Babilonia. El tiempo de la deportación y del exilio no podrá ser
olvidado jamás. Pero Dios invita a soñar el futuro. A romper el particularismo.
A ensanchar el horizonte.
El
profeta anuncia que el Señor enviará sus mensajeros por todo el mundo. Y anunciarán su gloria hasta en las tierras más
lejanas. Hasta las costas que nunca oyeron su fama ni vieron su gloria. Y de
allá vendrán para ofrecer sacrificios en
el Monte Santo de Jerusalén.
Apoyado en esa promesa, el orante se atreve a
cantar: “Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos” (Sal 116,1). Claro que nadie podrá caminar
hasta el Señor si no se purifica. Es preciso aceptar como hijos la corrección
con que nos reprende el Padre que nos ama (Heb 12,5-13).
LA PRESUNCIÓN
Al
leer el evangelio que se proclama en este domingo nos quedamos un poco
desconcertados. El texto parece oscilar de un tema a otro.
•
En primer lugar se nos presenta a Jesús que sube decidido hacia Jerusalén. Pero
no parece obsesionado por la condena que allí le espera. Al contrario, mientras
va recorriendo el camino no deja de enseñar en las ciudades y aldeas por las
que pasa. Jesús es un Maestro que no olvida su misión.
•
En segundo lugar, se recuerda la pregunta de un oyente anónimo: “¿Señor, serán
pocos los que se salven?” Jesús elude la cuestión teórica y exhorta a las
gentes a esforzarse en entrar por la puerta estrecha. La salvación no queda
garantizada por la cercanía física al Maestro. No basta escuchar su palabra. Hay que vivir como él para evitar
ser rechazados por él.
• En un tercer momento, contra la presunción
de los que le siguen habitualmente, Jesús
proclama la suerte de “los otros”. Son los que vienen de lejos. “Vendrán
de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán en la mesa en el
Reino de Dios.
LA RUTINA
El
texto evangélico se cierra con una advertencia que debió de brotar muchas veces
de los labios de Jesús: “Hay últimos que serán primeros y primeros que serán
últimos”.
•
Las primeras comunidades cristianas pensaron sin duda que los primeros eran los
miembros del pueblo de Israel, mientras que los últimos eran evidentemente los
que llegaban del mundo pagano y aceptaban el evangelio del Señor. Se cumplían
así las antiguas profecías. La comunidad se abría a nuevos horizontes.
•
En las comunidades cristianas de hoy hemos de considerar seriamente aquella
especie de proverbio de Jesús. Los cristianos “de siempre” hemos caído en la
rutina. Creemos tener asegurada la salvación. Somos “practicantes no
creyentes”. Seguramente nos precederán en el Reino muchos de esos que parecen
“creyentes no practicantes”.
Educación y educadores
Las páginas de esta obra son reflexión elemental sobre una tarea sagrada, pero casi insoluble. ¿Quién nos prepara para ser humanos? Ser hoy profesor, educador a la vez que docente, es un quehacer técnico y una vocación personal. Formar, educar, orientar y enseñar reclaman una preparación rigurosa que, sin embargo, en el momento de ponerla en juego, deja al educador remitido a su perspicacia, creatividad y bondad, porque el sujeto ante el que se está, con su inteligencia viva y su libertad activa, es siempre un enigma, con acciones y reacciones insospechables. Cada uno de los capítulos de esta obra ofrece variaciones sobre el mismo tema: la educación y los educadores. Solo pretende describir algunos rasgos de nuestra situación cultural y moral, ofreciendo algunas ideas para que, en medio de las dificultades, quienes son educadores realicen con gozo su vocación a la altura de las exigencias internas y de la conciencia histórica, sin sucumbir al desánimo que amenaza esa profesión, la más frágil, pero a la vez la más bella: colaborar con el Dios creador en el surgir de un ser humano y en el crecer a "su imagen y semejanza".
Autor Olegario Glez. de Cardedal
Editorial PPC
ISBN 9788428818254
320 páginas
19 euros
La división Lc 12,49-53 (TOC20-16)
“Ese
hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia”. Esa acusación basta a
los jefes del pueblo para que un rey débil les permita arrojar al profeta
Jeremías, al fondo fangoso de un aljibe (Jer 38, 4-6.8-10). Menos mal que un
hombre sensato logra que el rey reconozca su error, para poder librar al
profeta de una muerte segura.
La
historia se ha repetido muchas veces a lo largo de la historia. Mil intrigas
acechan al hombre que, en nombre de Dios, propone un camino recto y denuncia la
injustica. Es muy peligroso nadar contra corriente. Y es difícil que alguien
salga en defensa del justo.
Con
razón el salmo proclama que solo de Dios puede venir la salvación: “Me levantó
de la fosa fatal, de la charca fangosa; afianzó mis pies sobre roca y aseguró
mis pasos” (Sal 39).
En
este mundo y en esta hora es más que oportuno el consejo de la carta a los
Hebreos: “Recordad al que soportó la oposición de los pecadores, y no os
canséis ni perdáis el ánimo. Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra
pelea contra el pecado” (Heb 12,4).
LA PAZ
También
el evangelio que hoy se proclama nos presenta la figura de Jesús como la de un
profeta discutido (Lc 12, 49-53). Es más, nos recuerda una pregunta suya que a
veces nos desconcierta: “¿Pensáis que he venido a traer al mundo la paz?” Así
es. Eso es lo que esperábamos del Maestro.
Estamos
seguros de que él había venido a traer la paz a los hombres que ama Dios. Sabíamos
que había venido a hermanar a los hombres y a derribar las barreras que los
separaban. Sin embargo, el mismo Jesús dice haber venido para sembrar la división
en el seno de las familias entre padres e hijos.
Y
así ha sido con mucha frecuencia. Las comunidades cristianas primitivas -y
también las actuales- tienen mucha experiencia de los conflictos que ha creado
y sigue creando la fe en Jesucristo. Quien no desea alejarse de sus vicios y
adicciones con frecuencia culpa a los miembros creyentes de su familia de todos
los males que él mismo se ha buscado.
EL FUEGO
El
texto evangélico pone en boca de Jesús una frase que, aun referida a la
situación ulterior, bien puede reflejar su previsión de profeta: “He venido a
prender fuego en el mundo”.
• Ya en su vida, el fuego de Jesús libraba a
algunos de la frialdad de su indiferencia, pero abrasaba a otros en el deseo de
acallar su voz.
•
A lo largo de la historia el fuego ha sido utilizado para terminar con la vida de creyentes y no
creyentes. De hecho ha quemado a mártires y a herejes.
•
El cristiano hará bien en pedir al Señor que venga a prender fuego a su
existencia: quemando la hojarasca del mal y calentando la voluntad que puede
servirle en sus hermanos.
Atlas Biblia Pop-Up
Este pequeño atlas relata varios de los episodios bíblicos más importantes y muestra su localización. Con pop-ups, solapas y ruedas que esconden los detalles de cada relato, este libro es perfecto para que los niños se acerquen a la Biblia de una forma más amena y atractiva.
Varios autores
Editorial Susaeta
ISBN 9788467745894
12 páginas
Precio 15 euros
La lluvia de tu misericordia
Libro-disco del Grupo Ixcís a propósito del Año de la Misericordia con 22 canciones originales y 2 relatos.La letra de cada canción va acompañada de una imagen de Patxi Velasco Fano, un relato bíblico relacionado, un pequeño texto del papa Francisco y unas propuestas de trabajo realizadas por Herminio Otero para trabajar todo en su conjunto.
Autor: Ixcís-Patxi Fano
Editorial PPC
ISBN 9788428829489
116 páginas
19 euros
Esperando en la noche Lc 12,35-40 (TOC19-16)
“Aquella
noche se les anunció de antemano a nuestros padres para que tuvieran ánimo al
conocer con certeza la promesa de la que se fiaban”. El libro de la Sabiduría
(18,69) evoca con estas palabras la intervención de Dios para liberar a su
pueblo de la esclavitud padecida en Egipto.
El
texto continúa recordando la esperanza de Israel: aguardaba la liberación de
los inocentes y la perdición de los culpables. La liberación de su pueblo era
la gran revelación de la misericordia y de la justicia de Dios.
En
este tiempo de gracia y de misericordia, hacemos nuestras las palabras del
salmo 32, que hoy se nos propone como respuesta a la lectura: “Nosotros
aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo: que tu misericordia,
Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”. La fe y la esperanza de
Abraham caminan de la mano en el texto de la carta a los Hebreos que hoy se
proclama (Heb 11, 1-2.8-9).
EL SUEÑO
Y
la esperanza es también el tema principal del texto evangélico (Lc 12, 32-48).
Los discípulos del Señor son comparados con los siervos de un amo importante.
Los criados han de mantenerse en vela para recibir a su amo, aunque regrese a
casa a la medianoche o a la madrugada. El texto contempla dos posibles
actitudes contrapuestas.
•
En primer lugar, hay una bienaventuranza especial, reservada para los criados
que sean encontrados en vela. El amo es tan generoso que cambiará los papeles
habituales. Recogerá sus ropas con un ceñidor, invitará a sus servidores a
sentarse a la mesa y él mismo los irá sirviendo.
•
Pero no es fácil mantenerse en vela hasta altas horas de la noche, porque el
tiempo de la espera siempre es pesado. Algunos tratan de llenarlo comiendo y
bebiendo, lo que les lleva a maltratar a sus compañeros. Hay otros que se dejan
vencer por el sueño. Esas tentaciones demuestran el poco respeto que tienen a
su amo.
LA PRESENCIA
Entre
estos apuntes parabólicos, el texto evangélico incluye una exhortación un tanto
ambigua: “Estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo
del Hombre”.
•
Habitualmente se entiende esta frase como una serie amonestación a los
descuidados. Nadie debería dejarse distraer por sus intereses, caprichos y
tentaciones. El Señor llegará a nuestro mundo de forma imprevista. Y
seguramente nos tratará con dureza por no haberle esperado, trabajando por
tejer una cultura de paz y de armonía.
•
Pero cabe también otra interpretación. El buscador de pepitas de oro ha de
estar muy atento. En el momento menos pensado, la corriente de agua puede traer
la pepita que espera. Los discípulos
hemos de tener confianza y no desalentarnos. En cualquier momento se hará
visible la presencia del Salvador y se revelará el sentido de la historia.
Los niños en la Biblia
Este libro reúne las historias de Isaac, Miriam, Moisés, Samuel, David, Josías, Jesús..., que, siendo niños, protagonizaron importantes capítulos de la Biblia. Cada historia va acompañada al final de una clave de lectura que permite relacionarla con valores como la generosidad, la confianza, la lealtad, el amor...
Autores
Editorial San Pablo
ISBN 9788428539616
192 páginas
Precio 14,50 euros
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