Este año ha estado marcado
por la celebracion del Sínodo de Obispos sobre la Familia y por el inicio del
Año Santo de la Misericordia. Han sido dos grandes eventos en la vida de la
Iglesia. Pero no pueden quedar en eso. Seguramente los dos acontecimientos
tienen algo que decir a nuestras familias cristianas.
El Sínodo ha analizado la
situacion de la familia en el mundo de hoy, en el que se entrecruzan tantas
ideas diversas sobre el amor y la fidelidad conyugal, sobre el matrimonio y el
servicio a la vida. Ha sido una ocasión para preguntarnos cómo vivimos en
familia. Y cómo anunciamos los valores de la familia cristiana.
El Año Santo de la
Misericordia nos invita a implorar el perdón de Dios y a reconocer las
misericordias de que ha inundado nuestra vida. Y nos invita también a impartir
generosamente el perdón que recibimos de él y a practicar con asiduidad las
obras de misericordia. También en estos dos aspectos, la familia ha de examinar
su ser y su misión.
BÚSQUEDA Y ENCUENTRO
Conocemos bien el texto
evangélico que se proclama en esta fiesta (Lc 2, 48-52). El episodio del Niño
perdido y hallado en el templo no es un
relato sobre la travesura de un
adolescente. Menos aún es la noticia de un matrimonio que se desentiende de su
hijo durante unos días.
Este relato es un anticipo
de la pasión y muerte de Jesús, perdido y secuestrado por las autoridades del
templo y encontrado al tercer día gracias a la intervención del Padre celestial.
Es una meditación en la que sobresalen dos preguntas de Jesús.
- “¿Por qué me buscabais? La categoría de la “búsqueda” es muy
inmportante en la Biblia. También a nosotros se nos dirige esa pregunta de
Jesús. ¿Sabemos en realidad por qué le buscamos? ¿No estaremos buscándonos a
nosotros mismos?
- “¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” También
esa pregunta nos interpela. ¿Sabemos en realidad dónde tiene que estar Jesús?
¿No lo situamos con frecuencia en el terreno de nuestros propios intereses?
ESPACIO PARA LA MISERICORDIA
La fiesta de la Sagrada
Familia puede pasar inadvertida en medio de los festejos de la Navidad. Son
muchas las cosas que atraen y ocupan nuestra atención. En este año jubilar de
la misericordia, la fiesta de la Sagrada Familia debería tener para nosotros un
carácter muy especial.
• La familia es una escuela donde se escucha con atención y
se proclama con decisión y alegría la palabra de la misericordia.
• La familia es, además. un santuario donde se invoca en oración ese
don y se celebra esa gracia del perdón.
• La familia es, finalmente,
un taller en el que se trata de poner
en práctica esa tarea y esa responsabilidad de la compasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario