Enlaces a recursos sobre el AÑO LITÚRGICO en educarconjesus

San José, obrero, 1 de mayo (dibujosparacatequesis)


Lectio divina con el texto del camino de Emaús Lc 24,13-35

Una página para visitar "www.caminodeemaus.net". Entre otros variados recursos nos encontramos con una lectio divina que se adentra, poco a poco, con sosiego, en el texto de los dos discípulos que regresan apesadumbrados a sus casas después del aparente final del Maestro. Acercarse es gozar de este pasaje del evangelio de Lucas:

Tiempo de Pascua
 
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor; concédenos, a través de la celebración de estas fiestas, llegar un día a la alegría eterna. Por nuestro Señor.

2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 24,13-35

Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y caminó a su lado; pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. Él les dijo: «¿De qué discutís por el camino?» Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que han pasado allí éstos días?» Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.»

Él les dijo: “¡Qué poco entendéis y cuánto os cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No tenía que ser así y que el Cristo padeciera para entrar en su gloria?” Y comenzando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Entró, pues, y se quedó con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su vista. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido al partir el pan.
3) Reflexión
- El evangelio de hoy nos trae el episodio tan conocido de Jesús con los discípulos de Emaús. Lucas escribe en los años 80 para las comunidades de Grecia que en su mayoría eran paganos convertidos. Los años 60 y 70 habían sido muy difíciles. Hubo la gran persecución de Nerón, en el 64. Seis años después, en el 70, Jerusalén fue totalmente destruida por los romanos. En el 72, en Massada, en el desierto de Judá, fue la masacre de los últimos judíos revoltosos. En esos años, todos los apóstoles, testigos de la resurrección, fueron desapareciendo. El cansancio se va imponiendo a lo largo del camino. ¿Dónde encontrar la fuerza y el valor para no desanimarse? ¿Cómo descubrir la presencia de Jesús en esta situación tan difícil? La narración de Jesús a los discípulos de Emaús trata de ser una respuesta a estas preguntas angustiantes. Lucas quiere enseñar a las comunidades cómo interpretar la Escritura para poder redescubrir la presencia de Jesús en la vida.

- Lc 24,13-24: 1º Paso: partir de la realidad. Jesús encuentra a dos amigos en una situación de miedo y de falta de fe. Las fuerzas de la muerte, la cruz, habían matado en ellos la esperanza. Era la situación de mucha gente en tiempo de Lucas y sigue siendo la situación de mucha gente hoy. Jesús se acerca y camina con ellos, escucha, habla y pregunta: "¿De qué estáis hablando?" La ideología dominante, esto es, la propaganda del gobierno y de la religión oficial de la época, les impedía ver. "Nosotros esperábamos que sería él el que iba a liberar…, pero...". ¿Cuál es hoy la conversación del pueblo que sufre? El primer paso es éste: aproximarse a las personas, escuchar su realidad, sentir sus problemas; ser capaz de plantear preguntas que ayuden a las personas a mirar la realidad con una mirada más crítica.

- Lc 24,25-27: 2º Paso: usar la Biblia para iluminar la vida. Jesús usa la Biblia y la historia del pueblo de Dios para iluminar el problema que hacía sufrir a los dos amigos, y para aclarar la situación que ellos estaban viviendo. La usa, asimismo, para situarlos dentro del proyecto de Dios que venía de Moisés y de los profetas. Y así les muestra que la historia no se había escapado de la mano de Dios. Jesús usa la Biblia no como un doctor que ya sabe todo, sino como un compañero que va a ayudar a los amigos para que recuerden lo que habían olvidado. Jesús no provoca un complejo de ignorancia en los discípulos, pero procura despertar en ellos la memoria: “Cuanto os cuesta creer todo lo que anuncian los profetas.”
El segundo paso es éste: con la ayuda de la Biblia, ayudar a las personas a descubrir la sabiduría que ya existe dentro de las mismas, y transformar la cruz, señal de la muerte, en señal vida y de esperanza. Aquello que les impedía caminar, se vuelve ahora fuerza y luz en la caminada. ¿Cómo hacer esto hoy?

- Lc 24,28-32: 3º Paso: compartir en la comunidad. La Biblia, de por sí, no abre los ojos. Apenas hace arder el corazón. Lo que abre los ojos y hace ver, es la fracción del pan, el gesto comunitario del compartir, rezar juntos, la celebración de la Cena. En el momento en que los dos reconocen a Jesús, ellos renacen y Jesús desaparece. Jesús no se adueña de la caminada de los amigos. No es paternalista. Resucitados, los discípulos son capaces de caminar con sus propios pies.
El tercer paso es éste: saber crear un ambiente de fe y de fraternidad, de celebración y de compartir, donde pueda actuar el Espíritu Santo. Es él quien nos hace descubrir y experimentar la Palabra de Dios en la vida y nos lleva a entender el sentido de las palabras de Jesús (Jn 14,26; 16,13).
 
- Lc 24,33-35: 4º Paso: El resultado: Resucitar y volver a Jerusalén. Los dos recobran valor y vuelven a Jerusalén, donde continuaban activas las mismas fuerzas de muerte que habían matado a Jesús y que habían matado en ellos la esperanza. Pero ahora ha cambiado todo. Si Jesús está vivo, entonces en él y con él hay un poder más fuerte que el poder que le mató. Esta experiencia ¡los hace resucitar! ¡Realmente todo mudó! ¡Valor, en vez de miedo! ¡Retorno, en vez de ida! ¡Fe, en vez de falta de fe! Esperanza, ¡en vez de desesperación! Conciencia crítica, ¡en vez de fatalismo frente al poder! Libertad, ¡en vez de opresión! En una palabra: ¡vida, en vez de muerte! ¡En vez de la mala noticia de la muerte de Jesús, la Buena Nueva de su Resurrección! ¡Los dos experimentarán la vida, y vida en abundancia! (Jn 10,10). ¡Señal del Espíritu de Jesús actuando en ellos!
4) Para la reflexión personal
- Los dos dijeron: “¡Nosotros pensábamos que sería él, pero…!” ¿Has vivido ya una situación de desaliento que te ha llevado a decir: “Yo, ¿esperaba, pero...?”

- ¿Cómo lees, usas e interpretas la Biblia? ¿Has sentido arder el corazón al leer y meditar la Palabra de Dios? ¿Lees la Biblia solo o formas parte de algún grupo bíblico?
5) Oración final
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. (Sal 104)
Fuente:  http://www.caminodeemaus.net/Espiritualidad/Documentos_Emaus/Lectio_Divina.htm

Si se quiere repensar y reflexionar la misma web tiene otra sección digna de visitar. Es ésta http://www.caminodeemaus.net/Espiritualidad/Documentos_Emaus/Reflexiones.htm

Cerca de CUATRO papas



Con los acontecimientos de la reciente canonización de los ya S. Juan XXIII y S. Juan Pablo II recopilamos tres homilías significativas:

1- Homilía del papa Francisco en la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II (27-4-2014): "En el centro de este domingo, con el que se termina la octava de pascua, y que san Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, están las llagas gloriosas de Cristo resucitado..." (LEERLA COMPLETA)

2- Homilía del papa Juan Pablo II en la beatificación de los papas Pío IX y Juan XXIII (3-9-2000): "En el marco del Año jubilar, con íntima alegría he declarado beatos a dos Pontífices, Pío IX y Juan XXIII, y..." (LEERLA COMPLETA)

3- Homilía del papa Benedicto XVI en la beatificación de Juan Pablo II (1-5-2011): "Hace seis años nos encontrábamos en esta Plaza para celebrar los funerales del Papa Juan Pablo II. El dolor por su pérdida era profundo, pero..." (LEERLA COMPLETA)

Pascua judía y Pascua cristiana

Sobre la Pascua judía y el significado de sus fiestas es muy ilustrativo el siguiente ENLACE.


Sobre la Pascua cristiana y su significado este primer ENLACE resulta interesante. Es un breve artículo recogido en la revista Ecclesia. El segundo es una reflexión pascual sobre la misma

Danos tu paz Jn 20,19-31 (PAA2-14)



Fiesta de misericordia Jn 20,19-31 (PAA2-14)



El papa Juan Pablo II, que será canonizado en este día junto al papa Juan XXIII, dedicó este domingo II de Pascua a la meditación sobre la Divina Misericordia.
Al presentarse en medio de sus discípulos, Jesús resucitado no les reprende por haberlo abandonado y negado. Al contrario, les ofrece el don de su paz y les encarga la tarea de transmitir en su nombre el perdón de los pecados.
La primera lectura nos ofrece un “sumario” de la vida de las primeras comunidades cristianas. En él se recuerdan los valores de la oración, la comunicación de bienes y el amor que une a todos los hermanos.
Por su parte, la primera carta de Pedro, que hoy se lee, subraya los valores cristianos de la fe, la alegría y el amor.

LA VICTORIA Y LAS LLAGAS

El evangelio une dos apariciones de Jesús a sus discípulos. El Maestro los saluda con el deseo de la paz y derrama sobre ellos el Espíritu. Con demasiada frecuencia, se suele calificar al apóstol Tomás como un incrédulo. Olvidamos que él es el único entre los discípulos de Jesús que se había mostrado dispuesto a subir con  su Maestro a Jerusalén y a morir con él si era preciso.
Ahora parece molesto por dos razones. En primer lugar, porque Jesús se ha aparecido a los discípulos precisamente cuando él estaba ausente. Y además, ve que los que no querían aceptar la muerte de Jesús acepten su resurrección. Para Tomás no hay resurrección sin muerte. No hay victoria sin llagas. Ni para Cristo ni para su Iglesia. 
Jesús se hace presente en medio de nosotros. Nos muestra las llagas que dan testimonio de su entrega por nosotros. Nos desea la paz, como el mejor de los dones pascuales. Nos concede su perdón y derrama sobre nosotros su Espíritu para hacernos receptores y portadores de ese perdón.

LA ÚLTIMA DICHA

Además Jesús nos reserva en este día la última de las bienaventuranzas que aparecen en el evangelio:
• “¡Dichosos los que creen sin haber visto!”. Así es. Los que hemos recibido el don de la fe, nos consideramos dichosos y felices por haber llegado a creer en él, a pesar de no haberlo visto en carne mortal.
• “¡Dichosos los que creen sin haber visto!”. Esta bienaventuranza nos anima a experimentar “la alegría del Evangelio” y el gozo de anunciarlo y testimoniarlos nuestra propia vida para que otros puedan llegar a creer.
• “¡Dichosos los que creen sin haber visto!”. Deseamos y esperamos que la canonización de Juan XXIII y de Juan Pablo II pueda ayudar a nuestros hermanos la alegría de la de y de la misericordia de Dios.

Juan Pablo II. El papa viajero

En esta ocasión la propuesta es conocer mejor a Juan Pablo II. Tres son los caminos:

1- Breve biografía del papa en imágenes:

2- Todos sus documentos en sus 27 años de pontificado.

3- Película de su vida en dos partes (3 horas cada una): hasta el comienzo de su pontificado (la primera) y hasta su fallecimiento (la segunda):






4- Curaciones por intercesión de Juan Pablo II

Juan XXIII. El papa bueno.

La canonización de los dos grandes papas de la segunda mitad del siglo XX nos invita a acercarnos a su figura y su obra. En esta ocasión os invito a visitar estas tres opciones para saber algo más sobre Juan XXIII:

1- La web PAPAGIOVANNI.COM nos ofrece diversos apartados con fotografías, sus encíclicas, el discurso inaugural del Concilio Vaticano II, una biografía...
2- La web de la SANTA SEDE te permite consultar todos sus documentos.
3- La PELÍCULA sobre su vida:

Creo en la resurrección Jn 20,1-9 (PAA1-14)


Fiesta de la Luz Jn 20,1-9 (PAA1-14)



“Hay cristianos cuya opción parece ser la de una cuaresma sin Pascua”. Así ha escrito el Papa Francisco en su exhortación La Alegría del Evangelio (n.6). La Cuaresma nos ha ido preparando para aceptar  la cruz de Jesucristo y para seguirle por el camino.
El tiempo de Pascua nos ha de ayudar a vivir con el Señor una vida resucitada. Así lo canta el himno: “Pascua sagrada, ¡oh fiesta de la luz!, despierta tú que duermes, y el Señor te alumbrará”.
Durante el tiempo de Pascua vamos a meditar el libro de los Hechos de los Apóstoles. El discurso de Pedro que hoy se lee no es una lección sobre ideas abstractas. Es un testimonio de vida: “Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó, y él nos envió a anunciar al pueblo que Dios le ha puesto como Juez de vivos y muertos”.

EL SEPULCRO VACIO

También el evangelio nos refiere el testimonio de Pedro y el discípulo amado del Señor. Aquel primer día de la semana, las mujeres se acercaron hasta el sepulcro de Jesús, pero lo encontraron vacío. Hasta hablaban de unos ángeles que les anunciaron que Él estaba vivo.
Alarmados por estas noticias, los discípulos corrieron hasta el sepulcro. No vieron el cuerpo de Jesús. La constatación de la ausencia del Señor motiva el crecimiento en la fe. Si el Señor no está entre los muertos, su vida entera puede ser releída con ojos de fe.
• También nosotros contemplamos hoy el sepulcro vacío de Jesús. Nos llama la atención que el evangelio repita tantas veces que tanto María Magdalena como los dos discípulos “vieron” el sepulcro vacío y las vendas que habían envuelto el cuerpo de Jesús. 
• También nosotros en este día de Pascua somos invitados a ver con los ojos de la fe el misterio del Señor Resucitado. Y repetimos con gozo uno de los himnos pascuales: “La mañana celebra tu resurrección y se alegra con claridad de Pascua. Se levanta la tierra, como un joven discípulo en tu búsqueda, sabiendo que el sepulcro está vacío ”.

LAS COSAS DEL CIELO

La carta a los Colosenses que hoy se lee en la eucaristía contiene una exhortación a vivir  como resucitados:
• “Hermanos, ya que habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas del cielo, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios”. De hecho, por el bautismo hemos muerto a un mundo de pecado.  Y hemos resucitado con él, que es nuestra cabeza. 
• “Pensad en las cosas del cielo, no en las de la tierra”. Cristo es ya ahora nuestra vida. Su vida orienta la dirección de la nuestra. Nuestros pensamientos e intereses han sido modificados por su vida, por su muerte y por su resurrección.
• “Cuando él aparezca, vosotros también apareceréis con él y tendréis parte en su gloria”. Cristo es ya ahora nuestra vida, el motivo para vivir de otra manera. Pero es también el fundamento de una esperanza que nos lleva más allá de la muerte.

Postrado ante la cruz (canción-oración)

Semana Santa en pasos



Fuente: dibujosparacatequesis.blogspot

Jesús muere en la cruz (desde la ciencia)

El blog "primeroscristianos.wordpress" recoge una serie de entradas en que aborda los sufrimientos de Jesús desde el huerto de los olivos hasta el descendimiento de la cruz analizados por un fisiólogo. Os ofrezco el enlace al artículo que cierra una serie de 6 que puede servir como resumen de todo el doloroso e intenso clavario que sufrió el Señor (leer más)

Llorar igual que Pedro


Letra:

 Pedro te negó tres veces:
mil veces yo te negué.
Si Pedro lloró su culpa,
mi culpa yo lloraré.
Si Pedro lloró su culpa,
mi culpa yo lloraré.

Hoy quisiera llorar igual que Pedro,
porque, al igual que Pedro, te he negado.
Hoy te vengo a decir que me arrepiento
y que soy de los tuyos y que sigo a tu lado.
Hoy quisiera llorar igual que Pedro,
porque, al igual que Pedro, te he negado.

Te he negado, Señor, y fui cobarde,
porque no quise dar por Ti la cara.
Tuve miedo y fingí no conocerte,
y al pasar Tú a mi lado, yo te he dado la espalda.
Hoy quisiera llorar igual que Pedro,
porque no quise dar por Ti la cara.

Miércoles Santo. La traición se consuma por "nada"

Hoy el evangelio se centra en el encuentro de Judas con los sumos sacerdotes. 30 monedas de plata es el justo precio. Pero ¿da satisfacción a su corazón? (leer evangelio y meditación)

Martes Santo. Camino de Pasión

Para buscar un momento y descansar sobre el evangelio que hoy se nos propone del evangelio de Juan. El Señor anuncia la traición de uno de sus amigos y anticipa nuevamente su pasión (ir a lectura y meditación)

Orar al Señor... de muchas formas

Más de 50 propuestas para orar por nuestros amigos de CATHOLIC.NET. Cada propuesta tiene un misma estructura:

-Evangelio
-Oración introductoria
-Petición
-Meditación
-Reflexión
-Propósito
-Diálogo con el Señor

La sangre de Cristo Mt 26,14-27,66



Celebramos el Domingo de Ramos. En la primera lectura, se proclama uno de los cantos del Siervo del Señor, que nos van a acompañar en estos días. “El Señor Dios me ha abierto el oído; y yo no me he rebelado ni me he echado atrás”. Esta figura del siervo profeta que escucha la palabra de Dios es el anticipo del Mesías Jesús, que, según san Pablo, “se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz”. 
La bendición y la procesión de los ramos nos introduce en el ambiente de la Semana Santa. Como los peregrinos que se acercaban a Jerusalén también nosotros  cantamos: “¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Viva el Altísimo!” Que él traiga la salvación a nuestra vida.
Llevamos a casa uno de los ramos bendecidos en este domingo. Y nos comprometemos a mirarlo con fe, para recibir cada día al Señor que viene hasta nosotros.

EL PAPEL DE PILATO

Pero en el evangelio se lee siempre la pasión de Jesús. En el relato según san Mateo encontramos algunos rasgos exclusivos de este evangelista. Por ejemplo, estos tres:
• Sólo en él dice Jesús que podría acudir al Padre, quien pondría a su disposición legiones de ángeles.
• Sólo en él se narra la muerte de Judas y el destino de los dineros que había percibido por la traición.
• Y sólo en él se anota que en el momento de la muerte de Jesús la tierra tembló, se abrieron los sepulcros y muchos resucitaron.
Por otra parte, vemos que el relato de la pasión de Jesús según san Mateo trata con respeto a Pilato y el poder que representa. He aquí otros tres ejemplos:
• La mujer de Pilato interviene a favor de Jesús, al que reconoce como inocente.
• El procurador se lava las manos y parece descargar toda responsabilidad sobre los dirigentes de los judíos.
• Y por fin, Pilato permite poner guardia frente al sepulcro de Jesús.

Y LA VOZ DEL PUEBLO

Para este relato evangélico, el bien de la paz y la vivencia del mensaje de Jesús obligan a suavizar los recuerdos de aquellos momentos tan dolorosos. Entonces y ahora la evangelización está por encima y al margen de la revancha y del reproche.
Hoy contemplamos a Jesús, sumido en el silencio frente a Pilato, mientras el pueblo le desafía gritando:
• “Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos”. Podemos aplicarnos esta proposición, conscientes como somos de que nuestras rebeliones contra el proyecto de Dios han hecho correr la sangre de su Hijo y la de muchos otros hijos de Dios.
• “Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos”. Por otra parte, tendríamos que repetir con humildad y confianza este deseo, aparentemente blasfemo, puesto que sólo la sangre de Cristo puede salvarnos de nuestros pecados individuales y estructurales.